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Recursos Comerciales

iva9319 de Julio de 2012

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RECURSOS COMERCIALES

Resumen

El artículo analiza la relación entre comercio y turismo considerando las zonas comerciales

Como parte de la oferta turística, dentro de la categoría de recursos culturales. Los objetivos de

la investigación se centraron en el análisis del potencial de la actividad comercial para contribuir

con el proceso de desarrollo local; la realización de un diagnóstico sobre la actividad comercial

en los centros objeto de estudio; y la propuesta de actuaciones tanto del sector público como

privado.

A partir del análisis de tipologías, se presentan las variables consideradas para su evaluación y

se destaca la importancia de una gestión integral de estas zonas, a través de proyectos

participativos. Finalmente se remarca la importancia de analizar los encadenamientos entre el

comercio y los productores locales, a fin de favorecer la contribución del turismo al proceso de

desarrollo local.

Palabras clave: comercio y turismo - gestión - asociatividad - desarrollo local

1. INTRODUCCIÓN

El artículo presenta un resumen del informe realizado en el contexto de la investigación

"Centros Urbanos Bonaerenses, puesta en valor y desarrollo de red turístico - recreacional"

realizado durante el período 2003 - 2004. El mismo se refiere a la relación turismo - comercio, con

especial énfasis en la consideración de las zonas comerciales, como integrantes de la oferta

turística dentro de la categoría de recursos culturales, en los centros de Pergamino, Chivilcoy,

Junín, Chascomús, Olavaria, Azul, Tandil, Trenque Láuquen y Bahía Blanca.

Las zonas comerciales, entendidas como oferta concentrada de establecimientos destinados a

la venta de productos, se analizan de acuerdo a la tipología de: calles comerciales, calles peatonales, galerías comerciales, centros comerciales cerrados y abiertos y ferias de artesanos. Para la evaluación de las mismas se propone una metodología de relevamiento y se comentan las

Conclusiones por tipología que surgieron del relevamiento realizado en los centros objeto de

Estudio.

A partir de la puesta en valor de las zonas comerciales, y en aquellos centros que contemplan la

actividad turística como estrategia de desarrollo local, se percibe un potencial para insertar

estas áreas dentro de la oferta turística, como recurso complementario, y contribuir de esta

forma a la diversificación de la oferta turística y a mejorar la situación de crisis que afecta al

comercio minorista en general. Se considera relevante la gestión integrada de estas zonas, a

través de la cooperación de los tres actores principales: las instituciones del sector público, las

instituciones del sector privado y los comerciantes.

2. ACTIVIDAD COMERCIAL Y ACTIVIDAD TURÍSTICA

El turismo se ha considerado como un factor de revitalización del comercio dado que el

gasto de los turistas genera un beneficio económico en el centro receptor. Esta implicancia

económica es reconocida por los comerciantes, en especial de los centros turísticos, aunque en

la mayoría de los casos, los empresarios del sector no se sienten parte de la oferta turística.

Desde el punto de vista de la demanda, la relación entre turismo y comercio es destacada

porque la mayoría de los turistas incluyen en sus gastos de viaje la compra de souvenirs,

artesanías, productos típicos del lugar visitado, o simplemente, aquello que les llama la atención

o necesitan. En el extremo de esta práctica, se encuentra el turismo de compras, donde la

posibilidad de adquirir productos diferentes en precio o características, se transforma en la

motivación principal del viaje.

La denominación recursos comerciales, hace referencia a un tercer aspecto de la relación entre

turismo y comercio, que surge de analizar la importancia de este tipo de establecimientos en el

contexto de la oferta turística urbana. En principio, siguiendo las clasificaciones tradicionales,

el comercio es una tipología dentro del Equipamiento Turístico y por lo tanto constituye un

servicio que se presta para satisfacer las necesidades de los turistas. El análisis dentro de la

categoría de los Recursos Culturales responde a la hipótesis de que bajo ciertas condiciones, el

comercio puede ejercer un poder de atracción tal que motive desplazamientos o visitas, aumentando la satisfacción del turista y el interés por el destino.

2.1. LA ACTIVIDAD DE COMPRAS COMO PRÁCTICA TURÍSTICO – RECREATIVA

Las compras constituyen una práctica generalizada en la actividad turística, asociada al

Paseo de compras, que implica una forma de conocer y recorrer las áreas comerciales urbanas.

La adquisición de objetos para uso personal, para regalar o como recuerdo del viaje es frecuente,

y no está relacionada con un segmento de mercado específico. La encuesta realizada a los

Turistas de los Centros del Litoral Atlántico de la provincia de Buenos Aires, reveló que un

15,1% de la demanda de sol y playa considera el ir de compras entre las actividades preferentes

(Mantero, 1999).

Al igual que ocurre con otras actividades turísticas, cuando las compras dejan de ser una

práctica complementaria y se convierten en la motivación principal del viaje, la actividad define

una modalidad turística. Este es el caso del turismo de compras, característico de períodos

económicos donde las diferencias en el tipo de cambio generan verdaderas corrientes turísticas

hacia centros de compras particulares en zonas limítrofes y aún en destinos lejanos. Actualmente,

en el contexto de los centros urbanos de la provincia, se detectan desplazamientos

motivados por la necesidad de abastecimiento, en especial, movimientos desde localidades

cercanas y pequeñas, hacia estas ciudades que por su tamaño poseen zonas comerciales más

importantes.

El turismo de compras es una modalidad que genera algunas discrepancias, en tanto se considera

que en este tipo de viajes, las oportunidades de intercambio cultural, conocimiento y

contacto con la naturaleza quedan relegadas por un interés meramente material. Según la teoría

de Frederic Munné (1980), el tiempo libre implica la realización autocondicionada de actividades

de descanso, recreación y creación, con un sentido compensatorio en primer término, y

luego como expresión última de la libertad. Es decir, que según este autor, existen dos niveles en

las prácticas del tiempo libre, uno de tipo compensatorio, del cansancio, del aburrimiento y de

la alienación, y otro que supone la realización plena de la experiencia, que no tiene otra finalidad

que la actividad misma. Es en este segundo nivel que la persona puede afirmarse individual y

socialmente (Munné, 1980) y por lo tanto, desde este enfoque puede adoptarse el supuesto de

que el turismo de compras, como modalidad que caracteriza desplazamientos motivados principalmente por el deseo o la necesidad de realizar compras se encuadra dentro de las actividadesde tipo compensatorio y no genera las condiciones para un disfrute pleno del tiempo libre.

Cuando la actividad de compras no es el principal motivo del viaje, se considera una práctica

complementaria al resto de las realizadas por los turistas. En este caso, su importancia variará

según las características del segmento de demanda y según las características del destino, por

lo que un análisis particular requiere la inclusión de este tema en las encuestas a los visitantes.

En el contexto del turismo que tiene su base de alojamiento en la ciudad, se asume que la

mayoría de los turistas realizarán algunas compras o por lo menos un paseo por la zona comercial

de la ciudad, y que la satisfacción que generan estas prácticas depende de un aspecto

subjetivo, que pondera las expectativas y deseos de los turistas, y de un aspecto objetivo

referido a las condiciones de dichas zonas comerciales. Con respecto a estas condiciones, se

considera a continuación la posibilidad de que el comercio genere un atractivo de interés.

2.2. LAS ZONAS COMERCIALES COMO RECURSOS CULTURALES

La ciudad es un centro de redistribución de productos de diverso origen concentrando

las posibilidades de compra - venta para satisfacer las necesidades de los residentes y visitantes

o para enviarlos fuera de la ciudad. La función comercial es la más característica de las

funciones urbanas (Lacoste, 1972). Pero esta actividad, lejos de desarrollarse en forma homogénea en todo el territorio, se concentra en determinadas zonas, y en especial en las áreas

céntricas. En el contexto del presente trabajo, se entiende por zona comercial la oferta concentrada

de establecimientos destinados a la venta de productos tengan o no una administración

común.

Este recorte implica considerar como unidad de análisis el conjunto de establecimientos y no

los comercios en forma individual, por considerar que es la concentración de oportunidades de

compra lo que puede motivar el interés de los visitantes. Con relación a las

...

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