Sistema Alimentario

TRANSFORMANDO LOS SISTEMAS ALIMENTARIOS

PARA UNA MEJOR NUTRICIÓN

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) actualmente, existen graves problemas nutricionales que afectan a más de la mitad de la población mundial; lo cual amerita cambios importantes en los sistemas alimentarios de la sociedad a fin de contrarrestar enfermedades, mejorar las dietas y la calidad de vida.

Hoy en día, los consumidores no reciben las señales correctas de las políticas vigentes sobre cómo alimentarse de forma saludable. Si en el pasado nos enfrentábamos principalmente al desafío de la malnutrición infantil, hoy, nos enfrentamos a una epidemia de dietas inadecuadas y escasa actividad física, que ocasionan alteraciones en contra de la salud.

Esta enorme problemática de alimentación, requiere una alternativa: Nuestra contribución es, promover la alimentación saludable, aprovechando los principios activos que contienen algunos alimentos, sustentados en estudios realizados por organizaciones de credibilidad.

El resveratrol, que se encuentra en la piel de las uvas rojas, y por tanto en los vinos, no pierde sus propiedades antitumorales una vez que se metaboliza en el cuerpo, tiene además un sinfín de efectos beneficiosos, como, proteger frente a distintos tipos de cáncer y ante enfermedades del corazón.

Una versión modificada de las bacterias Bacillussubtilis, que se comercializa a menudo como un probiótico, principalmente en derivados lácteos, cura por completo organismos infectados con parásitos intestinales conocidos como helmintos transmitidos por el suelo, y que pueden permanecer, durante años, en el intestino, alimentándose de sangre y tejidos, robando hierro y proteínas e interfiriendo en la absorción de nutrientes esenciales. Los Bifidobacteriumanimalissubsp. Lactis, también son probióticos que ayudan a conservar la salud respiratoria en adultos sanos y un nivel considerablemente mayor de actividad física.

Los ácidos grasos presentes en el aceite de oliva afectan a enzimas que intervienen en los mecanismos de regulación de la presión arterial, de la ingesta de alimentos y del control del peso corporal, por lo que es recomendable para personas que padecen o que tienen el riesgo de padecer hipertensión, diabetes, obesidad o síndrome metabólico.

Las depresiones agudas sin causas objetivas que las justifiquen, se pueden prevenir con una dieta equilibrada, de alimentos con alto contenido de folato, presentes en hortalizas, frutas, cereales integrales, carne avícola, pescado y queso bajo en grasa.

La soya por su riqueza proteica es una buena sustituta de productos cárnicos, pues aporta aminoácidos esenciales; y por su contenido de isoflavonas, fitoestrógenos, lecitina y ácidos grasos esenciales, es muy útil para aliviar los trastornos de la menopausia, prevenir trastornos cardiovasculares y la osteoporosis en la mujer o reducir la tasa de glucosa sanguínea. Además, la proteína de soya presenta gran estabilidad al calor, lo que le permite resistir la acción a temperaturas más elevadas.

Existen frutas y hortalizas que podemos consumirlas con cáscara y no lo hacemos, desconocemos los beneficios que pueden aportar a nuestra salud y las desechamos. Por ejemplo: en la cáscara de la manzana se han identificado una docena de compuestos (triterpenoides) que pueden inhibir o matar células cancerosas. Estudios recientes relacionados con el ácido ursólico, sustancia que le atribuye el aspecto ceroso a la cáscara de algunas frutas –como es el caso de la manzana, pera, ciruela y arándanos– han comprobado que dicho ácido puede disminuir la masa grasa y aumentar la magra, reducir la obesidad y sus complicaciones (prediabetes y enfermedad del hígado graso) incrementando el gasto de energía.

La cáscara de la mandarina

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