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APRENDIZAJE.


Enviado por   •  9 de Julio de 2016  •  Ensayos  •  1.553 Palabras (7 Páginas)  •  107 Visitas

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República Bolivariana de Venezuela

Universidad Pedagógica Experimental Libertador

Instituto de Mejoramiento Profesional del Magisterio

Núcleo Académico Yaracuy

APRENDIZAJE

Participante:

Mayra Regalado

La evaluación de los aprendizajes es un proceso permanente de información y reflexión sobre el proceso de producción de los aprendizajes y requiere para su ejecución de la recolección y selección de información sobre los aprendizajes de los alumnos, a través de la interacción con ellos, la aplicación de instrumentos, las situaciones de evaluación, etcétera, así como de la interpretación y valoración de los aprendizajes en términos del grado de desarrollo de los criterios de evaluación establecidos en cada área y, por ende, el grado de desarrollo de la competencia. Es la actividad cuyo objetivo es la valoración del proceso y resultados de los estudiantes, a los efectos de orientar y regular la enseñanza para el logro de las finalidades de formación. (González, 1999), en Hernández, 2006). Pueden evaluarse el sistema educativo, las instituciones, el profesorado, los materiales de la enseñanza, los proyectos educativos y los aprendizajes. En cuestión de los aprendizajes, puede evaluarse el rendimiento de los estudiantes para valorar su desempeño, con el propósito de valorar el progreso de los estudiantes. Evalúa el docente, el estudiante, las autoridades, el Estado, a través de evaluación interna y externa. La evaluación puede realizarse por medio de instrumentos, grupos de discusión e informes, entre otros. Dependiendo de los objetivos, si evaluamos la enseñanza, evaluamos los contenidos conceptuales, procedimentales y actitudinales del currículo. Si bien, según Mateo y Martínez (2008) actualmente se está hablando de un tipo de evaluación, alternativa, que utiliza experimentos, proyectos, debates y otro tipo de productos de los estudiantes, que hace una valoración basada en la observación, la subjetividad y en el juicio profesional, que focaliza la evaluación de manera individualizada sobre los alumnos a la luz de sus propios aprendizajes. Sanz (2008), acerca de los instrumentos de evaluación de los aprendizajes propone algunas ideas claves para su redacción. Una de estas ideas es que la evaluación de los aprendizajes de los alumnos no es simplemente una actividad técnica o neutral sino que constituye un elemento clave en la calidad del aprendizaje, ya que condicionará la profundidad y el nivel. Asimismo, plantea que, aunque se diga que las comparaciones son odiosas, para asignar calificaciones a nuestros alumnos tendremos que comparar su producción con alguna entidad que tomemos como referencia. Como todos los tipos de evaluación, la de los aprendizajes en los estudiantes debe poner atención a criterios teóricamente fundamentados y reconocidos por la comunidad internacional, que orientan tanto los aspectos técnicos como los actitudinales, tanto de docentes como de estudiantes –como principales actores del proceso enseñanza-aprendizaje. No pueden continuarse realizando evaluaciones construidas de manera rudimentaria  y arcaica, donde no se considera verdaderamente el aprendizaje que los estudiantes obtienen, dando prioridad puramente a lo memorístico y a la comodidad. La evaluación de los aprendizajes es una necesidad sentida en todo sistema educativo, y más aún en el nuestro. Los nuevos tiempos requieren nuevas estrategias educativas y lo que está claro es que una escuela que sea útil ha de considerar el aprendizaje para la vida, pero para ello no se pueden tener en cuenta únicamente las matemáticas y la lengua, que tradicionalmente han sido las materias que han servido para predecir el éxito escolar y catalogar la inteligencia de los alumnos. Las implicaciones educativas son enormes porque el alumno dotado para las matemáticas es inteligente mientras que, por ejemplo,  el dotado para la música también lo es (y no talentoso como se consideraba normalmente). En este nuevo marco educativo es imprescindible obtener información sobre cómo aprende el alumno y cuáles son sus fortalezas e intereses para así  poder utilizar todos los recursos pedagógicos disponibles. El maestro deja de ser un transmisor de conocimientos y se convierte en un guía que acompaña el proceso de aprendizaje real del alumno permitiéndole adquirir las competencias requeridas en pleno siglo XXI. Richard Gerver lo explica muy bien, “la educación formal, clásica, basada en superar exámenes, no crea personas creativas e innovadoras preparadas para el futuro que les tocará vivir en el siglo XXII, sino personas que se acostumbran a ser gestionadas (a que les digan qué tienen que aprender y cómo lo tienen que aprender). La educación clásica provoca que muchas personas sean fracasadas porque esperan ser gestionadas” (Gerver, 2012).  Descubrir el talento de cada niño, generar entornos adecuados que optimicen el aprendizaje a través de sus intereses y fomentar su autonomía constituyen la esencia del nuevo paradigma educativo. La creatividad y la voluntad que requiere esta transformación también se aprenden. La concepción pluralista de la inteligencia, que pone de manifiesto que la inteligencia tiene múltiples facetas y que todos somos inteligentes en alguna área. Esta manera de concebir al individuo nos aporta una visión más amplia y completa de los alumnos y nos invita a observarlos de una manera más plural, perspectiva que permite a los docentes conocerles y comprenderles mejor pudiendo ajustar con mayor rigor el proceso de enseñanza-aprendizaje a las características cognitivas y personales de cada uno. Otro aspecto que se ha considerado es la educabilidad de la inteligencia, a partir del cual se evidencia la importancia de la tarea docente a la hora de planificar la intervención educativa. Si lo que queremos es favorecer el desarrollo de las capacidades de todos los alumnos, esta teoría nos aporta herramientas más que suficientes para integrar nuevos enfoques e iniciativas en las aulas. Además nos encontramos ante un modelo que integra las bases de las principales corrientes psicopedagógicas que han influido –y continúan influyendo todavía hoy en día– en el mundo de la educación, tales como el movimiento de la Escuela Nueva y el constructivismo. Cabe destacar que la teoría de Gardner no propone un método o modelo único para su puesta en práctica. Pese a tratarse de una teoría nacida hace casi tres décadas, favorece el diseño y la creación de proyectos y programas de gran diversidad que ofrecen respuestas y oportunidades a diferentes realidades educativas. De hecho, se está aplicando en numerosos centros educativos de todo el mundo demostrando que su implementación no es ni de lejos una utopía, sino que al contrario se trata de una filosofía que abre nuevas rutas a la innovación educativa consiguiendo resultados realmente satisfactorios. el modelo de las Inteligencias Múltiples se entiende la diversidad como un hecho natural y como una fuente de enriquecimiento ya que se aprecia la diferencia como una oportunidad para el aprendizaje, no como un problema que se deba superar. Por consiguiente, nos ofrece un enfoque comprensivo que apuesta por prácticas pedagógicas inclusivas que buscan el éxito en el aprendizaje de todo el alumnado y lo prepara para ser más competente, autónomo y participativo, lo que le servirá no solo para las tareas académicas, sino también para la vida real fuera de la escuela. Además, se eliminan las etiquetas que frecuentemente conducen al profesorado a tener bajas expectativas hacia el alumnado con dificultades, permitiendo ofrecer una respuesta ajustada a las necesidades de cualquier alumno. En consecuencia, se consigue una educación de calidad en busca de la excelencia. Todos los seres humanos tienen diferentes capacidades para resolver problemas. El concepto de inteligencia tradicional estaba basado en el coeficiente intelectual, el cual era determinado por pruebas o test de inteligencia que medían la capacidad intelectual del individuo: la comprensión, el razonamiento y el juicio. Esta manera de medir la inteligencia imperó durante muchos años como una innovación en disciplinas como la psicología y, luego, la pedagogía. Sin embargo, en diferentes estudios investigadores contemporáneos han descubierto fallas importantes en la medición de la inteligencia sólo tomando en cuenta los test psicométricos. Pueden señalarse la idea errada de que la inteligencia se determina desde el nacimiento y que es inmutable o difícil de modificar, y por otro lado la debilidad de que la inteligencia sólo tiene que ver con la capacidad o habilidades verbales lingüísticas y por el razonamiento matemático o numérico. Esta estrecha concepción de la inteligencia ha sido completa-mente sustituida, reemplazada por investigadores contemporáneos que han tenido mayor apertura en el estudio de la cognición humana. Gardner (1994; 1999) define la inteligencia como una capacidad, convirtiéndola en una destreza que se puede desarrollar, sin negar el componente genético correspondiente. Este autor propone la teoría de las Inteligencias Múltiples. Plantea que cada uno de nosotros posee al menos siete inteligencias, es decir, cada inteligencia es una competencia autónoma e independiente de las otras; se combina de manera adaptativa para el individuo y la cultura, pero no se influyen entre sí. Éstas son: musical, lógico-matemática, espacial, lingüística, kinestésica-corporal, intrapersonal e interpersonal. Inclusive en los albores del siglo XXI, ya se habla de la inteligencia espiritual y moral. Es necesario señalar la importancia que reviste la teoría de las Inteligencias Múltiples en la Educación, pues el uso de las diferentes estrategias didácticas y el empleo de variados recursos y estilos para desarrollar el currículo, sin duda potenciarán la capacidad creadora de los niños, niñas y jóvenes, además, facilitarán la capacidad y habilidad para la solución de problemas y elaboración de productos. Lo interesante es que el docente asuma que la inteligencia puede ser potenciada, que podemos hacer niños más inteligentes, trabajando no las limitaciones sino las potencialidades, implica entonces enfatizar en el desarrollo de las habilidades cognitivas y en el uso de la mediación como estrategia que facilita este proceso.

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