Actividad PROFORDEMS Evaluar competencias
Chelis7716 de Febrero de 2014
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Evaluación integral de competencias en ambientes virtuales de aprendizaje. Una aproximación a la evaluación del aprendizaje en UDGVirtual.
El concepto de evaluación
La evaluación implica la descripción de un objeto (aprendizaje, enseñanza, currícula…) y la identificación fortalezas y debilidades, la comprensión de los problemas más relevantes relacionados con aquello que se está evaluando.
De Kelete, J., (1984, citado por Avolio de Cols e Iacolutti, 2006) define evaluación como el proceso que “consiste en recoger un conjunto de informaciones reconocidas como suficientemente pertinentes, válidas y confiables, y examinar el grado de adecuación entre este conjunto de información y otro conjunto de criterios considerados suficientemente adecuados a los objetivos fijados al comienzo –o ajustados durante el camino a fin de fundamentar una toma de decisión” (p. 102).
Los componentes del proceso evaluativo que distingue Barbier (1993, citado en Avolio de Cols e Iacolutti, 2006)
• Referente, expresado en los objetivos, criterios, imagen de lo deseable.
• Referido, es decir la información o evidencias a partir de las cuales se realiza la evaluación.
• Actores, quienes participan directa o indirectamente en el proceso evaluativo.
• Juicio de valor, referido a lo que se afirma sobre una persona o acción evaluada.
• Decisión, es decir la elección entre distintas alternativas (acciones, propuestas).
Evaluar competencias.
Hernández (s.d.) asume que la evaluación es la parte central del enfoque de competencias en la educación, puesto que juega un papel integrador del proceso de aprendizaje.
Para Vargas (2002 en Pérez, 2006), específicamente la evaluación de competencias es la determinación del procedimiento y la cantidad de evidencias de desempeño que deben considerarse y recabarse para poder juzgar si un individuo es o no competente.
La valoración de competencias desde la perspectiva de Tobón se caracteriza por:
• Ser un proceso dinámico y multidimensional en el que participan tanto el docente como los estudiantes, la institución educativa y la sociedad.
• Considerar tanto el proceso como los resultados del aprendizaje.
• La retroalimentación que se brinda a partir de este proceso es de carácter cuantitativo y cualitativo.
• Estar orientado por las necesidades y metas personales (proyecto ético de vida).
• Reconocer las aptitudes, la inteligencia (o inteligencias) y la zona de desarrollo próximo de cada estudiante.
• La evaluación está basada “en criterios objetivos y evidencias acordadas socialmente, reconociendo, a su vez, la dimensión subjetiva que hay en todo proceso valorativo” (Tobón, 2005, p. 236).
Fines y propósitos de la evaluación de competencias
Avolio de Cols e Iacolutti (2006) proponen que cuando se evalúa para determinar en qué medida los aprendizajes logrados coinciden con los expresados en los objetivos, el propósito de la evaluación es de comprobación-control. Si lo que se busca es analizar y reflexionar sobre la enseñanza y el aprendizaje buscando mejorar ambos procesos, el propósito del ejercicio de evaluación está más orientado a la comprensión.
Cuando el propósito parte de la necesidad de comprensión, la evaluación se centra en los procesos. Este tipo de evaluación “regula o ajusta las acciones para comprender y mejorar los procesos de enseñanza y de aprendizaje” (Avolio de Cols e Iacolutti, 2006, p. 137).
Cuando el propósito es decidir la aprobación o no de un programa formativo se habla de evaluación de resultados. Este tipo de evaluación comprueba el logro de las capacidades expresadas en los objetivos formativos (Avolio de Cols e Iacolutti, 2006).
Funciones de la evaluación:
• Evaluación diagnóstica
La finalidad de este tipo de evaluación es la obtención de datos que reflejen los conocimientos y capacidades requeridas para iniciar de manera exitosa un proceso de aprendizaje.
Una evaluación diagnóstica debe realizarse al momento de la inscripción para evaluar si un aspirante tiene el perfil de ingreso requerido, y/o bien, en el momento en que el docente comienza a trabajar con el grupo, donde se pueden identificar y analizar expectativas, intereses, motivaciones, experiencias laborales, saberes y capacidades de los alumnos. El conocimiento sobre las condiciones iniciales de los estudiantes permite anticipar posibles dificultades, orientar el aprendizaje y contextualizar cada situación de enseñanza.
AL COMENZAR UN PROCESO DE APRENDIZAJE
¿Qué debemos tener en cuenta? ¿Cómo?
Datos provenientes de la inscripción Análisis con el propósito de ampliar y profundizar la información.
Concepciones previas Interrogatorio.
Resolución de problemas.
Diálogo reflexivo.
Otros aspectos que inciden en el aprendizaje:
Motivación.
Expectativas.
Autoestima. Diálogo.
Interrogatorio grupal.
Cuestionario (autoinforme).
Por último, respecto a la evaluación diagnóstica, cabe destacar que no termina en sí misma, sino que debe servir para organizar y orientar los procesos de aprendizaje.
• Evaluación de procesos
La evaluación de procesos, también conocida como evaluación formativa se relaciona con la mejora de la enseñanza y del aprendizaje. Su propósito es proporcionar información sobre lo que sucede y lo que debería suceder para el logro de la competencia.
Avolio de Cols e Iacolutti (2006) identifican la evaluación formativa como una actividad integrada en la secuencia de actividades de un curso, cuya función es reguladora, es decir que permite ajustar las acciones de acuerdo con un objetivo establecido.
Estos ajustes pueden ser realizados por el docente, afianzando o modificando estrategias y actividades a partir de las necesidades que detecta y/o para ajustar lo planeado; pero también pueden ser llevados a cabo por los estudiantes (a partir de la auto-reflexión).
En este tipo de evaluación es importante considerar que:
• La evaluación es un proceso que permite la comprensión y la mejora.
• Los errores como oportunidades de aprendizaje.
Aquí la evaluación busca mejorar los procesos (y por ende los resultados). El propósito desde esta perspectiva no es comprobar si se lograron los objetivos, sino comprender por qué las cosas han salió así y por qué estamos donde estamos.
Para las autoras, una evaluación de procesos siempre buscará responder:
• ¿Cómo se avanza hacia los objetivos?
• ¿Qué obstáculos se presentan?
• ¿Qué representaciones se construyen?
• ¿Sobre qué dificultades o errores es necesario trabajar?
• Evaluación de resultados
Siguiendo en la línea de estas autoras, la evaluación de resultados se lleva a cabo con la intención de comprobar los aprendizajes o capacidades desarrolladas por el estudiante al término de un curso o programa formativo específico.
Este tipo de evaluación se centra en emitir un juicio de valor en relación al logro de los objetivos propuestos y tomar decisiones al respecto. Así mismo cabe señalar que puede adquirir una función diagnóstica para niveles o periodos posteriores.
Una aproximación distinta, pero coincidente es la de Tobón (2005), para quien los fines de la evaluación de las competencias en el ámbito educativo son cuatro y están orientados a la formación, la promoción, la certificación y la mejora de la docencia.
• Formación
En la formación, la principal tarea de la evaluación es brindar retroalimentación a estudiantes y docentes respecto al desarrollo de las competencias establecidas para cierto curso o programa formativo, sobre cuáles son los logros y los puntos a mejorar.
• Promoción y certificación
Si se analiza desde el enfoque de la promoción, el fin de la evaluación será determinar grado de desarrollo de las competencias en un determinado curso o programa formativo y con esto decidir si el estudiante es promovido a un siguiente nivel de formación.
La certificación, por su parte, consiste en una serie de pruebas que presentan los estudiantes con el propósito de establecer si tienen o no las competencias en una determinada área y si éstas responden a criterios establecidos generalmente con un alto grado de idoneidad en el desempeño.
• Mejora de la docencia
Por último cabe hacer mención de que la evaluación es la herramienta por excelencia que le permite al docente obtener retroalimentación sobre su tarea pedagógica lo que posibilita identificar debilidades y posteriormente corregirlas en función de elevar la calidad de los procesos didácticos.
Por otro lado, si se considera quién la lleva, pueden distinguirse tres tipos de evaluación de competencias: autovaloración, covaloración y heteroevaluación.
A través de la autoevaluación es la propia persona quien atribuye un juicio a la formación de sus competencias.
Tobón (2005) entiende la coevaluación como una estrategia a través de la cual los estudiantes valoran sus competencias entre sí conforme criterios previamente definidos.
La heteroevaluación se trata de la valoración que hace una persona de las competencias de otra.
Condiciones y consideraciones para la evaluación de competencias
La evaluación es considerada el estímulo más importante para el aprendizaje (McDonal et al, 2000) en cuanto que cada tarea evaluativa retroalimenta a los estudiantes respecto a lo que deberían estar aprendiendo
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