Administración de la cadena de valor.

Examen Final

Administración de la cadena de valor

Andrea Paola Ponce Gonzalez

A01064898

Cadena de valor

Hoy en día las empresas en la mayoría de las industrias tienen que buscar la manera de diferenciarse frente a sus competidores, llevando a cabo distintas estrategias de negocio que generen una propuesta de valor atractiva para sus clientes.

Estas estrategias pueden estar relacionadas con precio, calidad y/o servicio, etc. y para lograr dichas estrategias las compañías deben gestionar una administración óptima de su cadena de valor.

La cadena de valor no solo es el proceso de obtener, convertir, almacenar, distribuir y entregar al cliente un producto o servicio, sino también un área de oportunidad para las compañías de posicionarse de manera competitiva en el mercado mediante la optimización de costos, mejora de tiempos de entrega, seguridad y cumplimiento en los compromisos de entrega, así como la calidad de los productos.

Para gestionar una cadena de valor integral, eficiente y competitiva se tienen que analizar todas las etapas o eslabones que la compongan. Empezando por seleccionar a los mejores proveedores del mercado, ya sea en términos de precio, calidad, plazo de pago y de entrega, garantías, reputación y servicio de acuerdo a las necesidades y prioridades de la empresa y del producto; además estableciendo contratos bilaterales que beneficien a ambas partes (proveedor/cliente) en sus negociaciones como por ejemplo contratos de exclusividad o estableciendo precios fijos durante un periodo determinado de tiempo.

Al momento de seleccionar a un proveedor que cumpla con lo anterior y además tenga la capacidad de cumplir con la demanda del cliente, la siguiente etapa que se debe considerar en la administración de la cadena de suministro son los procesos internos como la planeación estratégica, en dónde la empresa tenga un sistema de información que considere la planificación de la demanda a través de pronósticos basados en tendencias o correlaciones de variables y por lo tanto se pueda planificar también el abasto de los materiales necesarios para la producción del producto. El planear los escenarios de demanda, abasto y producción es muy importante para evitar mermas, altos inventarios, o agotados; sin embargo también es importante que todas las áreas involucradas en este proceso tengan una comunicación integral y acceso a la misma información en el momento que la requieran.

Al planear la logística interna, en la cual se procesan todas las órdenes de compra que se pronosticaron tanto de demanda como de abasto anteriormente y se almacene la materia prima que el proveedor entrega al cliente, lo que sigue es la parte de la producción del producto. En la etapa de producción u operaciones la materia prima se transforma en productos terminados ya sea que se lleve a cabo este proceso en una solo planta, o en varias, manufacturándose la primer parte del producto en un lugar y luego transportándose y almacenándose en las siguientes plantas hasta obtener el producto final.

Otra parte importante después de la producción del producto es la logística externa que involucra almacenamiento y distribución del producto terminado. Nacional e internacionalmente una distribución eficiente puede ser la clave del éxito de muchas compañías como por ejemplo Wal-Mart con su famoso “cross-docking”. Planificar la distribución para optimizar costos y reducir días de almacenamiento puede representar ahorros económicos significativos para el producto en sí y además puede convertirse en una estrategia de “just in time”, colocando los productos en el momento y lugar exacto donde el cliente los necesita.

Los “retailers” o autoservicios funcionan como una parte integrada de la cadena de valor, ya que por ser los que mayor alcance tienen con los clientes finales tienen un alto poder de negociación, así como las tiendas departamentales y los puntos de conveniencia que muchas veces también fungen como distribuidores, por lo que tener a una persona como cuenta clave para cada uno de estos clientes que mantenga una relación estrecha con éstos puede transformarse en beneficios para la compañía.

Como se menciona anteriormente, la relación con los proveedores, la planificación estratégica interna, la producción y distribución de los productos es de suma importancia para la cadena de valor, pero la relación con los clientes también es relevante ya que sin éstos, los esfuerzos anteriores no servirían de nada. Es por eso que también se consideran como actividades primarias la mercadotecnia que da a conocer el producto y lo vende y el servicio al cliente que da mantenimiento post venta y realza el valor del producto a través de garantías, soporte técnico, etc.

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