Alcoholismo

¿Sabe usted como el alcohol puede afectar su vida? El alcoholismo es una enfermedad que afecta física, sicológica y socialmente a la persona que lo padece. Esta es “una enfermedad crónica, un desorden de la conducta caracterizado por la ingestión repetida de bebidas alcohólicas el punto de que excede con lo que está socialmente aceptado y que interfiere con la del bebedor” (Ustariz, 2005, p.8). A continuación, se analizará más de cerca cómo es que el alcohol, una bebida tan aceptada en nuestra sociedad, puede dañar no solo al enfermo sino también a quienes lo rodean.

Como se definió anteriormente, el alcoholismo es una enfermedad progresiva, crónica y degenerativa emocionalmente, pero que a su vez causa daños físicos que afectan a todos los sistemas del cuerpo. Dentro del sistema cardiovascular, que se extiende desde el corazón a través de nuestro cuerpo, el alcohol puede ser una vía práctica para enfermedades como “arritmias agudas, hipertensión, miocarditis” (Clínica de la Ansiedad, p.1). A su vez, otro de los sistemas con mayor riesgo a ser afectado por el alcohol es el nervioso, cuyos riesgos se extienden entre: “epilepsia, atrofia cerebral, síndrome de Wernicke-Korsakoff, entre otros,” (Clínica de la Ansiedad, p.1), la mayoría dejando severos daños permanentes. Y, por falta de mención a otros órganos o sistemas, el más famoso y con mayor tendencia a ser atacado es el hígado, con las enfermedades como “hígado graso (esteatosis), la hepatitis alcohólica aguda y cirrosis hepática” (A.S., p.1).

A pesar de que los anteriores son consecuencias sumamente graves del alcoholismo, no se pueden omitir aquellas que abarcan un entorno social. Tanto los “daños físicos (como) psicológicos del alcohólico producen cambios, no tan positivos en sus interacciones sociales.” (Ustariz, 2005, p.20). Dentro de una familia, el alcoholismo puede llevar a que esta comience a “disociarse perdiendo su integración y por ende, su función fundamental de brindar seguridad, apoyo y bienestar, se anula.” (Ustariz, 2005, p.21). A su vez, el alcohólico no solo crea accidentes internos familiares, pero los traspasa a la comunidad de su entorno con una personalidad de “agresividad (y) beligerancia” (Clínica de la Salud, p.1). Tanto la violencia como la despreocupación llevan, por último, a problemas económicos donde “la consecuente repercusión sea en la economía individual del sujeto alcohólico y la de su familia” (Ustariz, 2005, p.20)

Por último, todos estos problemas se inician sicológicamente. “Se considera que muchos de los problemas sicológicos que se asocian al alcoholismo son previos al inicio del consumo, empeorando el pronóstico de la enfermedad.” (CEDRO, p.1). En sí, muchos casos son derivados de Trastornos Afectivos, donde la base del problema yace en una relación negativa de apego del alcohólico, y causa que los alcohólicos revisen su memoria “en

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