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Alienacion Parental


Enviado por   •  1 de Marzo de 2015  •  3.483 Palabras (14 Páginas)  •  213 Visitas

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Notas sobre la Alienación Parental

1.1 Importancia de la difusión y del reconocimiento de la Alienación Parental.

Al ser la Alienación Parental (mal fundamentada como Síndrome de Alienación Parental o S.A.P.), un fenómeno que es mencionado en los últimos años con mayor frecuencia, tanto por las presentaciones de las partes y en los informes de los consultores técnicos y peritos; como así también en las resoluciones de los jueces, considero útil presentar una síntesis como aportación al ámbito judicial.

La Alienación Parental es una forma de violencia familiar invisible, más precisamente ocultada y no observada. No se ejerce fundamentalmente a través del maltrato físico necesariamente, el que puede ser usado como uno de los métodos de intimidación. El golpe, que puede ser muy severo, es un recurso que se utiliza si no resultan exitosas otras tácticas previas que son menos incriminantes como la violencia psíquica. La golpiza difiere de la propinada por el sujeto golpeador por ser un instrumento más de un plan cuyo objetivo es el sometimiento de la víctima y carece de la impulsividad, la compulsividad, la falta de límites y la acción irrefrenable que se desencadena sin motivo o es disparada por algún suceso impredecible, tanto para el violento como para el violentado. El alienador apela al golpe como un medio para lograr una finalidad, en el supuesto que el fin justifica cualquier medio. Por ello los castigos en general, pero especialmente los que dejan marcas en el sujeto, son cuidadosamente realizados, se pega en zonas no visibles, se detiene su aplicación antes de producir lesiones que requieran atención médica o que provoquen daños identificables a simple vista cuando son propinados a terceros, mientras que pueden ser autoinflingidos como medio de manipulación para asentar una falsa denuncia a los fines de sometimiento o expulsión. Toda forma de maltrato físico es muy peligrosa, una puede llevar a la muerte o a secuelas irreparables, la utilizada en la Alienación Parental por su premeditación y difícil percepción ulterior es muy efectiva pues, en general, es silenciada por el agredido, provoca temor, sumisión y también es disimulada para evitar la vergüenza o para evitar perjudicar a los niños. Pacto de silencio, renegación de la grave patología familiar. La violencia psíquica es aceptada, provoca la certeza de que nadie ni nada puede impedirla y cuenta con la aprobación y la progresiva adhesión y participación activa de los menores alienados y del progenitor objeto de la manipulación, quienes consideran que quien la recibe es merecedor de ella, justificando aquello que no pueden cuestionar. Los hijos avalan y potencian la patología, ellos son progresivamente alienados, el sometimiento como destino se transforma en una encerrona trágica, cualquier intento de “rebeldía”, dejaría a la persona ante un “designio” ineludible: perder a su progenie. La familia pasa a convertirse en una secta, quien cuestiona sus fundamentos queda excluido.

La complejidad de esta patología la hace peligrosa, no más que otro tipo de violencia, pero sí más difícil de detectar y de detener. Es menos punible y llegaría hasta la impunidad. La violencia visible es grave y muy riesgosa para la víctima más expuesta, pero también para la sociedad. No obstante, es detectable y comprobable. En cambio, la acallada es sólo posible de abordar cuando su falso equilibrio se rompe. No es posible que este se sostenga indefinidamente, y su debut jurídico acontece mayormente cuando ya es complicado detener el daño sufrido por las verdaderas víctimas: los menores. Respecto del progenitor repudiado y sometido hay que evaluar su dura experiencia, sin olvidar que su pasividad e incapacidad para evitar la instalación de la disfunción es una acción irresponsable, permitiendo la violencia por omisión, aún cuando se contemple la paralización que sufre producto del temor. Esto provoca un sentimiento de compasión, pero no lo libera de haber incumplido en sus funciones parentales, no punibles al ser producto de su falta de criterio o por su frágil estructura psíquica, y no por desinterés o maldad, sino por incapacidad.

La Alienación Parental es una forma de violencia familiar típica y representativa de las clases alta y media, no exclusiva de ellas, pero obedece a cierta lógica propia de estos sectores. La planificación para apoderarse y manipular el pensamiento de los miembros de la familia, el trabajo de aislamiento del progenitor manipulado, tanto de su entorno como del resto de las personas es una táctica que también padecen los menores, pero siempre dentro de un engañoso cumplimiento de las reglas sociales, produce el efecto buscado por el alienador, la desinstalación de su propio cónyuge o pareja y la falta de vinculación y pertenencia social de los menores, quienes fingen desde temprana edad y pueden parecer niños muy bien adaptados en el espacio público, mientras en el privado son sometidos por temor y luego alienados, al tiempo que van asumiendo como propios los dictámenes del alienador. Silenciamiento defensivo, que también es fomentado involuntariamente por el progenitor sumiso.

El nivel socioeconómico es uno de los factores determinantes, condiciona ciertas actitudes, la capacidad de planificar la concreción de una finalidad enfermiza como la de apoderarse de la voluntad de las personas mediante la conformación de un grupo de alienados seguidores.

El alienador no constituye una familia, sino que recluta fanáticos, los cuales utiliza para repudiar y destruir a la sociedad. Él es el más alienado y se cree, por su incapacidad de vincularse, superior, pero como no puede atentar contra el conjunto social, se apodera con su desarrollada percepción emocional, de quien es pasible de sometimiento. Con sus hijos ejerce abuso del poder de su rol.

Ahora se comprenderá la enunciación de este punto. El objetivo contra el que elucubra sus estrategias es destruir la despreciada sociedad mediante la desarticulación de la familia, al menos de la apropiación de seres que no pueden ser calificados si somos precisos como familia -aunque si podrían serlo para el otro progenitor- sino objetos apropiados como grupo asocial y alienado, objetos de su propiedad para gozar de su triunfo, venció a la sociedad, le sustrajo miembros.

La dificultad de hacer algo con este fenómeno que se dirige a destruir la institución familiar, cuyas funciones son imprescindibles para que los valores morales no sucumban a una total decadencia, y como la primera representante y trasmisora de la Ley, excede por su multiplicación no imputable a la familia disfuncional, sino a la inadmisible proliferación de una patología que fue detectada y tipificada hace más de tres décadas como Síndrome de Alienación

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