Amor pasado - Reseña

Amor pasado

Álvaro Mejía Sánchez

No podía entender cómo llegaron a ese doloroso momento, eran las 3 de la tarde y en la notaría 5ta de la ciudad se estamparía la firma que le pondría final a 10 años de matrimonio. Por más que intentaba asimilar lo acontecido no lograba hacerlo, siempre pensó que todo andaba bien, que  marchaba de forma perfecta, porque nunca vio nada extraño. Lo único que podía afectar la relación, era el hecho de no tener hijos, sin embargo él no lo consideraba un problema, ya que sabía desde el principio que ella no podía concebir y no vio como un problema, por eso hasta el último momento creyó que lo amaba como la primera vez, por un instante su mente empezó a divagar.

Lo primero que recordó fue la forma en la que tuvo que luchar para conquistarla, por el simple hecho de que como toda mujer hermosa, se hacía la difícil. No aceptaba sus invitaciones a salir, le devolvía los detalles que le enviaba, no le contestaba el teléfono,  pero a él no le importaba, tenía claro que esa era la mujer de su vida con la que deseaba pasar el resto de su vida, por lo tanto, su rechazo alimentaba las ganas y el deseo que tenía de acercarse a ella, tal fue su disposición a conquistarla que por fin su lucha dio frutos, después de casi seis meses de invitarla a salir, aceptó, claro,  con una condición, que invitara a sus amigas también o si no, que nunca la volviera a molestar. Él, que tenía claro su objetivo comprendió que era una última prueba para saber que tanto estaba interesado en ella, como si todo el  tiempo que le insistió no fuera suficiente demostración.

El lugar escogido para ese primer encuentro, era una sala de cine, nada extraño para una cita entre dos personas, bueno, dos personas y las amigas de ella. El otro pequeño detalle, una especie de miniprueba final, era el tema de la película, una comedia romántica de esas que son más románticas que comedia y que ningún hombre que se precie de su virilidad se atrevería a ver, de esas en las que el protagonista proclama a grito herido y lágrima a borbotones su amor por la linda damisela que se haya en la habitación más lejana de la casa. Para él no había marcha atrás, si quería conquistarla  tenía que hacer un último sacrificio, sino todo se iría por la borda y habría perdido medio año de su vida, pero más allá de eso, perdería a quien consideraba la mujer ideal.

Ella por su parte tenía todo fríamente calculado, como él supuso, la idea de las amigas era solo para fastidiarlo y ver qué tan dispuesto estaba a tener que aguantarse a un batallón de chaperonas en lo que se suponía era una cita para conocerse e iniciar una posible relación. Como si esto fuera poco, escogió una película muy poco llamativa para un hombre, además contaba con el testimonio de sus amigas, que le contaron que sus parejas salieron corriendo de las salas de cine con solo arrancar la película, por lo cual su idea no era tan loca como parecía. Ese lejano día todo tomó un rumbo diferente, luego de superar con creces las pruebas que había trazado para comprobar si lo que él decía sentir era cierto, ella empezó a abrir su corazón hacía,  le contó que no podía tener hijos, lo que en el fondo lo impacto, pero al final sus sentimientos eran  tan fuertes que no le interesó en lo más mínimo.

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