Analisis integral de la obra “De los delitos y de las penas” del Marques de Beccaria

ANALISIS INTEGRAL DE LA OBRA “DE LOS DELITOS Y DE LAS PENAS” DEL MARQUES DE BECCARIA

Este tratado del filósofo y jurista Cesare Beccaria fue escrito en el S. XVIII, en esta obra se dispuso a revelar las carencias de la legislación judicial de su tiempo, exponiendo sus puntos de vista al respecto y argumentando en pro de la corrección de sus defectos.

Si nos situamos en el tiempo del escrito 1764, nos encontramos como forma de gobierno Absolutista donde se pensaba que el monarca era elegido de Dios; permanecía en el poder de manera vitalicia; sus órdenes eran ley, no era cuestionado, juzgado , ni responsabilizado por sus acciones o decisiones; no existía la división de poderes, ni igualdad ante la ley.

El Rey ejercía justicia sobre sus súbditos de modo implacable y delega en los jueces el derecho de juzgar concedido por Dios, no existen leyes fijas y determinadas para castigar los delitos y a menudo se castiga sin que exista siquiera ley. La ley no proporciona a los acusados ninguna garantía ni protección, los delitos son imputados de forma arbitraria. Las prisiones eran abundantes y en ellas se hacinaban los acusados pendientes de juicio, los deudores insolventes, los locos, los condenados que esperaban la ejecución de su sentencia, la detención tenía una duración indeterminada y a veces injustificada.

En los crímenes ordinarios se condenaba a la horca a los plebeyos u a la decapitación a los nobles, para crímenes como el parricidio, envenenamientos, incendios y delitos contra natura se quemaba vivo al delincuente o se le enterraba vivo, se le cortaba en trozos o se le cocía en aceite. La variedad de muertes era tan infinita y solo era comparable con las torturas que sufría el condenado antes de la ejecución de la condena. El que era acusado de traición al Rey se le arrancaba el corazón y se lo echaba al fuego. Otra de las características del estado de justicia de esta época era la desigualdad de las diferentes clases ante la ley, había jueces especiales para los nobles, los cuales disfrutaban del privilegio de no ser torturados ni condenados a penas corporales.

Frente a todas estas peculiaridades jurídicas de la época, Beccaria origina en su obra una serie de postulados de como “debería ser” el sistema jurídico penal, más justo y racional.

- Para este jurista es necesario que tal como en nuestros tiempos los delitos y las penas estén concretamente expresos en un código claro y definido de leyes. Que no tenga lugar la analogía, ni la interpretación del juez, que como hombre pueda dejarse llevar o influir por sus instintos.

- Todos los hombres deben conocer los límites de su responsabilidad, de aquí que los códigos puedan divulgarse de modo que no sea posible la ignorancia o incertidumbre.

- Los juicios han de ser públicos para no dar lugar a sospechas de tiranía e injusticias, además de lo que hoy denominamos “presunción de inocencia”, según el cual nadie es considerado culpable hasta que no sea declarado por sentencia firme.

- Beccaria distingue entre pruebas perfectas e imperfectas. Excluyendo las primeras, la posibilidad de que sujeto no sea culpable, y las segundas la que no la excluyen. Siendo necesaria una sola prueba perfecta para imponer una condena. En cambio sí solo se tienen imperfectas, es importante la conjunción del mayor número posible para así formar una perfecta y que no quepan dudas de su culpabilidad.

- Una vez conocidas las pruebas y tener la certeza, es necesario conceder al reo el tiempo y los medios para justificarse, siendo las leyes quien deben fijar los tiempos tanto de revisión de pruebas como la defensa del individuo.

- Condenaba abiertamente el uso de la tortura, que muchas veces condenaban a tratos indebidos a inocentes gratuitamente.

- Las penas deben ser iguales para todos sin distinción social o riqueza, ya que los delitos

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