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Analizar La Realidad De Venezuela


Enviado por   •  13 de Abril de 2015  •  2.302 Palabras (10 Páginas)  •  257 Visitas

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ANALIZAR LA REALIDAD VENEZOLANA, LATINOAMERICANA Y CARIBEÑA EN CUANO AL DESARROLLO ECÓNOMICO, SUBDESARROLLO, CAPITALISMO, SOCIALISMO, TEORIAS CLÁSICAS Y NEOCLÁSICAS Y LA GLOBALIZACIÓN.

En la actualidad ningún país puede desarrollarse sin tener vínculos con otros países tanto en lo económico como en lo político y social.

Lenin señalaba:

"… la formación del mercado mundial muestra palpablemente la labor histórica progresiva del capitalismo, que destruye el viejo aislamiento y carácter cerrado de los sistemas económicos que liga a todos los países del mundo en un todo económico único…"

Por tanto la integración es un fenómeno característico de la época contemporánea determinado entre los factores por la exigencias de la RCT internacionalización de la producción.

En los países subdesarrollados existen móviles particulares que impulsan esta tendencia general y que se encuentran asociadas a la necesidad de elevar sus incipientes ritmos de crecimiento, hacer frente a las perspectivas de sus relaciones económicas externas, formar un frente común contra las medidas proteccionistas y defender sus derechos.

En este sentido del proceso de integración en las condiciones actuales debe ir dirigido a maximizar los beneficios y disminuir los costos del proceso de globalización.

Los esfuerzos integracionistas en América Latina y el Caribe datan desde la gesta libertadora de Bolívar y Martí. No obstante las acciones concretas emprendidas por la burguesía latinoamericana en los años de Post-guerra y en el contexto de la Comisión para América Latina (CEPAL), los primeros pasos tuvieron lugar en la década del 50 al fundarse la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (1960) transformado en 1980 en ALADI.

Estos grupos estaban enmarcados en la corriente capitalista desarrollista cuyo objetivo fundamental era la industrialización a partir de la sustitución de importaciones. Su objetivo fue ir creando gradualmente el mercado común Latinoamericano y avanzar posteriormente hacia la integración económica. Con su creación se estimuló la firma de acuerdos bilaterales entre los países miembros que contribuyó a activar el comercio intrarregional.

A pesar de los logros obtenidos como señala la tabla, hay que señalar que el proceso de sustitución de importaciones mantuvo bajas tasas debido a que estos países fabricaban manufacturas a elevado valor y a altos costos de producción, teniendo baja mecanización y automatización de los procesos industriales.

Al propio tiempo las diferencias en los niveles de desarrollo económico de los países originaron distribución desigual y la orientación del tratado hacia el fomento del comercio mutuo de forma unilateral, reduciendo las posibilidades de integración en otras esferas.

En este mismo periodo, desde los años 60 estuvo asociado al proceso de reestructuración del Capitalismo mundial y a la creciente dominación imperialista en nuestra región.

Esta integración era concebida en los documentos de la CEPAL como vector estratégico de la ruptura del cuadro prevaleciente de insuficiente dinamismo y baja productividad Latinoamericana, proyectándose en tres direcciones interdependientes: la aceleración del crecimiento, la expansión y la diversificación de las exportaciones y el avance de la industrialización.

Este papel estratégico no significaba sin embargo que ella fuera considerada en sí misma, como una vía alternativa de desarrollo. Las posibilidades de reorientación del patrón de industrialización se relevaban limitadas por una serie de factores estructurales internos, la ineficiencias en la estructura productiva y en la utilización de los recursos, el escaso desarrollo de las instituciones y mecanismos financieros adecuados, el atraso y estacionamiento de la economía rural, la ausencia de una base tecnológica endógena, la falta de movilidad social y la extrema desigualdad de distribución del ingreso y de la riqueza, colocaban a las economías de la región en condiciones desventajosas para la industrialización y competir con los países desarrollados.

Por otro lado la virtual falta de resistencia y más aún la entrega de la mayoría de los gobiernos que aceptaron las formulas neoliberales diseñadas y exigidas por el capital transnacional.

Todo lo anterior permite asumir que esencia estos procesos de integración, está dado por la naturaleza de los agentes que intervienen, por tanto es necesario distinguir dos formas de integración: aquella que responde a las necesidades del gran Capital financiero transnacional y la segunda se nos presenta como una alternativa a la desnacionalización promovida por agentes que tratan de buscar un espacio económico vital para estructurar un tipo de integración de resistencia. Si a esto se le une que en la década de los 80, prácticamente la inmensa mayoría de las naciones latinoamericanas se encontraban sumergidas bajo los efectos de su más profunda crisis. Podría decirse que los únicos indicadores que crecieron a todo lo largo de este decenio de manera sostenida fueron la deuda externa, la pobreza y la aplicación de prácticas neoliberales que dieron riendas sueltas al mercado.

Por tanto, contando con esas realidades y en ausencia de una voluntad política quienes toman decisiones, muchas veces responden más a los intereses del Capital Transnacional que a los principios nacionales y regionales, de modo que resultan en la práctica ser mucho más funcionales determinados esquemas y diseños de la políticas nacionales de algunos países al Capital Transnacional que a la propia idea de crear espacios económicos con relativa independencia, que permitan ciertos márgenes de autonomía y al mismo tiempo den soluciones a las realidades muy concretas del continente.

Las elevadas barreras comerciales impuesta por los países industrializados a la importación de productos agrícolas y alimentos elaborados, junto con las subvenciones a la agricultura, han contribuido a que la exportación de esos productos básicos por los países en desarrollo arrojara resultados bastante decepcionantes en la década de los 90. Sí bien los aranceles medios en Estados Unidos, Canadá, la Unión Europea y el Japón oscila apenas el 4.3% establecido por Japón y el 8.3% impuesto por Canadá, los aranceles y barreras comerciales son mucho más elevadas para los productos que exportan los países subdesarrollados.

• Los principales alimentos básicos de origen agropecuario, como la carne, el azúcar, la leche, los productos lácteos y el chocolate, los aranceles superan el 100%. Las frutas y hortalizas, especialmente las bananas superan la cuota de la Unión Europea (con un arancel del 180%), el maní (550% en Japón y 132% en los Estados

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