Anteproyecto: Aborto Terapeutico

Introducción

Bajo la presente investigación afrontaremos una problemática muy común, casi cotidiana en nuestra sociedad. El aborto que se practican centenares de jóvenes en el territorio nacional es alarmante, muchos de los cuales son ilegales, y los legales se presentan bajo aranceles sumamente elevados en las mejores clínicas de nuestro país. Esta práctica común nos hace plantearnos una interrogante: ¿Por qué el aborto no es legalizado en Chile?, ¿Qué factores culturales inciden en que la sociedad se niega a aceptar este proyecto?, ¿Es realmente la sociedad la que no está dispuesta a tolerar el aborto en Chile, o son realmente decisiones que se toman a nivel de gobierno, específicamente político y religioso?

Creo que como mujeres es de vital importancia afrontar estos temas, discutirlos, y comenzar a buscarle algún tipo de solución, al fin y al cabo somos nosotras las más afectadas cuando se nos presenta un embarazo en circunstancias no esperadas, o un embarazo no deseado. Distintos estudios han demostrado la cantidad de abortos ilegales, y también ha entrado en debate desde que momento de gestación es considerado aborto, o si desde el momento de terminada la copulación, atentar contra esa posible vida se puede considerar como una práctica de aborto.

PROBLEMATIZACIÓN: ¿Por qué tenemos esa postura tan alejada del aborto?

Abortos se han practicado desde siempre y en 1931 se autorizó expresamente para salvar la vida de una mujer, contando con intervención médica. El artículo 19 del Código Sanitario autorizó el aborto terapéutico, práctica que se mantuvo legal hasta 1989, año en que la Dictadura Militar lo derogó prohibiéndolo y castigándolo en toda circunstancia. Desde entonces, los abortos que se realizan en el país son clandestinos. Situación similar que se vive en países como El Salvador, Honduras, República Dominicana y Nicaragua. Desde 1991, periodo de transición a la democracia para nuestro país, que se han presentado sin éxito en el Parlamento seis proyectos de ley tendientes para restituir el derecho al aborto. Estas propuestas han sido archivadas sin siquiera abrir un debate en comisiones a las que pudieran asistir expertos en el tema y organizaciones de la sociedad civil.

Además de esta negativa por parte de los legisladores de nuestro país que en consecuencia fomentan a la práctica ilegal de este proceso, se suma la negación por parte del Estado de entregar en consultorios y permitir la venta en farmacias de la famosa “Pastilla del día después”, ya que para algunos diputados y senadores, es del mismo modo una práctica abortiva. Es aquí donde entra en discusión la percepción de en qué momento una vida se forma: al momento de la unión del ovulo con el espermatozoide o en el momento en que el cigoto que se ha fecundado alcanza niveles más altos de desarrollo embrionario.

Puede que sea esta misma imposición por parte del gobierno de nuestro país lo que produzca que el aborto sea una práctica tan concurrida; si el aborto fuera legal, como muchas otras prácticas castigadas socialmente, se produciría en menor medida o se tendría más conciencia de lo que realmente significa. Pero también está la posibilidad de que si se llegase a legalizar este proyecto, la práctica de abortos se produzca de forma indiscriminada e inconsciente, y se le quite valor a la capacidad femenina de engendrar, de dar vida.

En mi investigación quiero esclarecer los motivos por los cuales la sociedad chilena y sus representantes políticos se niegan a aceptar o incluso a simplemente revisar este proyecto de ley; revelar por qué los partidos políticos y la iglesia ejerce tanta presión para esconder este proyecto de ley o si su influencia es solo un mito. También tomar en cuenta porque el número de abortos en nuestra sociedad es tan alto, ¿Existe una mala política de difusión de métodos anticonceptivos?, ¿Son los jóvenes chilenos realmente conscientes de que están jugando con vida?, ¿Sería posible legalizar el aborto aunque sea para fines estrictamente terapéuticos?

En una sociedad tan globalizada como la nuestra, donde cada vez se rompen los parámetros que teníamos engendrados como sociedad, no tan solo en materia de incursión en la vida sexual, sino también en experiencias con drogas y alcoholes, participación de jóvenes y menores de edad en hechos delictivos, entre otros. La sexualidad adolescente chilena es un tema preocupante, y mucho más preocupante es su poca madurez ante el tema y su inconciencia ante la posibilidad de ser padres, y de acabar con esta vida que acaban de formar.

¿En que contribuiría investigar lo planteado en mi investigación?

Mi investigación no tiene como objetivo generar adeptos al aborto, o de otra manera persuadir a la gente para que lo rechace categóricamente. Mi trabajo pretende despejar por qué en una sociedad como la nuestra el aborto genera tal controversia; también pretendo abordar argumentos que estén en pro y en contra de dicho acto, que a la larga servirán a mis lectores a formarse una idea de ambas posturas y poder sacar sus propias conclusiones.

Así como mi investigación tiene como meta fijar la característica social chilena frente a aborto, también pretendo generar conciencia de a pesar de estar a favor o en contra del aborto, es un tema delicado, por ende es mucho mejor tomar todas las precauciones posibles para no encontrarse en esa situación.

Mi investigación definitivamente se enfoca a crear conciencia entre la juventud, especialmente las mujeres, de que como el tema es tan difícil en materias políticas, sociales, éticas, religiosas, es mejor tener a mano cualquier método de anticoncepción antes de esperar que este tema se solucione. Si es un tema que defiende temas políticos y religiosos, pueden pasar décadas antes de que tenga una solución que sea positiva para cada postura.

Más allá de destruir o no una vida, creo que es perjudicialmente injusto decidir por otra persona. Con esto no digo que me encuentre a favor del aborto, pero como personas mayores de edad tenemos la capacidad suficiente para decidir que queremos hacer con nuestra vida, sobre todo si hay un hijo de por medio. Es libre opción el ser madre o no, nadie ni nada te lo puede imponer.

Marco Teórico: bases, respaldos y argumentaciones

Debemos partir de la base que como sociedad chilena hace más de 30 años que nos encontramos divididos. Es que el golpe militar caló fuerte en nuestra identidad y tuvo una consecuencia irreconciliable. A pesar de que llevamos más de 20 años de democracia, aún hay temas en los cuales tenemos diferencias irreconciliables, y el aborto es uno de ellos.

Para posturas izquierdistas, el aborto debería ser aceptado y protegidas sus prácticas mediante una ley. No es que el centro izquierda o la izquierda directamente estén a favor de la muerte indiscriminada de seres indefensos, ellos se basan en el derecho que tenemos como seres humanos de elegir lo que mejor nos estime conveniente. El ser madre no es una imposición, es una elección. Uno elige a cierta edad y en cierta etapa de nuestras vidas ser madre, ya que no solo implica estar preparada biológicamente para concebir, también requiere sentirse preparada en una serie de aspectos que favorecerán mucho más al bebe que el estar sexualmente lista para engendrar un bebe. Se requiere maduración psicológica, una cierta independencia y autonomía frente a la vida, y hablo específicamente de independencia económica; también se requiere tener el espacio adecuado para recibir al bebe y, dentro de lo posible, un papa que esté dispuesto a emprender en conjunto la tarea que significa criar a un bebe. Si uno de estos enunciados falla, se complica enormemente la tarea de criar. De esto radica la libre elección, si uno no se siente preparada para hacerse cargo de esa tarea y de lo que esa tarea significa, como ser humano estamos en todo nuestro derecho a decir que no.

La postura de centro derecha, de derecha o definitivamente de extrema derecha opina todo lo contrario. Puede ser que su postura sea por su extrema cercanía a la Iglesia Católica, cercanía que no tiene la iglesia con la ideología Marxista ya que en los inicios del siglo XX la iglesia se proclamó como anticomunista, y los comunistas se definen a sí mismo como ateos, o por decirlo de una manera más sutil, no cercanos a la Iglesia Católica. El punto radica en que la derecha, representando a la Iglesia Católica y todos sus valores, se opone tajantemente al aborto, y en ellos sostiene apoyos científicos, y morales.

La genética nos revela que desde la unión del óvulo y el espermatozoide existe un nuevo ser humano con toda la información genética necesaria para desarrollarse; allí tenemos un ser con identidad propia, distinta de la identidad del padre y de la madre, con un código genético que no solo determina que es un ser humano, sino además posee sus características propias; aunque no tenga formados los ojos, ya tiene establecido cual va a ser su forma, color, huellas digitales, sexo, etc. Podemos agregar a esto que desde los 40 días existen ya registros de ondas cerebrales del embrión. Psicólogos han determinado que es posible afectar las emociones de un bebe no nacido, que percibe el estado emocional de su madre. Incluso se ha demostrado que en muchos casos experimentan dolores agónicos y prolongados cuando son abortados, tanto es así que en EE.UU. se han introducido proyectos de ley para exigir a los abortistas que anestesien a la criatura no nacida antes de darle muerte.

Como base moral, se apoyan en el derecho a la vida. Nadie tiene más poder sobre otro para quitarle la vida, menos un médico, y menos una mujer desesperada

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