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Análisis de las características y proceso de aprendizaje de los niños de los ocho a los once años


Enviado por   •  27 de Marzo de 2020  •  Tareas  •  3.177 Palabras (13 Páginas)  •  109 Visitas

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Actividad 6

Análisis de las características y proceso de aprendizaje de los niños de los ocho a los once años

Bibliografía. Cohen, D. (1997). Cómo aprenden los niños. Biblioteca para la actualización del magisterio, México. SEP

I. Indicaciones: Realiza la lectura correspondiente al capítulo XI. De los ocho a los once: los años intermedios para responder las preguntas que se plantean, posteriormente, completa el cuadro explicando cada uno de los apartados.

  1. ¿Qué importancia tiene el juego en la vida de los niños?

R: Tiene la importancia de que propicia en los mismos mayor interés y creatividad al momento de desarrollar actividades que les permitan aprender y adquirir nuevas habilidades fuera de la escuela. Asimismo, les permite moderar y relajar su conducta y obediencia, ya que se encuentran en situaciones que los vuelve más pacientes y motivados para realizar sus acciones.

  1. ¿Cuáles son algunas de las características que presentan los niños en la actualidad a la que se enfrentan los maestros?

R: No demuestran entusiasmo, se quejan de hastío e indiferencia, son “aburridos”, su actitud hacia la vida es apática son desinteresados, exigen sus derechos, pero evaden la moral, parecen haber adquirido un nuevo rasgo: la renuencia a aceptar la autoridad del adulto.

  1. ¿De qué manera los cambios sociales han impactado en el comportamiento de los niños?

R: En la manera de que los niños se vuelven consumidores, experimentan la deslumbrante visión de una corriente interminable de nuevos inventos hechos para su placer, junto con la inevitable frustración de juguetes que no duran. La urbanización los limita en poner a prueba su ingenio y su capacidad, a su modo y en sus propios términos. En otros tiempos, cuando los niños tenían tiempo libre podían recurrir a los desafíos físicos y a los elementos disponibles en el medio campestre y en los terrenos baldíos de la ciudad. Uniéndose a otros, mayores y menores, en la informal camaradería de la niñez, aprendían y se enseñaban unos a otros la herencia especial de los juegos y del folklore que había pasado de generación en generación, fuera de la órbita de la dirección adulta. La sociedad ha privado de oportunidades suficientes para ponerse a prueba y fortalecerse a sí mismos, mediante desafíos relacionados con su propia motivación interna y sus necesidades físicas de niños en pleno crecimiento.

  1. ¿Cómo utilizar la fantasía y creatividad de los niños durante el desarrollo de las clases? Hay que utilizarla mediante actividades que les permitan adentrase al mundo del saber.

El ego

Las alianzas del grupo

La moral y la ética

El desarrollo moral en nuestra época

Estabilidad y cambio en los papeles sexuales

Los niños se sienten libres de toda autoridad y dirección de los adultos. Para que el niño llegue a ser un adulto es necesario que éste desarrolle algunas preferencias, intereses, valores, gustos y aversiones que no comparta con los adultos. Para lograrlo, los niños deben modificar sus sentimientos de dependencia hacia los adultos. Los niños desarrollan poco a poco la confianza y el valor necesarios para iniciar el proceso de librarse de la dominación de su conducta por los adultos.

Los niños se vuelven ahora hacia otros niños como aliados en una causa común. La concordancia con su generación en materia de atuendo, idioma, gustos, códigos y actividades se vuelve axiomática, y los niños aliados se apoyan unos a otros en toda una gama de ideas, valores y normas que a menudo contradicen los de sus padres. Así empieza el primer desafío serio a la autoridad paterna cuando los niños lanzan su recién descubierta visión de grupo contra las normas y expectativas paternas.

El conflicto de pertenecer a un grupo y los dilemas de relacionarse ocurren en una creciente red de consideraciones morales y éticas, al unirse ahora la disposición para el desarrollo y los valores familiares y sociales.  

Al crecer los niños, pasan del nivel premoral del niño muy pequeño, que responde a las expectativas de sus padres de buen o mal comportamiento sólo por miedo al castigo y temor a perder su cariño, a adoptar ahora la piadosa moral del conformista, con un cierto placer en sentirse bueno y aceptado por los admirados adultos. Los niños luchan por captar relaciones, significados y valores en ámbitos cada vez más sutiles de pensamiento y juicio.

Cuando los niños de hoy tratan de identificarse con la sociedad muchos de ellos cobran conciencia de un sistema de valores abierto y otro encubierto mucho antes que generaciones previas de niños de su edad, lo que produce cinismo y desesperanza antes de lo que solía ocurrir. Los niños tampoco son inmunes a la contradicción moral del racismo. La necesidad en esta edad de ser socialmente aceptable y de conciliar, el deseo de estar "dentro" y tener amigos, se ve atrapado en las redes del prejuicio y de temor al prejuicio. Las luchas de los niños con los problemas de pertenencia y moral a un grupo durante los años intermedios se complican más en nuestro tiempo por las exclusiones y odios de los adultos. Los principios de justicia e injusticia, de equidad y de inequidad cobran un significado vivo para los niños de los años intermedios por medio de su interacción con otros. los niños de los años intermedios ven a sus guías adultos como en realidad viven, y no como predican.

El grupo de niños que apoya a sus coetáneos sirve de manera importante a ayudar a su crecimiento, en la afirmación de un estilo de masculinidad y femineidad. Niñas y niños de ocho años aún alardean públicamente de su mutuo desprecio, aunque personas del sexo opuesto puedan gozar de su compañía en privado, y en algunos casos, hasta permitirse cierta exploración corporal. Para cuando los niños llegan a los once años empiezan a ver al sexo opuesto con la curiosidad y el interés de un nuevo descubrimiento. Durante los años intermedios, la mayoría de los niños varones se dedica a actividades que exigen esfuerzo físico y que los absorben por completo; la mayoría de las niñas opta por la charla y la imaginación. Más niños que niñas son activamente dinámicos; más niñas que niños son apacibles. Las imágenes de la apariencia y la forma externa son forjadas por la conducta de los hombres y mujeres adultos que los niños ven en el hogar y en la pantalla de la televisión. Los niños no están seguros de cómo son sus reacciones, o de cómo deben ser.

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