Arquitectura Romana

ARQUITECTURA ROMANA:

Panteón: Pronaos y cuerpo intermedio Óculo

Frontón Cúpula escalonada

Cilindro (sostén)

Pórtico Octástilo, orden corintio.

Se dividía en tres naves con 4 columnas

COLISEO:

Arcos (contaba con 80 en cada nivel)

Pilastras y vanos

Cávea (grada para los espectadores)

Arena (era de madera y se recubría de arena)

Hipogeo o sótano

Características de la arquitectura romana:

Como característica general podemos señalar el sentido práctico, funcional y utilitario. Los romanos desarrollan la arquitectura utilizando gran variedad de materiales tales como piedra, ladrillo, canto rodado, etc.

Antecedentes: dice Mary Hollinsworth…” el imperio romano fue una realización extraordinaria”… esta afirmación nos expresa la admiración que sienten los historiadores por la arquitectura de los romanos. Por todas partes, utilizando la máquina militar, Roma conquistó grandes extensiones que iban desde la península Ibérica hasta el Golfo Pérsico y desde Escocia hasta el África, y a esta conquista siguió una fase de colonización y civilización. Para ello fundaron ciudades y crearon escuelas que enseñaban latín. Esto traía consigo el problema de alojamiento de la gente, el incremento del comercio y por supuesto el ingreso y egreso de aguas a la ciudad, lo que fue resuelto a través de un planteo arquitectónico sin precedentes. Los recursos locales fueron aprovechados por la tecnología romana y se introdujeron nuevas técnicas agrícolas. El comercio floreció y los mercados crecieron en número y en dimensiones, se suma a esto la extracción de granito y mármoles en África, lo que amplió la gama de materiales de construcción. El poder del imperio se consolidó mediante una fuerte dedicación a la construcción de puertos, caminos y puentes. En las regiones menos desarrolladas, la urbanización constituyó uno de los elementos esenciales del proceso de civilización. La construcción sistemática de acueductos, por ejemplo, aseguró la supervivencia de las nuevas ciudades. La mentalidad romana, era especialmente práctica y ello nos lleva a la mayor contribución que creemos que tuvo al mundo de aquella y época y al actual y es el desarrollo y cambio en la técnica arquitectónica estructural. Si bien el cemento era ya conocido, su principal importancia radica en que facilitaba mucho la construcción de los arcos y las bóvedas y es, especialmente en el aprovechamiento de este potencial donde los romanos alcanzaron la excelencia en el campo arquitectónico. Aunque ya eran conocidos, el arco y la bóveda alcanzaron su máximo potencial en la arquitectura romana. Grandes plataformas abovedadas liberaban al edificio de las limitaciones y dificultades que antes venían impuestas por las características del terreno. Puede decirse que desde el punto de vista visual, la imponencia de las estructuras constituye en una demostración de superioridad sobre los demás pueblos y sobre la naturaleza misma. Dos claros ejemplos de ello han sido el Panteón, y el Coliseo. Estas dos estructuras

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