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Artículo De Comunicación


Enviado por   •  19 de Enero de 2013  •  1.674 Palabras (7 Páginas)  •  221 Visitas

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1. Tres dimensiones de un fenómeno complejo

Desde la perspectiva de la complejidad resulta posible trazar un hilo de continuidad entre las tres

dimensiones epistemológicas de la comunicación: su dimensión organizacional, su dimensión interaccional

y su dimensión significante.

a) La dimensión organizacional

La comunicación y la información entran en el corazón de la transformación epistemológica contemporánea

de la mano de la Teoría de la Matemática de la Comunicación, de Shannon y Weaver, y de su desarrollo en

el marco de la Teoría de Sistemas inaugurada por Bertalanffy y la Cibernética wieneriana. La dimensión

organizacional y adaptativa del concepto de comunicación es resumida por Norbert Wiener en los siguientes

términos:

“Damos el nombre de información al contenido de lo que es objeto de intercambio con el mundo externo,

mientras nos ajustamos a él y hacemos que se acomode a nosotros. El proceso de recibir y utilizar

información, consiste en ajustarnos a las contingencias de nuestro medio y vivir de manera efectiva dentro

de él… Vivir de manera efectiva significa poseer la información adecuada. Así pues, la comunicación y la

regulación constituyen la esencia de la vida interior del hombre tanto como de su vida social”

(Wiener, Cibernética y Sociedad, 1969:18)

Comunicación « Contribuciones 9/19/10 11:28 PM

http://bitrum.wordpress.com/2010/03/15/comunicacion/ Page 2 of 6

La información es, pues, asociada al orden (en el sentido de regularidades organizacionales) al tiempo que

producto de ese mismo orden organizacional. Si la información es la materia de la lógica organizacional

compleja, la comunicación es, entonces, el proceso por antonomasia de esa misma dinámica organizacional.

Es en esta concepción de la información, así como en la relevancia organizacional del proceso comunicativo

donde parece residir la base de la dimensión interaccional de la información y la comunicación que

introduce el fenómeno en el ámbito significacional humano.

b) La dimensión interaccional

Existir, para un ser vivo, es estar relacionado. Ningún organismo puede desarrollarse de manera duradera

alejado de los demás, hasta tal punto que la red de relaciones entre el organismo y su entorno, entre el

organismo y otros organismos, parece ser una condición ineludible de la vida. Esta condición de relación es

común a todos los seres vivos y no sólo a los humanos. Sobre la base de su condición organizacional, y en

tanto la organización viviente constituye un ejemplo refinado de la organización compleja, la comunicación

se erige en lógica interaccional entre seres vivos.

Ahora bien, es preciso distinguir aquí la concepción de la comunicación como lógica interaccional

(coordinación conductual) entre seres vivos y aquella otra de la comunicación como práctica significante. Si

en el ámbito de la primera existe un cierto consenso en cuanto a cierta ‘ecología conductual’, en el de la

segunda no se observa un consenso definitivo. Así, por ejemplo, Pradier (1985) o Mac Roberts y Mac

Roberts (1980) inciden en la necesaria presencia de intencionalidad para poder hablar de comunicación en

un sentido natural. En cierto sentido, estos y otros autores presuponen la autoconciencia como un requisito

comunicacional que, a la postre, circunscribe el fenómeno al ámbito de lo humano. como plantea Cassirer

desde la filosofía neokantiana (1998). Invalidan así, desde esta perspectiva, las aportaciones de la etología

(Lorenz, 1972; Tinbergen, 1979; y von Frisch, 1957) y la zoosemiótica (Sebeok, 1972) que apuntan, de una

forma u otra, a una línea evolutiva entre la comunicación en su sentido biológico y la comunicación

significante que caracteriza a las interacciones humanas.

Por el contrario, manteniendo una saludable distancia respecto de los supuestos neodarwinistas de la

sociobiología, Maturana y Varela (1996) parten de las bases biológicas del fenómeno social para determinar

la comunicación como una clase de conducta recursiva, esto es, una conducta especializada en la

coordinación conductual. Precisamente en virtud de esta cualidad de conducta coordinadora de conductas,

estos autores señalan que toda forma social se asienta sobre una conducta comunicativa, en tanto la

coordinación conductual constituye la expresión fenoménica y la condición de posibilidad de lo social.

c) La dimensión significante

El interaccionismo simbólico constituye el punto de partida de la trayectoria teórica que transforma el

constructivismo epistemológico y psicológico en constructivismo social, con un triple intermedio relevante:

la microsociología sistémica de la Escuela de Palo Alto Watzlawick et alt., 1981), la microsociología

interaccional de Goffman (1970) y la etnometodología de Garfinkel (1967). Esta corriente constructivista

que progresivamente desplaza su centro de gravedad del proceso cognitivo al proceso simbólico, atraviesa la

evolución

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