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Basamento Teorico Metodologico


Enviado por   •  19 de Marzo de 2013  •  11.610 Palabras (47 Páginas)  •  681 Visitas

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Basamento teórico Metodológico

La Preparación Metodológica es el escenario fundamental para desarrollar la preparación de los profesores de Cultura Política en formación inicial en el contenido la participación ciudadana en el modelo democrático cubano. Esta debe estar concebida partiendo de una auto preparación individual previa a su desarrollo, que debe ir al trabajo directo, con las fuentes del conocimiento histórico, a la revisión bibliográfica y al trabajo con el software educativo, relacionado con el tema.

Además, se coincide con los autores del programa de Educación Cívica en que educación en la participación ciudadana es: un proceso continuo y permanente, que debe propiciar la adquisición de conocimientos, el desarrollo de hábitos, habilidades, actitudes y valores cívicos y patrióticos con el fin de armonizar las relaciones entre los ciudadanos y las de estos con el Estado socialista.

Las actividades fueron estructuradas teniendo en cuenta que: tuvieran un fundamento político ideológico, respondiendo a los intereses de la clase obrera y de su Partido Comunista, y a la necesidad social: perfeccionar la preparación de los profesores de cultura Política en formación inicial para educar la participación ciudadana con una concepción cívica y patriótica. Su basamento metodológico responde al Programa Director de la Educación en Valores, con énfasis en los valores cívicos fundamentales. Su contexto fundamental era el escolar complementado con el comunitario. Su espacio fue la preparación metodológica de Historia de Cuba y Cultura Política.

La propuesta está conformada por diez actividades, encaminadas a la preparación de los profesores de Cultura Política en formación inicial en aspectos teórico-metodológicos que fundamentan el tratamiento a la participación ciudadana como idea rectora del programa de Cultura Política para el nivel medio superior. El objetivo general de la propuesta es: contribuir a la preparación de los profesores de Cultura Política en formación inicial en elementos esenciales del contenido y la didáctica relacionados a la educación en la participación ciudadana con una concepción cívica y patriótica, para propiciar, desde su actuación profesional, la labor de transmisión de valores cívicos, normas y procedimientos reguladores de la participación ciudadana y mejorar su desempeño profesional.

Alcance y definiciones del estudio de la historia y la geografía de Venezuela

La historia es la ciencia que tiene como objeto de estudio el pasado de la humanidad y como método el propio de las ciencias sociales Se denomina también historia al periodo histórico que transcurre desde la aparición de la escritura hasta la actualidad.

Más allá de las acepciones propias de la ciencia histórica, historia en el lenguaje usual es la narración de cualquier suceso, incluso de sucesos imaginarios y de mentiras. En medicina se utiliza el concepto de historia clínica para el registro de datos sanitarios significativos de un paciente, que se remontan hasta su nacimiento o incluso a su herencia genética.

A su vez, llamamos historia al pasado mismo, e, incluso, puede hablarse de una historia natural en que la humanidad no estaba presente (término clásico ya en desuso, que se utilizaba para referirse no sólo a la geología y la paleontología sino también a muchas otras ciencias naturales; las fronteras entre el campo al que se refiere este término y el de la prehistoria y la arqueología son imprecisas, a través de la paleoantropología).

Ese uso del término historia lo hace equivalente a cambio en el tiempo. En ese sentido se contrapone al concepto de filosofía, equivalente a esencia o permanencia (lo que permite hablar de una filosofía natural en textos clásicos y en la actualidad, sobre todo en medios académicos anglosajones, como equivalente a la física). Para cualquier campo del conocimiento, se puede tener una perspectiva histórica -el cambio- o bien filosófica -su esencia-. De hecho, puede hacerse eso para la historia misma (véase tiempo histórico) y para el tiempo mismo (véase Historia del Tiempo de Stephen Hawking, libro de divulgación sobre cosmología).

La geografía es la ciencia que se encarga de la descripción de la Tierra. También la palabra puede utilizarse para hacer referencia al territorio o al paisaje.

La geografía, por lo tanto, estudia el medio ecológico, las sociedades que habitan en él y las regiones que se forman al producirse esta relación. En otras palabras, se encarga de analizar la relación hombre-Tierra y los fenómenos geográficos de la superficie terrestre.

Esta ciencia cuenta con varios principios, estipulados por los especialistas a lo largo de la historia. El principio de la localización, por ejemplo, fue sustentado por Federico Ratzel y consiste en ubicar el hecho geográfico, lo que también permite identificar el fenómeno geográfico.

El principio de la comparación, analizado por Carl Ritter, explica la relación que existe entre un hecho y un fenómeno geográfico. También podemos mencionar al principio de la explicación, estudiado por Alexander von Humboldt, que investiga el fenómeno en base a comprobaciones; el principio de la descripción, aportado por Vidal de la Plaza, que permite descifrar el hecho geográfico al analizar su causalidad; y el principio de la observación geográfica, que posibilita la visualización de los fenómenos geográficos en base a la referencia que se origina en la superficie o en el espacio.

En cuanto a las tradiciones geográficas (las corrientes o líneas de estudio existentes en esta ciencia), aparecen la tradición física (encargada a de los aspectos físicos, como el relieve y la vegetación), la tradición corológica (estudia sistemas territoriales, tanto espacios naturales como sociales), la tradición ecológica (se centra en la interacción entre los grupos humanos y el medio físico), la tradición paisajística (analiza los paisajes naturales y culturales), la tradición espacial (localización y distribución de los fenómenos naturales y culturales) y la tradición social (se encarga de las sociedades y de los medios donde éstas habitan).

Nación.

Los historiadores señalan que el "Estado-Nación", históricamente hablando, adoptó como primera forma la del Estado Monárquico-Absolutista, que se fue conformando en la medida en que un Señor Feudal se imponía progresivamente a otros señores feudales ya sea través de la fuerza o de pactos de cualquier tipo, incluyendo los matrimonios por razones políticas. Como ya decíamos antes, en los tiempos actuales existe toda una corriente de pensamiento que sostiene que el Estado-Nacional ha dejado de existir o no a causa de la globalización del sistema capitalista, del surgimiento de las "empresas globales" y del desarrollo científico-tecnológico. Más allá de todo lo que afirmen los neoliberales fundamentalistas, a finales del siglo XX y a principios del Siglo XXI, a pesar del mito de la muerte del Estado-Nación, estamos presenciando el surgir y el resurgir de viejos y nuevos sentimientos nacionales en un proceso aparentemente paradójico de naciones que se convierten o que luchan para convertirse en Estados para, a su vez, sumarse a procesos de integración económica, social, cultural y política supranacionales. Tal es el caso de las naciones que antiguamente constituían el Estado yugoslavo.

Para dar una definición de "nación", primero es preciso analizar el concepto. Concretamente, la "nación" tiene una serie de géneros y especies. Los géneros son tres: nación biológica, nación antropológica y nación política. A su vez, la nación biológica tiene tres especies. La primera se refiere al individuo, al organismo viviente; ahí está el concepto original de "nación" –decíamos–, proveniente de nascor ("nacer", en latín). Es decir, nación es lo que ha nacido. En cuanto al concepto de nación antropológica, cabe decir que este concepto tiene ya características específicamente humanas, entre las cuales se halla el carácter institucional de las actividades de los hombres y la racionalidad, que radica en la manipulación de las cosas externas. Es también un concepto oblicuo, porque proviene de las naciones periféricas al Imperio romano, donde se cuece la idea de nación. Esos grupos que rodean al Imperio son gentes o naciones étnicas, grupos humanos que están en la periferia del Imperio. Cuando estas naciones se integran en la sociedad política (reino, Estado, imperio, etc.) se convierten en naciones étnicas no políticas. Como ejemplos, puedo citar las naciones en las que durante la Edad Media se clasificaban los mercaderes de mercados tan lejanos entre sí como París o Medina del Campo, y que carecían de cualquier sentido político; otro tanto sucedía con los colegios mayores de las universidades, donde los alumnos se clasificaban por su nación, que era el lugar de origen.

Es éste el mismo sentido con el que se emplea el término en el Poema de Almería, que narra la toma de esa ciudad por Alfonso VII, quien reunió un ejército procedente de diferentes partes de España, entre ellas, la "nación" asturiana. Por desgracia, los nacionalistas asturianos acuden a esta cita para argumentar cómo su nación estaba ya presente en esos tiempos, cuando, justamente, lo que prueba es lo contrario: se trataba solamente de una estirpe, de una etnia.

Tal como se ha considerado, aquella herramienta crítica que tenemos a mano (sin perjuicio de otras posiblemente tan satisfactorias como esta, pero que en este momento reconocemos desconocer —por ignorancia, por supuesto—) es el análisis realizado por Gustavo Bueno en España frente a Europa. Allí se expone el concepto de "nación" de acuerdo con una estructura muy precisa, esta es la de reconocerlo como un concepto de tipo "genérico análogo funcional" que arroja cuatro acepciones de nación determinadas por sus notas funcionales específicas.

Cultura.

La cultura es el conjunto de todas las formas, los modelos o los patrones, explícitos o implícitos, a través de los cuales una sociedad regula el comportamiento de las personas que la conforman. Como tal incluye costumbres, prácticas, códigos, normas y reglas de la manera de ser, vestimenta, religión, rituales, normas de comportamiento y sistemas de creencias. Desde otro punto de vista se puede decir que la cultura es toda la información y habilidades que posee el ser humano. El concepto de cultura es fundamental para las disciplinas que se encargan del estudio de la sociedad, en especial para la antropología y la sociología.

...que la cultura da al hombre la capacidad de reflexionar sobre sí mismo. Es ella la que hace de nosotros seres específicamente humanos, racionales, críticos y éticamente comprometidos. A través de ella discernimos los valores y efectuamos opciones. A través de ella el hombre se expresa, toma conciencia de sí mismo, se reconoce como un proyecto inacabado, pone en cuestión sus propias realizaciones, busca incansablemente nuevas significaciones, y crea obras que lo trascienden.

Aunque muchas de las concepciones sobre cultura en el lenguaje común tienen su origen en el debate de las ciencias sociales, o bien, existieron primero en el habla cotidiana y luego fueron retomadas por las segundas, aquí se presenta un repaso sobre la construcción histórica del concepto de cultura en las disciplinas sociales.

Soberanía.

Surgió cuando los europeos de los siglos XVI y XVII empezaron a buscar fundamentos laicos sobre los que basar la autoridad de los incipientes estados nacionales. El término soberanía proviene de la palabra soberano que implica ausencia de control; pero soberano también es el jefe de un Estado monárquico, es decir, de un ente político, y por esta razón la soberanía ha surgido en el campo político.

En los sistemas donde el mando está en manos de una sola persona, conocidos como sistemas monárquicos o dictatoriales, la soberanía es ejercida por el soberano, dictador, emperador o rey; y en los sistemas democráticos, que se basan en el estado de derecho, la soberanía está en manos del pueblo.

Así que, en primer lugar, es el pueblo, o el factor humano del Estado quien detenta la soberanía. No obstante, es imposible que la soberanía en los Estados democráticos sea ejercida directamente por el pueblo, y por esta razón la misma es delegada en los órganos que conforman el Estado. De esta manera el concepto de soberanía surge en lo político, posteriormente debió transformarse con la intención de garantizar un fondo jurídico al poder del Estado.

Históricamente el gran problema con la soberanía ha sido determinar en quién recae la misma. Muchos estudiosos del derecho constitucional, entre ellos Sánchez Viamonte, han explicado con más claridad este hecho, conviniendo que en las repúblicas democráticas, no puede haber más soberanía interna o externa que la popular, es decir, que desde el punto de vista político, la soberanía no es otra cosa que la voluntad de la mayoría. Coincidiendo con el Dr. Humberto La Roche, la Soberanía se encuentra entonces íntimamente ligada al concepto mismo de Estado, de manera que el Poder Soberano viene a ser uno de los elementos que contribuye a estructurarlo. Por esto, se dice que la Soberanía Nacional es lo más importante dentro del Estado. Es la suprema autoridad.

En Venezuela la Soberanía está expresamente establecida y también los sujetos que pueden detentarla, o ejercerla, es así como la Constitución de la República en su Titulo I, referido a los Principios Fundamentales, en su artículo 5 establece que la Soberanía esta en manos del pueblo venezolano quien la delega en los órganos del Estado.

Pueblo.

Es el conjunto de personas de una nación, aunque también puede entenderse como el de parte de un país, el de una región o el de una localidad, o incluso asimilarse al mismo concepto de país o de localidad (especialmente para una población rural).

También puede entenderse como una identificación étnica (racial o cultural), sobre todo en expresiones como pueblos primitivos o pueblos indígenas de la actualidad, o pueblos antiguos en épocas históricas pasadas.

En cambio, el concepto de pueblo en las naciones-estado modernas y sobre todo en las naciones de ciudadanos contemporáneas (muy plurales y heterogéneas en su composición demográfica, social, antropológica, y cultural, y que incluso ponen en valor esas diferencias) corresponde a un término propio del derecho constitucional:

Identidad.

Los principales representantes de la Identidad Nacional en un país, son los símbolospatrios, seguidos de diversas manifestaciones culturales características de cada país, la moneda (en algunos países), el idioma (en algunos países), entre otros.

Nosotros los venezolanos, habíamos tenido olvidado los rasgos característicos de nuestro país; habíamos estadoenvidiando lo material que tienen las otras naciones (principalmente potencias), mientras que despreciábamos todas las riquezas que tenemos aquí.

Ha sido la situación actual de nuestro país la que se encargó de revivir dicho sentimiento, por medio de todos los sacrificios que hemos hecho por nuestra tierra. Un ejemplo de esto es el nuevo uso que le damos a la bandera (gorras, franelas, trajes de baño, etc.).

Territorialidad.

La territorialidad se puede analizar a diversas escalas, que comprendan sólo una casa, pasando por una ciudad o un Estado, hasta llegar a todo el planeta o incluso al universo -al menos, las zonas más inmediatas a la Tierra, que son accesibles ya al ser humano y sus artefactos-; pero en la actualidad hay una escala donde la territorialidad opera de una forma privilegiada: la del Estado-nación.

En primer lugar, hay que distinguir en relación con el Estado-nación dos usos de la palabra territorialidad: en cuanto realidad de derecho se refiere a la vinculación jurídica entre determinado territorio y las personas que se encuentran en el mismo, en tanto percepción del self alude a un territorio que es considerado por un grupo de personas como el marco normal y exclusivo de sus actividades.

En el Estado-nación, que evidentemente es la forma de organización política que se ha generalizado en la economía-mundo capitalista, el uso novedoso de la territorialidad se ha concretado especialmente en tres aspectos: la creación de un concepto de "espacio vaciable" -es decir, un espacio físico separado conceptualmente de los constructos sociales o económicos o de las cosas-, la creación de las burocracias modernas -cuyas actividades tienen límites explícitamente territoriales- y el oscurecimiento de las fuentes del poder social.

La última función es, a nuestro juicio, la más peligrosa, ya que al oscurecer el carácter de clase del Estado la territorialidad moderna logra que todos los habitantes de un territorio se conviertan en "nacionales" de un Estado-nación y se identifiquen con él. De este modo se produce una fuerte legitimación de las guerras, que se convierten en "guerras populares" so pretexto de defensa del territorio nacional.

Diversidad.

La multitud de formas que presentan los organismos vivos apenas puede ser abarcada en su conjunto. Ningún individuo es exactamente igual a otro; incluso dentro de comunidades estrechamente emparentadas se encuentra una fuerte variación, ello es particularmente perceptible en lo que respecta al hombre, animales y plantas, en relación con ello es posible distinguir una gran multitud de estirpes, se calcula que actualmente existen unas 500.000 especies vegetales y más de dos millones de especies animales.

Entendemos por diversidad biológica o biodiversidad la variedad de formas de vida que habitan la tierra.

La diversidad se compone no sólo de un elemento, sino de la variación y la abundancia relativa de especies de modo que las medidas de diversidad así consideran estos dos factores: riqueza de especies, que es el número de especies; y uniformidad, esto es, en qué medida son abundantes las poblaciones de cada especie.

Sentido de Pertenencia.

El “sentido de pertenencia” sugiere, en casi todas sus definiciones, que todo cuanto existe en la empresa le pertenece a todos y por lo tanto deben los empleados sentirse dueños, propietarios y hasta accionistas de la firma donde prestan sus servicios. Esto se hace por una sencilla razón: si los colaboradores sienten a la empresa como suya procurarán lo mejor para ella pues difícilmente se “muerde a la mano que nos da de comer”.

Factores Geohistorico y su influencia en la conformación del país:

Las características económicas, sociales y espaciales de América Latina, han estado condicionadas por su carácter dependiente, lo que ha limitado el desarrollo del área a los intereses de los países dominantes. En Venezuela, desde lo espacial, el desarrollo desigual se expresa a través de los desequilibrios espaciales, la estructura espacial dominante desde 1950 es la Centralizada (Ceballos, B.), consecuencia de la transferencia del ingreso petrolero. El Enfoque Geohistórico (Tovar, R. 1986), es una propuesta teórico-metodológica para el análisis del espacio geográfico desde una perspectiva interdisciplinaria, entendiendo al espacio como producto social, síntesis de la acción de los grupos humanos consecuencia de una realidad histórica. La Geohistoria es definida por Santaella, R. (1990) como la “relación entre la geografía y la historia; una modalidad de interdisciplinariedad obligante en el estudio del espacio y su dinámica. Lo geográfico forma parte del proceso histórico y necesita de la historia para ser explicado socialmente”. Lo temporal y lo espacial se apoyan en la categoría proceso, el espacio (nacional, urbano, rural, fronterizo, industrial, comercial…) presenta una dinámica, complejidad, heterogeneidad y especificidad que lo define, de acuerdo a las condiciones históricas determinadas. Para el análisis del espacio se parte del presente, como síntesis del proceso. La propuesta educativa que adelanta el Ministerio de Educación y Deportes propone que desde la escuela se investigue la realidad espacial bajo el Enfoque Geohistórico, para descubrir, comprender y analizar la complejidad de espacio venezolano en la escala local, regional y nacional, en correspondencia con el Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2001-2007 en el cual se plantea un nuevo reordenamiento territorial que tenga correspondencia con el desarrollo social y económico, que permita superar los desequilibrios espaciales.

Palabras clave: dependencia, desequilibrios espaciales, Geohistoria, espacio, tiempo, realidad espacial, reordenamiento territorial, transformación.

La geografía tiene un papel de vanguardia ante los acontecimientos y las condiciones históricas del III Milenio enmarcadas en el incremento y dependencia tecnológica, la globalización, la competitividad; la geografía es una ciencia de síntesis, de relaciones y debe dar respuesta a la complejidad del presente. En el marco de este Coloquio asumimos el planteamiento de Santos, M. “…La geografía crítica…no puede permitirse ser solo crítica. Para ser útil…, la crítica tiene que ser analítica y no solo discursiva.

El carácter de la geografía como ciencia social, “explica la organización diferenciada del espacio estructurado por los grupos humanos dentro de condiciones históricas determinadas” (Tovar. R. 1996), por lo que cada espacio presenta una dinámica, complejidad, heterogeneidad y especificidad que lo define, en tal sentido debemos comprender el papel de la historia en el estudio geográfico. En Venezuela el liderazgo científico de la Geohistoria, lo ejerce el profesor e investigador de dilatada trayectoria Ramón Tovar (Universidad Pedagógica Experimental Libertador UPEL), en la búsqueda de la producción de teoría propia de nuestra realidad. En el VIII Encuentro de Geógrafos de América Latina (1999) la investigadora mexicana Blanca Ramírez planteaba que “…desde la realidad latinoamericana las teorías que explican nuestro procesos han sido, en general, importadas desde Europa o Estados Unidos, dando un matiz empiricista a la ejemplificación de los procesos sobre la base de nuestras realidades…” (p.4). Afirmación que compartimos, en Venezuela el Profesor Tovar desde los años 60 exclamaba, “basta de ciencia prestada”, por lo que desde el Enfoque Geohistórico se aporta “…un planteamiento sólido, epistemológicamente rico… metodológicamente en expansión.

Para Tovar, R. (1986) la Geohistoria se entiende como la “ciencia que intelecta el espacio concebido y creado por los hombres, organizados en sociedad, ceñidos a condiciones históricas dadas o determinadas…no hay otra geografía que no sea la llamada humana, mejor identificarla como Geohistoria”.

El Enfoque Geohistórico constituye una propuesta teórico-metodológica desde una visión interdisciplinaria y transdisciplinaria para el análisis y explicación de la realidad geográfica venezolana, en atención a las condiciones históricas. Bajo este Enfoque, iniciaron estudios del espacio venezolano, además del profesor Ramón Tovar los siguientes investigadores de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL): Maruja Taborda, Beatriz Ceballos, Ramón Santaella, Armando Rojas, Omar Hurtado Rayúgsen, Rosa Figueroa, Cosme Arzolay, Omar Morales, entre otros (investigadores, miembros del Centro de Investigaciones Geodidácticas de Venezuela CIGD), así como las investigaciones realizadas en los trabajos de grado de Maestría de los Institutos Pedagógicos de Maracay, Caracas, Maturín, Rubio, Barquisimeto (UPEL) y las realizadas en la Maestría en Geografía, mención docencia de la Universidad del Zulia y la Universidad de Los Andes, Núcleo Táchira. Estas investigaciones han generado un cuerpo de enunciados, nociones, conceptos y categorías para la construcción de una propuesta teórica de la espacialidad venezolana, “…descubrir y analizar la estructura geoeconómica de nuestros espacios constituye a nuestro juicio, el objeto de estudio de la geohistoria…estudiar el espacio y analizarlo dentro de nuestra realidad histórica concreta”

La Geohistoria al tener por objeto de estudio los fenómenos sociales en su dimensión temporo-espacial, evidencia el manejo de la unidad dialéctica tiempo- espacio, la Historia (el tiempo, lo diacrónico), permite seguir la pista a las relaciones, contribuye a descubrir cómo se produce el fenómeno; la geografía (el espacio, lo sincrónico) demuestra cómo la sociedad actúa sobre su medio; por lo tanto constituye el análisis y la síntesis de la organización y estructura del espacio. La dirección metodológica propuesta es del presente al pasado, el presente por ser síntesis del proceso histórico, Tovar. R. (1995) señala, “la Geohistoria es en términos del conocimiento, una representación de la realidad a la cual tratamos de dar respuesta…donde se integran, por una parte el espacio y por la otra el tiempo: las dos grandes variables del conocimiento científico social” El estudio del espacio desde el Enfoque Geohistórico conduce a su análisis objetivo, estableciendo correlaciones en las diferentes escalas: local, regional, nacional, internacional y/o mundial.

La conformación del espacio venezolano ha sido el resultado de una dinámica histórica la cual ha estado determinada por el capitalismo mundial; la estructura del espacio geográfico es producto de una dinámica social, su forma y contenido cambia con la Historia, “…el espacio geográfico, dada su complejidad, no puede captarse de manera homogénea, ni estática,…hay que definir con suficiente precisión los parámetros cronológicos y espaciales que nos interesan” (Hurtado, O. 1994 p.62). Teniendo como fundamento teórico metodológico la Geohistoria, se propone estudiar el espacio venezolano, analizarlo y explicarlo desde nuestra realidad histórica. La complejidad del espacio requiere de un abordaje inter y trransdisciplinar ya que “…la realidad es compleja e integrada, multivariable y altamente heterogénea” , al respecto Santos, M., señala “…nunca es excesivo insistir en el riesgo que representa una ciencia social monodisciplinar, sin interés por las relaciones globales entre los diferentes vectores que constituyen la sociedad como un todo”

Pueblos aborígenes antes de ser conquistados:

Hipótesis

Hace quinientos años el europeo crea, dialécticamente, al indio. Hoy es el indio el que se crea a sí mismo, negando a la cultura occidental y reafirmando la propia previa a la invasión de América.

Los pueblos americanos antes de la invasión

Los pueblos que habitaban América antes de la conquista habían alcanzado a desarrollar sociedades urbanas, mientras que otros sólo practicaban una agriculturasimple o se dedicaban a la caza y la recolección.

Los mayas, aztecas e incas construyeron complejas obras de riego, aplicaron técnicasagrícolas y organizaron estados teocráticos. También inventaron un calendario de 365 días (mientras que Europa se guiaba por el gregoriano, menos exacto que el maya) y un alfabeto. Pero quizás, lo que más se destaca sea la ciudad de Teotihuacán que en el año 500 d.C. era la ciudad más grande del mundo con 200.000 habitantes.

Hasta la invasión, los aborígenes se aseguraban los alimentos y los bienesnecesarios para vivir a través de relaciones de reciprocidad y redistribución. La primera, consistía en la práctica de la solidaridad y ayuda mutua entre los miembros de la comunidad. Se ayudaban entre sí a cultivar y a cosechar. Mientras que la redistribución, consistía en el cobro de fuertes tributos en productos y en trabajoque eran contabilizados para determinar en que zonas sobraban o faltaban alimentos para luego distribuirlos en las poblaciones más necesitadas. Esto confirma el espíritu comunitario de los pueblos aborígenes americanos.

Organización del espacio político administrativo:

Mapa político de VenezuelaSegún los artículos 4 y 16 de la Constitución Nacional, la República Bolivariana de Venezuela es un Estado federal descentralizado cuyo territorio está dividido en Estados, el Distrito Capital, las Dependencias Federales y territorios federales. Al 2009 Venezuela no cuenta con territorios federales (el último fue elevado a Estado en 1992), pero si tiene 23 Estados Federales, un Distrito Capital (que comprende a Caracas) y 311 once islas e islotes en el Mar Caribe que conforman las dependencias federales. Además, el Estado venezolano está en disputa con la Guayana Inglesa sobre la Guayana Esequiba, territorio selvático al sureste del país.

Como en la mayoría de los países, la división política de Venezuela ha sufrido numerosos cambios desde su creación en el siglo XIX. Antes de la Guerra Federal (1859-1863) los estados eran denominados provincias y el país se dividía mayormente en cantones, sistemas que se reflejan a grandes rasgos en la división contemporánea. La estructura política del país se normalizó en el siglo XX, cuando los territorios finalmente se establecieron acorde a sus características individuales. Sin embargo, tan reciente como en los años 1990 se reestructuró la administración municipal y se añadieron nuevos estados, siendo la última adición en 1998 con la elevación del Territorio Vargas a la categoría de Estado.

Antecedentes

El antecedente más antiguo de los actuales Estados de Venezuela son las provincias y cantones coloniales. Las Provincias variaron en tamaño y composición, pero en general se puede decir que fueron cinco: Margarita, Trinidad-Guyana; Nueva Andalucía o Cumaná; La Grita, Mérida y Maracaibo y Venezuela o Caracas. Estas Provincias formaban la Capitanía General de Venezuela, la cual estaba al mando de un Gobernador y Capitán General.[1] Las constituciones de la época independentista también dividieron al país en Provincias, pero tras la Guerra Federal su denominación cambió a Estado. Los cantones duraron más tiempo, pero eventualmente devinieron en distritos.

Durante el resto del Siglo XIX el número de estados varió considerablemente. Un ejemplo drastico es el de Antonio Guzmán Blanco, quien en la Constitución de los Estados Unidos de Venezuela de 1881 redujo el número a 9 con la intención de facilitar su administración.[2] Posteriores divisiones territoriales aumentaron o renombraron los distintos estados, pero a comienzos del siglo XX, la estabilidad de las regiones conllevó a sus establecimientos actuales.

Estados de Venezuela

Los Estados federales son las divisiones políticas fundamentales del país. Estas entidades son iguales en lo político y poseen las mismas competencias. Cada Estado tiene como poder ejecutivo un Gobernador, el cual es electo por mayoría absoluta por 4 años con la posibilidad de reelección y por una sola vez para igual periodo. Según el articulo 164 de la Constitución, cada Estado debe dictar su propia constitución y organizar sus municipios. Sus competencias son todas aquellas no reservadas por la constitución al poder público nacional o municipal.

A nivel nacional cada Estado esta representado en la Asamblea Nacional de acuerdo a su población por un sistema de representación proporcional, y adicionalmente como mínimo cada Estado elige 3 diputados. El Consejo Legislativo está formado por entre 7 y 15 integrantes electos por 4 años (Art. 162). Tienen además, una Contraloría estatal. En cada Estado hay un Consejo de Planificación y Coordinación de Políticas Públicas presidido por el Gobernador o Gobernadora e integrado por los Alcaldes, los directores estadales de los ministerios; y una representación de los legisladores elegidos por el Estado a la Asamblea Nacional, del Consejo Legislativo, de los concejales y de las comunidades organizadas, incluyendo las indígenas donde las hubiere (Art. 166).

Actividades económicas, petroleó, agrícola y sector industrial:

La Agricultura

Son aquellas que integran el llamado sector agrícola. Todas las actividades económicas que abarca dicho sector ( excepción hecha de la pesca), tiene su fundamento en la explotación del suela o de los recursos que éste origina en forma natural o por la acción del hombre (pasto, forrajes yo otros alimentos para animales, etc). El sector agrícola se divida en la forma como se indica en el siguiente esquema:

La agricultura es la actividad agraria que comprende todo un conjunto de acciones humanas que transforma el medio ambiente natural, con el fin de hacerlo más apto para el crecimiento de las siembras.

Características

La naturaleza biológica de su proceso: mediante la agricultura se cultivan una gran variedad de plantas para generar bienes; especialmente, bienes alimenticios, por cuanto a la producción de alimentos, destinado a la satisfacción de las necesidades humanas, ella descansa en el proceso de la fotosíntesis, que es indispensable para el desarrollo de los vegetales.

El uso de extensas áreas y su dispersión en el espacio: Se caracteriza por ocupar grandes espacios. Se estima que el 12% de la superficie terrestre se halla bajo cultivo, a lo que hay que agregar un 23% bajo pasto permanente.

Su dependencia de las condiciones meteorológicas: Las plantas requieren de luzsolar, de agua y de temperatura, elementos éstos que le son aportaos a través del fenómeno conocido por el clima.

Su dependencia del suelo: Las plantas necesitan de un soporte terrestre que las sostenga, les proporciona nutrientes, almacenes y las provea del agua aportada por las lluvias o los sistemas de riesgos. Estas funcioneslas cumple el suelo, que es el substrato fisiográfico de la agricultura y el principal recurso natural con el que cuenta un país.

Situación actual:

La agricultura actual emplea técnicase instrumentos que no depende dela energía animal ni humana y logra un máximo aprovechamiento de los recursos naturales del suelo. La agricultura actual se relaciona con un elemento dinamizador esencial, agroindustria, que proceso la mayor parte del producto. Cultivo como el sorgo, el maíz, el girasol, el arroz, el maní y la caña de azúcar se produce bajo las condiciones de la agricultura moderna.

Entre sus características principales tenemos:

Una elevada inversión en tecnología.

No depende de los factores naturales.

Predomina el monocultivo o la especialización agrícola

La concentración de mano de obra especializada.

Importancia:

Es importante porque origina los alimentos que, directamente o con posterior procesamiento, nos brinda la energía que nos permite vivir, si esta actividad no estaría seguro el pan nuestro de cada día.

Petróleo

El petróleo es un hidrocarburo que se forma por la combinación de sustancias que contienen carbono e hidrógeno y proviene de la descomposición de organismos que vivieron hace millones de años.

El petróleo es la base de la economía venezolana, generando en 1994 el 73,3% de los ingresos por exportación. Se reconocen opciones de gran magnitud en todos los tipos de petróleo crudo, lo que explica que en 1999 se extrajeran 1.100.498.300 barriles, exportándose la mayor parte a Estados Unidos, Europay otros países de Latinoamérica. Esta gran producción petrolera se extrae mayoritariamente de la cuenca del lago de Maracaibo y de las cuencas Barinas-Apure y Oriental. El gobierno venezolano nacionalizó la industria petrolera en 1976, que quedó en manos de la empresa Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA), cuyas empresasfiliales operan en seis refinerías del país de diversa magnitud y tienen una capacidad de refinado de petróleo de 1.265.000 barriles diarios, además de otras nueve en el extranjero (en Curaçao, Estados Unidos, Alemania, Suecia y Bélgica) que procesan 1.860.000 barriles diarios adicionales. Se prevé un gran porvenir en este sector, puesto que hay reservas estimadas en 75.000 millones de barriles de petróleo, incluyéndose tanto las reservas convencionales, como parte de las de la faja petrolífera del Orinoco, estimadas en alrededor de 250.000 millones de barriles recuperables, donde ya han comenzado a movilizarse por el proceso de orimulsión, emulsión de bitúmenes (betún) y agua, principalmente para el uso de plantas generadoras de energía. El país es uno de los principales productores mundiales de gas natural, 30.865 millones de m³ en 1999 (véase Combustible gaseoso); la producción fue de gasnatural, gas licuado, butano y propano. Venezuela es un miembro fundador de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).

Otros minerales explotados con fines comerciales son hierro (8.800.000 t), bauxita (4.193.000 t), carbón (7.547.777 t), oro(10.000 kg), sal, fosfatos (350.000 t) y calizas. Se descubrieron cerca del río Orinoco en la década de 1940 extensos depósitos de mineral de hierro en el llamado cinturón ferrífero de Imataca; fue explotado por empresas estadounidenses hasta su nacionalización en 1975 y a partir de esta fecha se hizo cargo de su explotación la empresaestatal Ferrominera del Orinoco, subsidiaria de la Corporación Venezolana de Guayana, que extrajo en 1994 una producción de 18.309.000 t de hierro de los yacimientos guayaneses de Cerro Bolívar, Cerro San Isidro y Cerro Los Barrancos, de los cuales se exportaron 11.150.000 t a Europa, Asiay Estados Unidos.

La extracción de los minerales de bauxita de Los Pijiguaos opera desde 1987, con una producción en 1994 de 2.530.000 t. El hierro es procesado en Ciudad Guayana, en las instalaciones de la Siderúrgica del Orinoco, con una producción anual de 2.682.277 t de acero, mientras que la bauxita es transformada en la misma ciudad por Interalúmina, empresa subsidiaria de la Corporación Venezolana de Guayana que satisface la demanda de las empresas productoras de aluminio. La explotación de los yacimientos carboníferos de Guasare en el estadode Zulia, Carbosuroeste en Táchira y Fila Maestra y Naricual en Anzoátegui ha alcanzado la producción de 4.434.000 t de carbón en 1994. Hay abundancia de minerales de oro (en especial en los estados de Bolívar y Amazonas) tanto en vetas como en aluviones, representando su potencial aproximadamente el 12% de las reservas mundiales conocidas. La producción de oro en 1994 ascendió a 9.944 kg y la de diamante a 314.000 quilates. Venezuela es además un importante productor de caliza y dolomita, con 15.972.083 t anuales, que proporcionan la materia prima a una quincena de fábricas de cemento. Otras explotaciones de gran interés son los yacimientos de fosfatos de Táchira que se empezaron a explotar en 1994 con una producción anual de 57.337 t, los de manganeso en Guayana y los de níquel en Aragua.

Localización del petróleo en Venezuela:

Cuenca de Maracaibo.

Cuenca de Falcón.

Cuenca del Golfo de Venezuela.

Cuenca de Apure.

Cuenca de Cariaco.

Importancia:

La vida sin el petróleo no podría ser como la conocemos. Del crudo obtenemos gasolina y diesel para nuestros autosy autobuses, combustible para barcos y aviones. Lo usamos para generar electricidad, obtener energía calorífica para fábricas, hospitales y oficinas y diversos lubricantes para maquinaria y vehículos.

Pensamiento Político Latinoamericano y Caribeño

Introducción a la teoría critica y teórica de las ideas en el pensamiento latinoamericano.

La filosofía se caracteriza por ser un tipo de pensamiento que se cuestiona a sí mismo. En tal sentido podría afirmarse que, aun mucho antes de la aparición de Kant, la filosofía se ha organizado como saber crítico, si bien es a partir del filósofo alemán cuando se tomó una clara conciencia tanto de ese carácter como de su necesidad.

En cuanto crítica, la filosofía supone además una filosofía de la filosofía. Es decir, lo crítico no se reduce a una investigación de los límites y posibilidades de la razón, con una intención exclusivamente epistemológica, es algo más que esto. Se trata de una meditación en la que no sólo interesa el conocimiento, sino también el sujeto que conoce, el filósofo en particular, en su realidad humana e histórica. De ahí que una filosofía de la filosofía pretenda tener una amplitud mayor que la tradicional crítica de la razón; se trata, en efecto, de un tipo de crítica más amplio que pretende responder a una problemática que incluye cuestiones relativas a la misma vida filosófica.

Y en verdad, esa amplitud de lo crítico se encuentra, aunque no sea objeto declarado y buscado, en la filosofía kantiana misma. No se ha observado, por ejemplo, hasta qué grado la crítica supone en Kant lo regulativo y hace que la filosofía se constituya en un saber normativo, en el que la norma no resulta algo externo a la filosofía, sino algo derivado de su misma estructura, que atiende no sólo a los límites de la razón, sino también al modo de ser del hombre, incompatible muchas veces con aquellos límites tal como los plantea el kantismo.

Y así, una de las normas dice "que es necesario evitar todo juicio trascendente de la razón pura", pero otra aconseja, de un modo que según el mismo Kant tan sólo en apariencia es contradictorio, "elevarnos hasta conceptos que estén dados fuera del uso empírico de la razón” (Kant, 1973, parágrafo 57). La filosofía aparece, pues, como un saber normativo que tiene en cuenta no sólo la naturaleza de la razón, sino también la del hombre que usa de esa razón, aun en contra de sus propias posibilidades, con lo que la crítica adquiere una amplitud que le restituye su verdadero valor.

Ahora bien, la primera pauta enunciada por Kant tiene su origen en la investigación por él realizada anteriormente que le había llevado a fundar la ciencia en los juicios sintéticos a priori, lo cual suponía, por lo demás, una determinación previa de esos mismos a priori, que como sabemos son de tipo formal lógico o epistemológico. Mas, la segunda pauta, propuesta de modo tal que no cayera en contradicción con la anterior, supone otro tipo de a priori, distinto, de carácter antropológico, así expresamente señalado por el mismo Kant y claramente reconocido cuando nos habla de la metafísica como una exigencia espontánea e inevitable del hombre, o cuando nos afirma que existirá siempre una metafísica y que ella es apremiante necesidad de la que nos es imposible renunciar, etc. (Kant, 1973, parágrafo 60).

De este modo, la filosofía, una vez que ha determinado sus posibilidades mediante un cierto tipo de crítica, que en el caso kantiano es llevada a cabo en dos niveles, el lógico-trascendental y el antropológico, no puede menos que organizarse sobre una cierta normatividad. Lo crítico mismo exige necesariamente lo normativo, como cosa interna de la filosofía.

Este hecho no ha sido, sin embargo, entendido siempre de ese modo. Antonio Caso, en sus comentarios a la filosofía de Husserl, nos dice que lo normativo es siempre lo agregado a lo teorético desde afuera, como algo que le es totalmente extraño, si bien podemos sumarlo a lo teorético añadiéndole sentido de normatividad. "A toda verdad científica, sea ella cual fuere, puede agregarse la idea de normación; y resulta entonces, merced a este agregado, normativa; pero una cosa es la norma que resulta de sumar a la verdad la idea de normación y otra la verdad misma, que en sí no es normativa”. De ahí concluye Caso que "toda verdad teorética es capaz de enunciarse como regla de acción, mas esta posibilidad no constituye su esencia" (Caso, A., 1946: 93-94). Es decir, a toda verdad teorética se le puede "sumar" lo normativo, que será siempre orgánicamente extraño a su naturaleza.

En estas afirmaciones de Caso se desea evidentemente escindir lo teorético, entendido como "contemplación", de lo útil. Ya el mismo Kant en los Prolegómenos había dicho que "la utilidad práctica que puede tener una ciencia especulativa está fuera de los límites de esta ciencia" (Kant, parágrafo 60), con lo que pareciera caer en contradicción con aquellas normas que él mismo enuncia como derivadas directamente de la filosofía en cuanto saber crítico y que no aparecen como externas a la crítica misma.

Ahora bien, sucede que la filosofía es una práctica y que no toda práctica es necesariamente "utilitaria" en el sentido peyorativo que el valor "útil" muestra en los pensadores que entienden la filosofía dentro de los viejos esquemas del saber contemplativo, y en cuanto práctica contiene una normatividad que le es propia, no meramente añadida.

El hecho de que el saber filosófico sea una práctica, surge con claridad justamente de la presencia del a priori antropológico, cuyo señalamiento restituye a la filosofía su valor de "saber de vida", más que su pretensión de "saber científico", y da a la cientificidad de la misma su verdadero alcance.

En este sentido aparece precisamente entendida la normatividad de la filosofía cuando Hegel en su Introducción a la historia de la filosofía se plantea el problema del "comienzo de la filosofía y de su historia". Allí nos dice que tiene su comienzo concreto, es decir, histórico, en la medida en que el sujeto filosofante "se tenga a sí mismo como valioso absolutamente" (also schlechthin für sich gelten will) y que, en contra de lo que Hegel entiende que es el "carácter oriental", "sea tenido como valioso el conocerse por sí mismo". Afirmaciones ambas de un sujeto que no implican una reducción a la mera subjetividad, en cuanto que el individuo lo es en la medida en que se reconoce a sí mismo en lo universal y en cuanto la filosofía necesita (müssen) además de la forma concreta de un pueblo (die konkrete Gestalt eines Volkes). El sujeto que se afirma como valioso, condición por la cual la filosofía según Hegel tuvo históricamente sus inicios con los griegos (Die Philosophie beginnt in der griechischen Welt), no es pues un sujeto singular, sino plural, en cuanto que las categorías de "mundo" y de "pueblo" hacen referencia justamente en él a una universalidad sólo posible desde una pluralidad, motivo por el cual podemos enunciar el a priori antropológico que plantea Hegel, como un "querernos a nosotros mismos como valiosos" y consecuentemente un "tener como valioso el conocernos a nosotros mismos", aun cuando sea este o aquel hombre en particular el que ponga de manifiesto dicho punto de partida (Hegel, 1940: 224-236).

Ahora bien, en la medida en que para Hegel el "comienzo concreto" de la filosofía deja de ser un mero dato histórico de carácter erudito y nos plantea antes que eso las condiciones de dicho comienzo, éste resulta ser fundamentalmente un "re-comienzo" y las normas o pautas que señala son de modo claro y evidente la formulación del a priori antropológico, que a su modo vimos planteado ya en Kant.

Dos aspectos querríamos señalar para cerrar esta breve presentación del problema de la normatividad, al que deberemos regresar necesariamente. En primer lugar, que se trata de normas que tienen que ver con el camino que se ha de recorrer para alcanzar un discurso filosófico, y según sea el que sigamos o no, será el lugar al que llegaremos, por lo que la elección de la ruta no es accidental respecto de lo que se persigue, no se trata de una vía casual, sino de la necesaria para llegar a donde se desea, y las exigencias que se nos dan para transitar ese camino no son por tanto extrañas al resultado. Dicho de otro modo, las normas de las que debemos partir no son ni pueden ser extrañas a la legalidad de la objetividad misma. Lo segundo, es que aquella voluntad de un determinado sujeto, implica un acto de "ponerse" a sí mismo como sujeto tema que tiene su antecedente entre los griegos, en particular a partir del platonismo (tízemi, hypotízemi), en quienes es posible rastrear la necesidad de un a priori antropológico como condición del filosofar (Roig, 1972). Ciertamente que en ellos se encuentran los antecedentes de la tendencia que conducirá a reducir aquel "poner" a una función noética, sobre la cual se pretenderá justificar más adelante un "sujeto trascendental". El a priori antropológico, en cuanto es fundamentalmente un "ponerse", exige el rescate de la cotidianidad, dentro de los marcos de esta última y es función contingente y no necesaria. En contra de Hegel mismo, en quien el sujeto histórico corre el riesgo permanente de disolverse en un mítico sujeto absoluto, que se hace cargo en última instancia de todo comienzo posible del filosofar y en contra de la "tética noética" husserliana, aquel sujeto está eximido de las exigencias de cualquier "morale par provision” de cualquier "determinabilidad" que no sea la suya propia, o de cualquier "epojé" que lo saque de su vida cotidiana. El a priori antropológico es el acto de un sujeto empírico para el cual su temporalidad no se funda, ni en el movimiento del concepto, ni en el desplazamiento lógico de una esencia a otra.

Resulta, pues, inevitable, para lograr la constitución de un pensamiento filosófico, asumir las pautas propias de ese pensar. El término "pauta", del latín pacta (plural de pactum), significa originariamente "convenio". Es aquello en lo cual hemos de "convenir" respecto de lo propuesto, en este caso, la organización de un saber filosófico. Lo pactado adquiere de este modo un cierto valor de "programa" o de "tarea" que connota de modo especial este tipo de a priori y que lo diferencia radicalmente del clásico a priori formal-lógico de tipo kantiano. Ese valor se muestra en su plenitud si pensamos que el filosofar es una función de la vida y que la vida humana no es algo dado, sino algo por hacerse, por parte de quien la va viviendo, y que implica formas de deber ser en relación con la naturaleza eminentemente teleológica de la misma. Este tipo de a priori no supone un sujeto puro de conocimiento, sino que parte de otra comprensión de la sujetividad. De este modo, lo normativo y las pautas que lo expresan se nos presentan como esencialmente constitutivos de la forma que hemos de darnos para poder realizar la vida, conformación que hemos de alcanzar, en este caso, para ejercer la filosofía, en otros términos, para podernos constituir o no como sujeto filosofante dentro de los límites posibles de autenticidad. En efecto, si una de las pautas nos conmina a partir de nosotros mismos como valiosos, esa autovaloración determina la producción y la conforma orgánicamente.

El valor programático de las pautas o de la normatividad ínsita en la tarea filosófica, no ha tenido siempre la misma claridad y fuerza. Si comparamos las dos normas señaladas por Kant, con las que surgen del texto hegeliano, resulta claro que las dos primeras no hacen tanto a la forma que se ha de dar el sujeto, como sujeto histórico, cuanto al ejercicio de la razón de ese mismo sujeto. En el caso hegeliano se atiende, en el momento en el que se plantea el problema del comenzar "concreto" de la filosofía, más a lo que podríamos considerar como programa de vida, que a lo que sería un programa de conocimiento, lo cual queda supeditado a lo primero. El verdadero sentido y peso del a priori antropológico no podría surgir del sujeto kantiano, aun cuando, como hemos visto, Kant no pueda evitar el reconocimiento de este tipo de a priori, e incluso nos llegue a decir que su formulación, en los términos en que él nos la presenta, no es contradictoria con la norma que nos exige movernos dentro de los límites posibles de nuestro conocimiento. Y podríamos decir, más aún, que las dos pautas propuestas por Kant suponen una pauta anterior encubierta por el sujeto trascendental y que deriva del sujeto real histórico kantiano, el que se ha planteado como comienzo mismo de todo su esfuerzo teorético, el problema de su propio valor y de los límites de su autovaloración. Con ello nos resulta claro que Hegel se colocó teóricamente, en este aspecto, más atrás del planteo hecho por el filósofo de Königsberg. Debido a eso, el a priori antropológico aparece sólo desde Hegel y a pesar de Hegel mismo, puesto claramente en la problemática de la posibilidad de un saber filosófico, entendido en su naturaleza de saber histórico y enraizado en una sujetividad cuya categoría básica es la temporalidad en cuanto historicidad.

Este hecho se presenta acentuado en nuestros días como consecuencia de una comprensión tal vez más radical del hombre como ente histórico y por eso mismo responsable de su hacerse y de su gestarse. El historicismo contemporáneo, entendido desde este ángulo, ha venido a centrar el problema de las normas más en lo que sería una crítica del sujeto, que en una crítica de la razón. El a priori antropológico, entendido en el sentido de norma pactada, pone en crisis la noción tradicional de "objetividad", y ha sido ésta la que ha llevado precisamente a pensar la normatividad propia del quehacer filosófico, reducido a lo teorético "puro", como algo agregado accidentalmente. La comprensión externa de la normatividad, lleva a la pauperización del sujeto, disuelto en las diversas formulaciones del ego cogito y acarrea la imposibilidad de un comienzo pleno del filosofar, como lleva asimismo a la imposibilidad de superar los marcos de la filosofía de la conciencia, aun en aquellos casos, como el hegeliano, en el que se intentó encuadrar la normatividad como cualidad intrínseca de lo teorético.

Con lo que llevamos dicho no pretendemos invalidar la exigencia de determinar formas a priori de la razón, aun cuando no se pueda defender el apriorismo kantiano, que es otro problema. Lo que sí nos parece evidente es que el a priori antropológico "recubre" las formas lógicas sobre las que se organiza el pensamiento en cuanto que la necesaria afirmación del sujeto, su autovaloración, constituye un sistema de códigos de origen social-histórico, que se pone de manifiesto en la estructura axiológica de todo discurso posible. En este sentido, el a priori antropológico, por contraposición con las formas lógicas del pensamiento, se presenta potencial o actualmente como una natura naturans en donde lo teleológico, impuesto, o asumido desde una autovaloración, es categoría decisiva. Más aún, podríamos decir que la normatividad del a priori antropológico condiciona toda otra forma posible de normatividad, aun las que se puedan establecer para el pensamiento lógico en relación con el problema de la naturaleza del sujeto. La normatividad de la filosofía recibe, conforme lo dicho, su unidad y sentido, cualesquiera sean los niveles en los que se señale aquélla, de la autoafirmación del sujeto filosofante, que hace posible justamente su "comienzo". Los verdaderos alcances de la crítica únicamente podrán señalarse, por lo dicho, en la medida en que se tenga en cuenta la presencia de lo axiológico, a tal extremo de que no hay una "crítica de la razón" que pueda ser ajena a una "crítica del sujeto", desde cuya sujetividad se constituye toda objetividad posible. Por lo demás, la filosofía, cuyo comienzo sólo es posible desde un autorreconocimiento de un sujeto como valioso para sí mismo, necesita, como dice Hegel en una valiosa tesis que habrá de ser rescatada en su justo sentido, de un "pueblo", por donde el sujeto no es ni puede ser nunca un ser singular, sino un plural, no un "yo", sino un "nosotros", que se juega por eso mismo dentro del marco de las contradicciones sociales, en relación con las que se estructura el mundo de códigos y subcódigos.

En relación con este valor programático de lo normativo, que nos permite descubrir el valor de pauta que posee toda norma que funcione como a priori antropológico, se encuentra sin duda una comprensión de la filosofía como saber auroral y no como saber vespertino, por lo mismo que no es necesario esperar una "decadencia" para experimentar formas rupturales. En Hegel, aquel sentido positivo que señalábamos, el de centrar la normatividad en relación con el sujeto filosofante, hecho que venía a darle valor de programaticidad, queda desvirtuado con su afirmación de la filosofía como saber de lo acaecido. Un filosofar matutino o auroral, confiere al sujeto una participación creadora y transformadora, en cuanto que la filosofía no es ejercida como una función justificatoria de un pasado, sino de denuncia de un presente y de anuncio de un futuro, abiertos a la alteridad como factor de real presencia dentro del proceso histórico de las relaciones humanas. Desde este punto de vista hablábamos de historicismo, entendiendo que su raíz se encuentra en el reconocimiento del hombre como actor y autor de su propia historia, afirmación que no quiere caer, por lo demás, en la imagen de un nuevo demiurgo. Se trata de un historicismo que nos indica, como idea reguladora, un deber ser, una meta, que no es ajeno a la actitud que moviliza al pensamiento utópico, dentro de las diversas formas de saber conjetural, reconocido dentro de una filosofía matutina como legítimo o por lo menos como legitimable. En función de esto, la normatividad pierde aquella rigidez impersonal característica del a priori formal-lógico, y a partir del reconocimiento de la presencia activa de lo sujetivo, es rescatada en su verdadero peso (Debo aclarar que sujetividad no es necesariamente sinónimo de subjetividad, en el sentido de arbitrariedad, de "libre arbitrio", ni de particularidad).

Cuando fue planteada la necesidad de una filosofía americana, por parte de los jóvenes argentinos que integraron la Generación de 1837, la filosofía aparecía enunciada con un sentido normativo fuertemente programático, dentro del cual se destacaba como pauta básica la exigencia de partir de una autoafirmación del hombre americano como sujeto de su propio pensar. "Procuremos como Descartes -decía Esteban Echeverría- olvidar todo lo aprendido, para entrar con toda la energía de nuestras fuerzas en la investigación de la verdad. Pero no de la verdad abstracta, sino de la verdad que resulte de los hechos de nuestra historia, y del reconocimiento pleno de las costumbres y del espíritu de la nación” (Sastre, M., 1958: 167-168). El "olvido" del cual se ha de partir, según exigía Echeverría, era el paso inmediato para el reencuentro de un sujeto, que sólo podía afirmarse y reconocerse a sí mismo. Únicamente así, las verdades de su filosofía dejarían de ser abstractas y se tornarían concretas. La vigencia de la norma hace que lo teorético, condicionado internamente desde una sujetividad portadora y creadora, quede inserto junto con ella en la realidad histórica. La cuestión de la necesidad de una filosofía americana se resolvía en la necesidad de la constitución de un sujeto en cuanto tal, que no es, a pesar de las palabras iniciales del texto de Echeverría, un nuevo sujeto cartesiano.

De acuerdo con lo que venimos diciendo, una teoría y crítica del pensamiento latinoamericano ha de tomar como punto de partida la problemática esbozada, relativa a lo que hemos denominado a priori antropológico. Ella se centra sobre la noción de sujeto y pretende ser una reflexión acerca del alcance y sentido de las pautas implícitas en la exigencia fundante de "ponernos para nosotros y valer sencillamente para nosotros".

Ahora bien, ese sujeto que se afirma o se niega a sí mismo, es inevitablemente un sujeto de discurso, dicho de diverso modo, se trata de un sujeto en acto de comunicación con otro, por donde la exigencia formulada nos habrá de llevar a la deducción de un conjunto de normas, todas las cuales suponen necesariamente a aquélla y que son, tanto relativas al sujeto que hace filosofía, como, inevitablemente y a la vez, al discurso que enuncia ese sujeto que filosofa, en la medida en que discurso y sujeto del discurso puedan ser escindidos.

De la primera pauta, la de la afirmación del sujeto, entendida como exigencia fundante de carácter antropológico, se desprenden otras, necesariamente implícitas en ellas. En primer lugar, el reconocimiento del otro como sujeto, es decir, la comprensión de la historicidad de todo hombre, que nos conduce a revisar la problemática del humanismo. Luego, en cuanto que las formas de reconocimiento no alcanzan a constituirse dentro de aquellos términos, surge una tercera pauta, la que exige la determinación del grado de legitimidad de nuestra afirmación de nosotros mismos como valiosos. En tercer lugar, regresando de algún modo al primer momento normativo, pero atendiendo a la posibilidad de nuestro discurso, habrá de considerarse la exigencia de organizar una posición axiológica desde nuestra propia empiricidad histórica. Por último, aquella otra formulación de la exigencia fundante que nos conmina a tener como valioso el conocernos a nosotros mismos, habrá de constituirse dentro de un tipo de saber, único compatible con un pensamiento filosófico transformador, el saber de liberación, que excede, sin duda, a la filosofía misma, pero cuyas bases teóricas están dadas en ella (Roig, 1975 b: IV, 10).

En última instancia, todas las normas giran sobre el problema del sujeto y constituyen en bloque un mismo a priori visto en sus implicaciones y desarrollos posibles. Por esto mismo se hace necesario estudiar de qué manera el sujeto americano ha ejercido aquellas pautas, como también el grado de conciencia que ha adquirido de las mismas. Para esto, la historia de las ideas constituye un campo de investigación más lleno de posibilidades que la tradicional "historia de la filosofía". En efecto, la afirmación del sujeto, que conlleva una respuesta antropológica y a la vez una comprensión de lo histórico y de la historicidad, no requiere necesariamente la forma del discurso filosófico tradicional. Más aún, en formas discursivas no académicas, en particular dentro del discurso político en sentido amplio, se ha dado esa afirmación del sujeto, la que si bien no ha estado acompañada siempre de desarrollos teoréticos, los mismos pueden ser explicitados en un nivel de discurso filosófico y, como contraparte, muchos desarrollos teoréticos se han quedado en el simple horizonte de lo imitativo o repetitivo, precisamente por la carencia de aquella autoafirmación fundante, o por el modo ilegítimo con que se la ha concretado, todo lo cual ha impedido un auténtico comienzo del filosofar. De esta manera, una teoría y crítica del pensamiento latinoamericano no puede prescindir del quehacer historiográfico relativo a ese mismo pensamiento. La historia de las ideas, como también la filosofía de la historia que supone, forman de este modo parte del quehacer del sujeto latinoamericano en cuanto sujeto.

A que nos referimos cuando hablamos de Latinoamérica.

América es un continente que ocupa gran parte del Hemisferio Occidental de la Tierra. Se extiende desde el Océano Glacial Ártico por el norte hasta el Cabo de Hornos por el sur, en la confluencia de los océanos Atlántico y Pacífico que delimitan al continente por el este y el oeste, respectivamente. Con una superficie de 42.437.680 km², es la segunda masa de tierra más grande del planeta, cubriendo el 8,3% de la superficie total del planeta y el 30,2% de la tierra emergida, y además concentra cerca del 12% de la población humana.

Debido a su gran tamaño y sus características geográficas, América es dividida tradicionalmente en América del Norte, América Central, las Antillas y en América del Sur. Algunos geógrafos consideran a América Central y a las Antillas como una subregión dentro de América del Norte. Atendiendo a sus características culturales se distingue América Anglosajona, el Caribe no latino y América Latina.

El continente había sido previamente denominado con el nombre Abya Yala por las culturas centroamericanas y Cem Anahuac por los aztecas.

Que es un pensamiento político Latinoamericano.

Es el conocimiento de obras de vital importancia, pues en ellas se encuentra impresa la gestación de procesos históricos que han marcado nuestro presente: los debates en torno de la organización democrática del país, las razones que sustentaron nuestro andamiaje legislativo, los idearios que dieron nacimiento a organizaciones y partidos políticos, los complejos caminos que siguen los pensamientos de las distintas fuerzas sociales y políticas.

Sujetos sociales e independientes Latinoamericano.

Mestizaje:- Es el encuentro biológico y cultural de etnias diferentes, en el que éstas se mezclan, dando origen a nuevas razas. Se utiliza con frecuencia este término para describir el proceso histórico sucedido en Iberoamérica que la llevó a su estado racial y cultural actual. Sin embargo, puede también referirse a otros pueblos que hayan atravesado un proceso de encuentro entre varias etnias, en lugares como Filipinas, Sudáfrica o Estados Unidos

En la historia de las naciones modernas, el mestizaje fue atravesado por numerosos factores, como el clima, las particularidades culturales de cada comunidad, u otros aspectos que provocaron que en diferentes regiones dentro de un mismo país, el mestizaje haya sucedido en diferentes rítmos y grados de profundidad. El ejemplo latinoamericano es notable, puesto que ejemplifica una mezcla étnica expandida por gran parte del territorio.

Diversidad e Integración: El Consejo de Europa y la Comunidad Europea son las dos organizaciones que han influido en los desarrollos educativos relacionados con la diversidad social en las sociedades europeas. Sin embargo, su impacto en las políticas nacionales educativas ha sido limitado, dado que los Estados europeos no les han permitido interferir en el dominio educativo, al que se considera parte exclusiva de la jurisdicción nacional. Ambas organizaciones se han centrado en cuestiones sobre la diversidad social a través de sus propuestas acerca de la educación de los «migrantes». Las migraciones que suscitaron estas políticas comenzaron a finales de los años cincuenta, que es cuando se acelera el proceso de descolonización.

Producción del ideario latinoamericano.

Se vincula la evolución de la educación superior en América Latina con los cambiantes estilos y estrategias para el desarrollo. Se discuten las tendencias recientes en las reformas educativas y se las ejemplifica mediante referencias a ciertos casos nacionales. Se sostiene que la "idea latinoamericana de universidad" sugiere una agenda para la transformación de la educación superior que puede favorecer las posibilidades de un nuevo desarrollo.

Entre los sujetos históricos y el espacio público: Un escenario para las alternativas antihegemónicas de la ciudadanía popular. En este artículo se analisa, desde una perspectiva histórica y política, la presencia de los sujetos y actores sociales en los movimientos de participación ciudadana. La sociedad moderna se ha caracterizado por una excesiva concentración de poder estatal, dejando poco espacio instititucional para la deliberación y el conssenso popular. Es caso de la América Latina. La necesidad de resolver los conflictos políticos que surgen a raíz de las demandas económicas que reclama la mayoría de la población, genera en la sociedad civil una diversidad de movimientos que buscan una mayor representación y legitimiación en la toma de decisiones. Esto está favorciendo una nueva concepción de la democracia ciudadana, en la que el ejercicio del poder se encuentra en función de los intereses de todos los colectivos sociales, y no de la clase dominante.

Papel de Venezuela en la transformación revolucionaria de América latina y el Caribe.

El 13 de abril venezolano quedará grabado en la historia de Nuestra América. Así como los cubanos en Playa Girón defendieron su revolución contra la invasión yanqui y los argentinos supimos rescatar al entonces coronel Perón preso de la reacción oligárquica, los venezolanos, en condiciones internacionales sumamente adversas, también reaccionaron en defensa de su revolución y su conductor, mediante un levantamiento popular que impidió la consolidación de un régimen dictatorial, oligárquico e imperialista.

En este caso el instrumento principal del golpe contra la revolución fue el monopolio de los medios de comunicación. Mediante el control de los medios se desarrollaron en Venezuela prácticas calificadas certeramente como goebbelianas: mentir, desinformar, tergiversar los hechos, difamar, con el fin de crear un clima de malestar, confusión y engaño. Es lo que se denomina como Guerra de Baja Intensidad. La manipulación mediática fue una condición necesaria para organizar la emboscada criminal que condujo al golpe del 11 de abril. Desde el primer momento, el régimen usurpador mostró su verdadero carácter fascista.

Las vidas que se perdieron en estas jornadas son dolorosas para todos nosotros. Tanto las de quienes cayeron defendiendo la revolución (que son los más y que fueron las primeras víctimas), como las de los opositores que fueron utilizados como carne de cañón por sus propios líderes, cuando los conspiradores -en una maniobra asesina- condujeron a la gente que manifestaba contra Chávez hacia el palacio de Miraflores, para servirse de ella como fuerza de choque en el planificado asalto a la sede del Gobierno.

Pero al mismo tiempo no podemos dejar de pensar en las vidas que el pueblo Venezolano ahorró, con su decidida y enérgica acción para recuperar la democracia. Cada noche, cada día del nuevo régimen golpista habría dejado su rastro de terror. Los latinoamericanos conocemos el triste saldo de las dictaduras: los muertos, los desaparecidos, los allanamientos, las torturas, la derogación de todos los derechos humanos. Y luego -como sucedió en la Argentina- la postración, la pérdida de la identidad, la sumisión a los intereses extranjeros. Todo eso fue evitado por nuestros queridos compatriotas venezolanos.

Tampoco podemos dejar de pensar en las consecuencias particulares que esto tiene para nuestro país. En la Argentina, en estos momentos se está agitando el fantasma del golpe o de una salida autoritaria. Porque el sistema no encuentra otra solución a nuestra crisis, más que profundizar la entrega. Y ante la protesta popular que se acrecienta, la única respuesta que parece cerrar es la represión. La enseñanza de Venezuela, entonces, nos da fuerzas para encontrar otro camino, un camino de soberanía y justicia social.

Todos los pueblos de América Latina y el Caribe debemos gratitud al pueblo venezolano por recordarnos lo que llevamos adentro. Por recordarnos el mensaje de igualitarismo, democracia y liberación de nuestros próceres. Por recordarnos que los mejores valores humanos de solidaridad y unión son la fuerza que nos permitirá salir del abismo al que nos ha conducido el neoliberalismo.

Porque fue el pueblo el que triunfó el 13 de abril. El pueblo venezolano en su más rica expresión. No una masa indiferenciada y acrítica. El poder hegemónico intenta masificarnos, pero los pueblos son plurales y diversos por naturaleza. Fue la unidad en la diversidad la que triunfó. Fue el pueblo trabajador, el pueblo más humilde. Los hombres y mujeres. La juventud. Las comunidades religiosas de base. Los dirigentes e intelectuales revolucionarios de las diversas extracciones. Las organizaciones sociales. Los círculos bolivarianos. Los comunicadores de medios alternativos. Fue el pueblo el que se movió coordinada y conscientemente. Y dentro de ese contexto jugaron un rol decisivo las fuerzas armadas leales, porque reaccionaron como pueblo en armas y no como una elite o fuerza de ocupación en su propio territorio.

¿Cómo los venezolanos lograron llegar a este nivel de conciencia, organización y unidad, a pesar de ser víctimas de las mismas fuerzas alienantes y explotadoras que intoxican y someten al resto del planeta?

Para conocer, reflexionar y sacar conclusiones de estos acontecimientos, ofrecemos una breve historia de los orígenes del Comandante Hugo Chávez, del movimiento bolivariano y de la Revolución, democrática y pacífica de Venezuela

Pensamiento Político de Hugo Chávez con relación a la paz, integración, globalización en mundo multipolar en otras.

Con relación a la Paz: El Sr. Presidente, aún con su verbo fuerte, es un luchador no solamente en pro de la paz, sino de la justicia. Sus expresiones en pro de la paz del pueblo colombiano, boliviano, haitiano e iraquí, entre otros, son sentidas y sinceras en la búsqueda de propuestas que contribuyan a minimizar el dolor de sus pueblos, cuyo sufrimiento surge a través del intervencionismo estadounidense y de la disociación de sus nativos cómplices pro-yankees. Siempre hace llamados por la igualdad social y por el respeto entre naciones, ya que de allí es que surgen los elementos que ponen en peligro la paz

- Con relación a la Integración: Innegable es la misión que el Sr. Presidente de Venezuela lleva adelante, desde hace años, para procurar la integración de las naciones suramericanas. Argentina fue una de las primeras naciones que se recuperó, gracias a la mano que le brindó Chávez una vez Memnen y otros secuaces, dejaron en bancarrota a los argentinos hasta con un corralito financiero. Y, como ése, hay infinitos programas de cooperación mutua con diversos países, tanto en lo educativo como en la salud, lo comercial, agrícola, etc., que en cierta forma contribuyen a la integración pero, como él mismo lo ha dicho, es una tarea difícil dada la idiosincracia propia de cada nación y a lo separado que hemos vivido durante siglos.

- Con relación a la Globalización: El Sr. Presidente siempre ha sido escéptico a los postulados globalizadores, en medio de un escenario unipolar, donde ese modelo no contribuye al desarrollo de los pueblos latinoamericanos. Y, EL TIEMPO LE HA DADO LA RAZÓN A HUGO CHÁVEZ FRÍAS, ahora que hasta lo del libre mercado está en entredicho al destaparse el escándalo bancario en ee.uu.

2.-) "El ejército como aliado del pueblo": Desde el año 1999 en la que el Sr. Presidente inició esa política de sacar a los soldados a la calle, en el famoso Plan Bolívar 2000, considero que ha sido exitosa esa estrategia al haber un acercamiento entre esos seres humanos y la población civil, en la que el respeto es lo que debe prevalecer, sin distingos de clase, ni diferencias sociales.

Al ser el ejército un aliado del pueblo, se evitan los intentos golpistas como el ocurrido con Pedro Carmona Estanga en el 2002. LA CONSTITUCIÓN NACIONAL POR ENCIMA DE LOS DESEOS DESESTABILIZADORES, es la consigna de un pueblo trabajando unido a su ejército

3.-) "Alba vs. Alca": Al analizarse las exigencias del ALCA, se dedujo que nuestros pueblos no resistirían sus exigencias, era una vía para desprenderse de sus recursos naturales en pro del sueño norteamericano de poseerlos, en un tratado nada favorable para la gran mayoría de países pobres de América que no están preparados, ni en lo educativo, ni en lo tecnológico, ni en diversos aspectos que pronto los harían víctimas de las grandes corporaciones privadas que gobiernan en los países del primer mundo, como suelen llamarse ellos. Se trataba de un experimento para que los poderosos acabaran con los más débiles. Por ello, el Sr. Presidente convenció a muchos países latinoamericanos de ese peligro y propuso un tratado más humano entre naciones bolivarianas, en la que ganaran todos y se ayudaran en el intercambio económico en un mercado libre de trampas, donde prolifere lo social por encima de lo material.

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