Belice No Es Nuestro

Belice no es nuestro

¿Entonces, de quién es? Muy sencillo, de los beliceños.

EDELBERTO TORRES-RIVAS

Es un Estado Nacional, reconocido por, e incorporado al sistema de las Naciones Unidas, a partir de 1981. Con ocasión de la declaración de la independencia de Belice, por parte de Inglaterra, hubo guatemaltecos que condenaron la independencia, arguyendo que era una declaración unilateral y dañina para Guatemala, que tenía que dar su consentimiento. Un nacionalismo que se volvió miope ha recorrido las páginas de nuestra historia, desde que el 30/IV/1856, Pedro Aycinena, canciller guatemalteco, firmó un acuerdo con Charles Lenox Wyke, funcionario menor de la cancillería inglesa; Guatemala cedió una parte no identificada de su territorio de Belice (entonces, de la Alta Vera Paz) a cambio de que Inglaterra construyera una carretera que comunicara aquel territorio con la ciudad de Guatemala. Artera como toda potencia colonial, Inglaterra incumplió el compromiso y ofreció a cambio 50 mil libras; Guatemala aceptó de nuevo la imposición: la venta de la soberanía nacional, según convenio del 5/VIII/1863. Señalemos solo algunos aspectos juzgados importantes.

La independencia de Belice fue reconocida por Guatemala, el 11/VIII/1991, durante el gobierno de Jorge Serrano. Ese acto fue condenado por los nacionalistas que no aceptaban que desde entonces las relaciones con la (ex) colonia británica tenían que hacerse con un Estado Nacional independiente. Ahora se habla con ciudadanos libres y no con súbditos coloniales. Recordemos que desde hace tiempo el desarrollo social de Belice fue en aumento y su estabilidad democrática ha sido ejemplar. Un par de datos bastan: los analfabetos en Guatemala, en 1999, eran el 40%, y en Belice solo del 20%. El Indice de Desarrollo Humano (2011 – Human Development Report) sitúa a Belice en el puesto No. 93 y a Guatemala en el 131; el nivel de vida de los beliceños es superior en todos los aspectos al de los guatemaltecos. Resulta imposible que un ciudadano de Belice quisiera ser guatemalteco. Todo debate sobre lo que finalmente pueda ocurrir frente a Belice debe verse en la óptica sociológica-histórica, porque el tiempo trabajó en contra de Guatemala y las relaciones sociales entre los pueblos, siendo vecinos con mayor razón, deben ser de amistad, integración, ayuda mutua.

Desde hace más de un siglo, Guatemala ha venido peleando, por distintos medios, por el derecho a recobrar su territorio perdido; por el reconocimiento de sus fronteras, y saber cuáles habían sido los espacios tomados de hecho por los ingleses. Con el reconocimiento de la independencia no se puso punto final al diferendo, como lo creyeron los beliceños. En los últimos veinte años

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