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Breve Historia Del Billete Mexicano


Enviado por   •  23 de Mayo de 2013  •  2.065 Palabras (9 Páginas)  •  404 Visitas

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Breve Historia del Billete Mexicano

Gracias a la enorme riqueza minera del Virreinato de la Nueva España, durante los trescientos años de vida colonial en México, el circulante monetario estuvo formado exclusivamente por monedas metálicas de oro, plata y, en menor grado, de cobre. La aparición del papel moneda en México no se dio sino hasta el siglo XIX, una vez consumada la Revolución de Independencia.

Antecedentes.

La Revolución de Independencia iniciada en 1810 trastornó el orden político y social del Virreinato de la Nueva España y provocó una profunda crisis económica, producto del abandono de las minas (pilar de la economía) y de la repatriación de capitales a la Península Ibérica. De esta manera, la falta de numerario se convirtió en un problema más de la convulsionada colonia. Surgieron entonces numerosas acuñaciones de necesidad y el primer papel moneda de México, cuando en 1813, en San Miguel el Grande, Guanajuato, aparecieron unas curiosas piezas de cartón anaranjado con la denominación de medio real, de las que se desconocen con certeza sus emisores. Otro antecedente del billete mexicano lo encontramos a finales del siglo XVIII, en la entonces colonia española de Luisiana, donde se emitieron billetes de varias denominaciones.

El Billete del Primer Imperio.

Al consumarse la Independencia en 1821, México adoptó un gobierno monárquico encabezado por el caudillo criollo Agustín de Iturbide, quien enfrentó una severa penuria económica, producto de los once años de guerra. Para resolver esa situación, Iturbide ensayó diversos mecanismos: concedió grandes facilidades a la producción minera, recurrió a préstamos forzosos, al descuento de los sueldos de civiles y militares y al incremento de los impuestos; sin embargo, los resultados de tales disposiciones no fueron los esperados para solventar los crecientes gastos de la Corte e incluso resultaron contraproducentes, ya que incrementaron el desprestigio del Emperador. Como recurso extremo se recurrió a la emisión de papel moneda (20 de diciembre de 1822). Estos billetes, que son la primera emisión oficial mexicana, se consideran también los primeros provisionales entre los billetes de necesidad de este país. Estas piezas están impresas por una sola cara, en papel blanco de forma casi cuadrada, ostentan la leyenda IMPERIO MEXICANO y se emitieron en las denominaciones de 1, 2 y 10 pesos. La suerte de los billetes no fue distinta a la de las otras disposiciones dictadas por el gobierno imperial: jamás fueron aceptados por el público usuario, acostumbrado al manejo de moneda metálica; además, se prestaron a malos manejos entre funcionarios y pagadores y se sumaron a los motivos de descrédito de este gobierno. Muchas fueron las causas de la rápida caída del régimen iturbidista, pero ,sin duda, el fracaso de su política hacendaria y monetaria fue fundamental.

El Billete Republicano de 1823.

En 1823, México se constituyó en República Federal. El nuevo gobierno intentó enmendar los errores hacendarios del Imperio y restaurar la confianza del público en los manejos financieros del gobierno; así, terminó con los préstamos forzosos y retiró de la circulación al billete imperial, entre otras medidas. Sin embargo, la grave penuria del erario no se resolvió y se decidió, nuevamente, emitir papel moneda para el financiamiento estatal. En esta ocasión, para intentar frenar el rechazo popular a este medio de pago, se acordó imprimirlo sobre bulas papales canceladas, ya que se esperaba su aceptación dada la religiosidad del mexicano. El resultado no fue distinto al obtenido por Iturbide: el billete no gozó de la aceptación del público usuario y pronto tuvo que ser retirado de la circulación.

Los Bancos Privados de Emisión.

Varias décadas hubieron de transcurrir después de los fracasos monetarios del Imperio y de la República, para que se aceptara el papel moneda en México. No fue sino hasta 1864, durante el Imperio de Maximiliano de Habsburgo, cuando se retomó el proyecto emisor de billete, pero ahora bajo condiciones distintas: el responsable de la emisión sería un banco privado, El Banco de Londres, México y Sudamérica, y los billetes serían de aceptación voluntaria. En esta ocasión, el éxito del billete fue grande; incluso, en ciertos medios, llegó a ser preferido a la moneda metálica.

A la caída del Imperio y con la Restauración Republicana la emisión de billete encontró condiciones favorables, especialmente durante el largo gobierno del general Porfirio Díaz (1877-1911). Entonces se estableció, conforme a la Ley de Instituciones de Crédito de 1897, un firme, funcional y organizado sistema bancario en el que cada estado de la República contó con, cuando menos, un banco privado emisor de billete, además del Banco Nacional de México con presencia en la República entera y del de Londres y México, cuya concesión fue ratificada. De esta manera, México adoptó al billete como medio pago de aceptación generalizada. Los billetes de estos bancos se emitieron, con el respaldo metálico correspondiente, en denominaciones de 1, 5, 10, 20, 50, 100, 500 y 1000 pesos y eran fabricados por empresas extranjeras especializadas como Bradbury, Wilkinson & Company, American Bank Note Company y American Book & Printing Company. Al fin, el billete de banco fue aceptado por el público usuario.

El Billete Durante la Revolución de 1910.

La Revolución antiporfirista iniciada en 1910 habría de llevar a México, nuevamente, la escasez de numerario y el descrédito del billete de banco. Con la lucha armada se retiraron de la circulación enormes cantidades de moneda metálica y, por si fuera poco, resurgió el rechazo al billete de banco.

El general Victoriano Huerta - quien a través de un golpe de estado destituyó y asesinó, en febrero de 1913, a Francisco I. Madero, Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos - ordenó a los bancos privados de emisión entregar el respaldo metálico de los billetes a su gobierno y emitir cantidades desorbitadas de billetes sin ningún respaldo. Así, el sistema bancario mexicano construido con grandes dificultades se desmoronó rápidamente y con él, el uso y la aceptación del billete.

No obstante, la falta de numerario obligó a autoridades municipales, a jefaturas militares y a comerciantes, mineros y hacendados a emitir piezas de necesidad. De tal forma que de 1913 a 1915 reapareció en México la moneda de necesidad: se acuñaron

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