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Breve historia del urbanismo Fernando Chueca Goitia.


Enviado por   •  10 de Febrero de 2014  •  Síntesis  •  3.168 Palabras (13 Páginas)  •  313 Visitas

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Breve historia del urbanismo Fernando Chueca Goitia.

Introducción. Tipos fundamentales de ciudad.

La ciudad se puede estudiar desde la historia, desde la geografía, desde la economía, desde el arte y la arquitectura. El libro empieza desde los explicaciones que hay muchas formas de mirar una ciudad y que todas ellas juntas son las que la definen. Según Aristótel , la ciudad es “un cierto número de ciudadanos”, Alfonso el Sabio define la ciudad como “todo aquel lugar que es cerrado de los muros con los arrabales et los edificios que se tiene con ellos”. No hay ninguna que sea más importante que otra para su configuración, la suma de todas ellas es la que realmente define nuestra ciudad.

Todas las ciudades a lo largo de la historia fueron pasando por diferentes épocas de las que fue cogiendo aportes y entre todas esas épocas se creó un estilo propio que hace que cada ciudad sea completamente única.

Hay dos vidas, la vida dentro y la vida de fuera de la ciudad. En la ciudad moderna perviven viejas estructuras históricas y formas de vida junto con las nuevas del capitalismo y de la técnica.

En la actualidad hay varios concepciones de ciudad.

Primera, la de tradición latina, que se inspira en la ciudad clásica (polis ó cívitas):

ciudad cómo ágora, como lugar de encuentro de ciudadanos, como sala de reunión donde

se conversa, negocia y decide políticamente, con todas las consecuencias sociales y

económicas que de ello se derivan. La plaza se convierte en elemento fundamental en

este tipo de ciudades.

Segunda, ciudades de tradición anglosajona, más domésticas y menos públicas, definidas más por el recinto de construcciones que la integran que por las otras

funciones, integrando entre los edificios espacios más o menos campestres (EEUU carece

de ciudades tal y como nosotros las concebimos, aunque existan grandes aglomeraciones

urbanas, concentraciones industriales, conurbaciones, etc.)

Tercera, entre la ciudad doméstica y la ciudad civil queda la ciudad islámica, que defiende mucho lo privado pero a la vez practica la vida exterior. Es como una vida dividida entre el harén (donde reina lo íntimo, lo privado) y la vida publica (donde domina lo político, lo social. No existe en la ciudad islámica la plaza, pero su papel lo cumple el patio, y con carácter más global el patio de las mezquitas. Y en medio quedan otros lugares de relación como el zoco, el bazar o la alcaicería. Esa ciudad islámica, montada sobre la vida privada y el sentido religioso de la existencia, no es ni la ciudad pública ni la ciudad doméstica.

En cualquiera de las concepciones hay una serie de elementos comunes como casas, calles,

etc, con una organización funcional determinada, si bien con significado distinto. Así

por ejemplo, la ciudad musulmana se organiza desde dentro afuera, desde la casa hacia la

calle. La calle debe acomodarse a la prevalencia de la casa, adaptándose al espacio que

éstas le iban dejando: tortuosas, laberínticas, etc…En la ciudad europea, en cabio,

prevalece la exigencia de la cosa pública; la calle representa el orden o ley general a la

que supedita la voluntad individual (las casas)

En la ciudad española hay una combinacion de las posturas; hechos que lo aseveran: la

vida doméstica intensa, sobre todo femenina; pero el hombre mantiene a la vez una

intensísima vida exterior. Así se explican miradores, ajimeces, rejas con celosías, etc…

Durante el barroco, una realidad especialmente potente en España fue la Ciudad-

convento; no es que en Europa no haya conventos, es que en España la predominancia de

éstos llega al extremo de que a veces las ciudades son conventos hechos ciudades.

Aunque las iglesias y parroquias se construyeran de nueva planta, los conventos en

cambio resultaron de encerrar dentro de altas tapias construcciones preexistentes,

palacios, casas, jardines, huertos, constituyendo manzanas enteras que lo integraban todo.

Toledo sería un ejemplo de este tipo de ciudades.

Se puede encontrar tres tipos de las ciudades, pues:

Primero, la ciudad pública del mundo clásico, la cívitas romana

Segundo, la ciudad doméstica y campestre de la civilización nórdica

Tercero, la ciudad privada y religiosa del Islam

Spengler dijó que lo que distingue a la ciudad de la aldea no es la extensión o el tamaño, sino

la presencia del alma (el espíritu) ciudadana.

La ciudad, archivo de la historia.

La ciudad se convierte en un archivo que nos ofrece cada uno de los movimientos en los que el hombre ciudadano se adentra para la consecución de determinados fines.En el caso de la ciudad medieval es el mantenimiento de las murallas desde donde se organiza un sistema de contribuciones voluntarias, y la ciudad entendida como como fortaleza y guarnición, en la regulación administrativa de la propiedad inmobiliaria netamente burguesa: la condición jurídica de esa propiedad estaba determinada por la obligación de vigilar y defender la fortaleza. En la mayoría de los casos origen de las finanzas medievales.

Henry Pirenne, desde un punto de vista economicista, defina la ciudad medieval como “una comuna comercial e industrial que habitaba dentro de un recinto fortificado, gozando de una ley, una administración y una jurisprudencia excepcionales que hacían de ella una personalidad colectiva privilegiada”.

Chueca Goitia dice que esta definición se reduce a un número muy escaso de ciudades en el occidente cristiano, ya que en la ciudad islámica y la ciudad cristiana oriental carecían de un estatuto jurídico propio.

El proceso

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