COMPRENSIÓN DE LA LECTURA
zoilabonilla10 de Noviembre de 2014
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COMPRENSIÓN DE LA LECTURA
ESTRATEGIAS DE APRENDIZAJE
Diversas teorías nos ayudan a comprender, predecir, y controlar el comportamiento humano y tratan de explicar como los sujetos acceden al conocimiento, centrándose su estudio en la adquisición de destrezas y habilidades, en el razonamiento y en la adquisición de conceptos. También es verdad que las razones, intenciones y motivos que guían el aprendizaje junto con las actividades de planificación, dirección y control de todo este proceso constituyen elementos que forman parte de un funcionamiento estratégico de calidad y que puede garantizar la realización de aprendizajes altamente significativos.
En tal sentido, es importante que el docente considere dentro del acto didáctico los procesos de enseñar a pensar y de enseñar a aprender, que en definitiva son mecanismos que favorecen el conocimiento de uno mismo, y que ayudarán al educando a identificarse y a diferenciarse de los demás, a conocer su propio proceso de aprendizaje, a solucionar problemas y tomar decisiones, lo que hará que se amplíe extraordinariamente su capacidad y eficacia para el conocimiento.
Es así, como Winstein y Mayer señalan que las estrategias de aprendizaje pueden ser definidas como conductas y pensamientos que un aprendiz utiliza durante el aprendizaje con la intención de influir en su proceso de codificación. De la misma forma, Dansereau, Nisbet y Shucksmith las definen como secuencias integradas de procedimientos o actividades que se eligen con el propósito de facilitar la adquisición, almacenamiento y/o utilización de la información.
Además, las estrategias de aprendizaje son secuencias de procedimientos o planes orientados hacia la consecución de metas de aprendizaje, mientras que los procedimientos específicos dentro de esa secuencia se denominan tácticas de aprendizaje. En este caso, las estrategias serian procedimientos de nivel superior que incluirían diferentes tácticas o técnicas de aprendizaje.
De allí que, los rasgos característicos más destacados de las estrategias de aprendizaje podría ser que su aplicación no es automática, sino controlada, pues precisan planificación y control de la ejecución y están relacionadas con la metacognición o conocimiento sobre los propios procesos mentales, a la vez que implican un uso selectivo de los propios recursos, capacidades disponibles y para que un estudiante pueda poner en marcha una estrategia debe disponer de recursos alternativos, entre los que decide utilizar, en función de las demandas de la tarea, aquéllos que él cree más adecuados.
Asimismo, las estrategias están constituidas de otros elementos más simples, que son las técnicas o tácticas de aprendizaje y las destrezas o habilidades, de hecho, el uso eficaz de una estrategia depende en buena medida de las técnicas que la componen. En todo caso, el dominio de las estrategias de aprendizaje requiere, además de destreza en el dominio de ciertas técnicas, una reflexión profunda sobre el modo de utilizarlas o, en otras palabras, un uso reflexivo y no sólo mecánico o automático de las mismas.
Por tal razón, existen una gran diversidad de estrategias de aprendizaje, estableciéndose tres clases como son las cognitivas, metacognitivas, y las de manejo de recursos, siendo que las primeras se utilizan para aprender, codificar, comprender y recordar la información al servicio de unas determinadas metas de aprendizaje, distinguiéndose entre estas las estrategias de repetición, de elaboración y de organización, por lo que la mayor parte de ellas incluidas dentro de esta categoría, constituyen las condiciones cognitivas del aprendizaje significativo, el cual es definido por Mayer como un proceso en el que el aprendiz se implica en seleccionar información relevante, organizar esa información en un todo coherente e integrar dicha información en la estructura de conocimientos ya existente.
Por su parte, las estrategias metacognitivas, son aquellas que permiten el conocimiento de los procesos mentales, así como el control y regulación de los mismos con el objetivo de lograr determinadas metas de aprendizaje, y están estrechamente relacionadas con el conocimiento metacognitivo, por lo que ésta enseñanza requiere conciencia y entendimiento de variables de la persona, de la tarea y de la estrategia, de sus capacidades y limitaciones cognitivas.
Por consiguiente, una buena base de conocimientos de las características y demandas de la tarea, capacidades, intereses y actitudes personales, de las estrategias necesarias para completar la tarea, son requisitos básicos de la conciencia y conocimientos metacognitivo; a lo que se debe añadir la regulación y control que el propio sujeto debe ejercer sobre todo lo anterior, por ello, para que un individuo pueda poner en práctica una estrategia, antes debe tener conocimiento de las que son específicas, saber cómo, cuándo y por qué debe usarlas. Así, por ejemplo, debe conocer las estrategias de repaso, subrayado, resumen, entre otros, y saber cuándo conviene utilizarlas.
Igualmente, mediante su función autorreguladora, la metacognición hace posible observar la eficacia de las estrategias elegidas y cambiarlas según las demandas de la tarea. En cuanto a las de manejo de recursos, estas son una serie de técnicas de apoyo que incluyen diferentes tipos de recursos que contribuyen a que la resolución de la tarea se lleve a buen término, teniendo como finalidad sensibilizar al estudiante con lo que va a aprender; y esta sensibilización hacia el aprendizaje integra tres ámbitos como son la motivación, las actitudes y el afecto.
Por lo tanto, éste tipo de estrategias coinciden con lo que el autor Winstein y Mayer llaman estrategias afectivas y otros autores la denominan de apoyo, e incluyen aspectos claves que condicionan el aprendizaje como son el control del tiempo, la organización del ambiente de estudio, el manejo y control del esfuerzo, entre otros. Sin embargo, éste tipo de destrezas, en lugar de enfocarse directamente sobre el aprendizaje tendrán como finalidad mejorar las condiciones materiales y psicológicas en que se produce ese aprendizaje.
Cabe señalar, que entre las diferentes corrientes psicológicas que influyen en la conducción del proceso de enseñanza – aprendizaje y la adquisición del conocimiento, la corriente conductista señala que el aprendizaje se adquiere mediante respuestas y para que se logre la enseñanza se ha de crear situaciones para obtener los refuerzos adecuados por cada respuesta que ayuden a observar el comportamiento o conducta del estudiante, pues considera el entorno como un conjunto de estímulos- respuestas que favorecen la adquisición del aprendizaje el está en manos del profesor y de su programa Curricular, quien es un suministrador de retroalimentación.
Mientras que la corriente cognitiva, indica que el aprendizaje se adquiere mediante el conocimiento y la práctica concibiendo al estudiante como un procesador activo de los estímulos, pues utiliza sus propias experiencias para obtener el nuevo aprendizaje y el papel del profesor es enseñar y transmitir la información del currículo.
La corriente constructivista determina que el aprendizaje se adquiere mediante la construcción de significados, la enseñanza está orientada en los procesos cognitivos, ya que usando la experiencia previa se construye el nuevo aprendizaje, estando centrada la instrucción en el estudiante y en los procesos significativos que se activan, pues los conocimientos no se graban mecánicamente en la memoria, sino que los sujetos construyen activa y significativamente su aprendizaje.
Es por ello, que al hablar de las prescripciones instruccionales desde el punto de vista del conductismo, aparece una referencia a palabras tales como "estímulo" "respuesta" "refuerzo", "aprendizaje" lo que suele dar la idea de un esquema de razonamiento acotado y calculador, pero este tipo de palabras se convierten en un metalenguaje científico sumamente útil para comprender la psicología y el papel destacado dentro del proceso de aprendizaje lo desempeñan los procedimientos instruccionales o de enseñanza, que afectan directamente a la ejecución del estudiante a quien se le reserva el papel o rol de receptor o recipiente en el que se almacenan los conocimientos previamente programados por una cuidadosa y uniformada planificación instruccional.
En este sentido, lo más importante, es presentar a todos los alumnos los mismos materiales y en condiciones adecuadas de recepción, ignorando de esta manera el carácter interactivo del proceso enseñanza-aprendizaje y la naturaleza del estudiante como procesador
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