Caracteristicas De Los Capacitadores
latinamayre8 de Junio de 2014
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Introducción
Según estadísticas, el 80% de nuestro tiempo la pasamos comunicándonos. No es lo mismo emitir mensajes cotidianos, informales y restringidos a unas cuantas personas, que dirigirnos a un auditorio de personas desconocidas, clientes, colaboradores, etc. y por lo tanto sentir muchos pares de ojos críticos sobre nosotros, que consciente o inconscientemente enjuicia nuestro aspecto, actitudes y preparación sobre el tema.
Ésta es una habilidad en donde se requiere de capacitación para su desarrollo para así lograr exposiciones orales de convencimiento altamente efectivas. “Hablar en público no es un lujo, es una necesidad”.
Que es hablar en público y convencer
La acción de convencer
Se dirige principalmente a la inteligencia, así como la de persuadir a los sentimientos.
Se dice que el orador debe no solo convencer, es decir, probar las proposiciones que sienta, sino también persuadir, esto es, conmover y ganar el corazón.
La convicción supone pruebas: «Yo no podría creer tal cosa, se suelo decir, pero me ha presentado pruebas tan concluyentes que me ha convencido». No siempre exige pruebas la persuasión: «La buena opinión que tengo de ti me es suficiente para persuadirme que de ningún modo eres capaz do engañarme».
Decimos que una demostración matemática convence, pero no diremos que persuade, así como el amor persuade, sin de ningún modo convencer.
Hablar en público
Es una actividad desagradable para muchos y cuanto mayor sea la importancia del evento, peor el miedo. Sin embargo, como emprendedor, deberás enfrentarte constantemente a exposiciones y presentaciones, ya sea ante tu equipo, socios, clientes o posibles inversionistas. Y debes hacerlo de la forma correcta para conectarte con tu audiencia.
Pero hablar en público en realidad no es tan difícil. No es otra cosa que conversar, y eso lo haces prácticamente todo el tiempo. El misterio desaparece una vez que se ha aprendido cómo hacerlo.
Esto nos da la pauta para citar algunas definiciones de capacitador de varios autores:
“Para Huberman (1999) el formador deberá conocerse a sí mismo, adaptarse a la sicología evolutiva del participante, saber establecer relaciones personales, planificar, controlar la clase, manejar a la gente de manera que se pueda evaluar .
Por otro lado, Bentley (1993) requiere del formador destrezas técnicas, analíticas, de diseño, de comunicación, psicológicas de facilitación y de consejería.
También citamos a un humanista como Grappin (1990) que dice que el instructor ha de ser ante todo un pedagogo: generoso, inteligente, honesto, humilde y alegre.
A su vez, Rodríguez y Medrano (1993), desde una perspectiva tecnológica requieren destrezas exclusivamente técnicas como preparar clases, planificar, conocer sobre psicología del adulto, capacitación didáctica en la comunicación verbal y no verbal, así como cada forma de comunicación. .
Más allá de las cuestiones básicas, otros autores como Amat (1994) destacan, la capacidad para gestionar el estrés, o Rodas (2000) que lo caracteriza como científico, tecnólogo y artista destacado
Funciones, roles y características del capacitador.
Si partimos del principio de que las organizaciones dependen, para su funcionamiento y su evolución, primordialmente del elemento humano con que cuenta, sin duda se manifiesta la importancia de la formación, actualización y capacitación de sus miembros. De ahí, se evidencia la trascendencia de las personas encargadas de esta labor, al resultar ser agentes de cambio, capaces de entrenar, instruir, preparar, guiar, encaminar a las personas, impactando en su individualidad y a su vez a la colectividad tan necesaria y difícil de manejar.
En éste sentido, la función principal de ésta labor está enraizada en el contribuir a mejorar la capacidad de resolver problemas, lo que implica capacidad de adaptación y toma de decisiones para afrontar el mundo actual, es decir, lograr en las personas el hecho de enfrentar de manera óptima y satisfactoria situaciones particulares en un momento determinado, con ello, contribuir al logro de las metas de la organización a la que pertenecen.
Con base en lo anterior, podemos establecer las siguientes afirmaciones, a manera de concentrar las diferentes funciones de todo formador, instructor y capacitador:
• Generar las condiciones óptimas para un aprendizaje satisfactorio y profundo.
• Adoptar todas las previsiones necesarias para asegurar que el conocimiento fue consolidado en todos los casos.
• Garantizar la coherencia entre los objetivos de aprendizaje, las estrategias de enseñanza aprendizaje, los contenidos, le proceso de evaluación, su relación con el grupo y el contexto.
• Tener claras y siempre presentes las necesidades de aprendizaje de sus educandos.
• Ocupar un rol de facilitador del aprendizaje.
• Establecer relaciones interpersonales con su grupo para lograr identificar positivamente sus características para poder interactuar de manera más fácil.
• Aceptar al grupo como un conjunto de fuentes para el aprendizaje, promoviendo el descubrimiento y reconocimiento del bajage de los participantes.
• Ser abierto y flexible para hacer adecuaciones al programa.
• Aceptar que el educando adulto es capaz de manifestar la autoevaluación.
• Formar parte activa del grupo y como un agente de cambios.
• Facilitar situaciones de aceptación, reconocimiento y participación entre los participantes del grupo.
• Considerar y respetar las diferencias individuales de cada participante.
• Promover la transferencia de los aprendizajes hacia la vida cotidiana de cada uno de sus participantes.
Claves para convertirte en un buen orador
1. Exprésate con sencillez
La gente que te escuche captará una o dos de las principales ideas que expongas. Si no puedes expresar en un par de enunciados el punto que propones comunicar, entonces tu alocución no está bien definida. Y si no sabes con previsión lo que quieres decir, mucho menos lo sabrás decir en público.
2. Organízate
Sea larga o corta tu disertación, es importante ordenar los elementos de la misma. Hay que prever la introducción, los puntos principales que se van a exponer y la conclusión.
A veces, una buena forma de comenzar resulta ser la frase final. Una vez que sabes a dónde te diriges, puedes escoger el camino que más te plazca para llegar allí. Es decisivo tener un final poderoso y contundente, pues en la mayoría de los casos es lo que la gente mejor recuerda.
3. Sé breve
La duración de los números en los espectáculos de variedades suele ser, como máximo, de 12 a 15 minutos. Si una cuadrilla de bailarines y cantantes que ponen toda el alma en su trabajo no logran entretener al público por más tiempo, ¿qué le hace pensar que tú sí podrás? Evita los discursos demasiado largos y rollaros.
4. Sé sincero
Si tratas de ser distinto a como eres (poco natural), probablemente no vas a convencer a nadie. Si no te parece graciosa una anécdota, no esperes que el público se ría con ella. Si la información que pretendes transmitir no te despierta un verdadero interés, tampoco lo despertará en los demás.
Si tomas la palabra es porque has tenido una experiencia que los oyentes desconocen; compártela con ellos. Trata de que sientan lo mismo que tú sentiste: una profunda emoción, o indiferencia; miedo, o tristeza; fastidio, o perplejidad.
La primera persona del singular (yo) puede ser un arma eficaz, pero debes ser cauto y ubicarte correctamente en el espacio, tiempo y tipo de público que te escucha.
5. Aduéñate de la situación
En los primeros momentos de un discurso se establece el vínculo entre el público y el expositor. Sonríe, agradece a la persona que te presentó y luego espera un momento.
No empieces hasta que hayas captado la atención de todos los presentes. Cada una de esas personas comprenderá inmediatamente que el orador le está hablando a ella, y su cerebro se dispondrá a prestarle atención. Eso es precisamente lo que quieres.
Cuando el público se haya puesto atento, establece contacto visual. Escoge tres caras amigables: una a la derecha, una a la izquierda, y una al centro. Dirígete entonces a una, luego a otra, y así lograrás abarcar a todo el auditorio.
6. No leas, habla
Leer ante un auditorio no resulta tan eficaz como hablar directamente y con el corazón; la expresión espontánea quizá no sea tan pulida, pero definitivamente es mejor. No es recomendable redactar discursos, pero sí lo es llevar notas para recordar lo que quieres decir, y saber en qué parte va uno. Una buena idea es
Hacer bullets con los puntos principales o con datos importantes que quieras dar a conocer.
7. Relájate Cuando estamos sometidos a tensión nerviosa, a menudo olvidamos cómo respirar correctamente. Toda persona que acostumbra presentarse o actuar en público conoce la importancia de la respiración.
No inhales profunda y forzadamente, ni respires con mayor rapidez que de lo normal; te puedes hiperventilar. Para relajarte, sólo tienes que mover el diafragma suave y rítmicamente y dar inhalaciones largas y profundas.
Las Claves para ser un Capacitador Exitoso
Para que un capacitador transmita exitosamente a los participantes el conocimiento, es necesario el desarrollo de cualidades y conductas que se traducen en formas efectivas de intervenir y relacionarse con las personas.
De
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