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Carreras De Vallas

Milanito28 de Mayo de 2012

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CARRERAS DE VALLAS

 Definición

Las carreras de vallas son pruebas de velocidad en las que el atleta debe saltar una serie de 100 barreras o vallas. El programa olímpico incluye cuatro pruebas de vallas: 110 metros para hombres, 100 metros para mujeres, 400 metros para hombres y mujeres.

 Análisis Técnico

El atleta

La carrera de vallas debe semejarse lo más posible a una carrera lisa, por lo que el atleta debe tener las características de un velocista, aunque debe tener unas extremidades largas con una mayor estatura que el velocista.

El vallista debe disponer igualmente de un gran sentido del ritmo, una gran movilidad articular, gran elasticidad muscular y, como se ha dicho, de una gran velocidad semejante al corredor de la misma distancia en carrera lisa. La resistencia deberá equivaler a la requerida en la prueba inmediatamente superior en la pista, por ejemplo de 110 metros deberá tener la resistencia de un atleta de 200 metros lisos y el de 400 metros valla tendrá la de 800 metros lisos.

Técnica

La técnica de valla será analizada de una forma generalizada, descomponiéndola en las siguientes fases:

-salida

-ataque de la valla

-pierna de ataque

-pierna de impulso

-acción del tronco

-acción de los brazos

-acción entre valla y valla

-desde la última valla hasta la llegada.

Salida

El vallista deberá tener todas las consideraciones técnicas de los corredores de la misma prueba sin vallas, si bien hay pequeños matices que deberá tener presentes por tener el condicionante de los obstáculos a superar. Por lo general todos los corredores tienen ocho zancadas a la primera valla.

Los vallistas saldrán con las caderas un poco más altas que en las carreras sin obstáculos y los tacos de salida tendrán alguna modificación obligada por los pasos previos que deben dar hasta la primera valla; por lo que los tacos se colocarán incluso un poco más separados de la línea de salida y de forma que la pierna de ataque a la valla sea la que se sitúe en el taco de atrás.

El vallista deberá tener una gran capacidad para desarrollar una gran velocidad, que en el caso de 110 metros será de 13,72 metros y en tan solo ocho pasos. Hay que tener presente que el atleta inicia el ataque a la primera valla cuando se encuentra a dos metros de la misma por lo que estos pasos deben tener una serie de características:

• La longitud de los pasos se incrementará hasta el séptimo

• El octavo paso deberá ser ligeramente más corto que el séptimo.

• En el paso cuarto, el tronco deberá ya haber conseguido la posición de carrera.

Esta situación hará que el atleta pueda observar la primera valla antes de estar encima de ella.

Las ocho zancadas hasta la primera valla son únicamente orientativas, pudiéndose rectificar de acuerdo con las características del atleta, altura, velocidad, etc. Y reducir en uno el número señalado. Si esto ocurre hay que recordar lo comentado sobre la pierna que debe colocarse en el taco de atrás, la de ataque.

En la tabla siguiente se exponen unos datos orientativos realizados por Schmolinsky sobre las diferentes distancias a conseguir en cada uno de los pasos a dar desde la salida hasta la primera valla.

Longitud del paso Distancia acumulada

Primero

Segundo

Tercero

Cuarto

Quinto

Sexto

Séptimo

octavo 0.6

1.10

1.35

1.50

1.65

1.80

1.90

1.80 0.60

1.70

3.05

4.55

6.20

8.00

9.90

11.70

Estas son distancias orientativas y deberán adecuarse a las características del atleta máxime si por las razones expuestas se deben reducir de ocho a siete los pasos previos a dar hasta la primera valla.

Ataque de la valla

El tiempo que transcurre desde el último paso previo a la valla hasta que el pie entra en contacto con el suelo una vez realizado el pase por encima de la misma, debe transcurrir de la forma más rápida, sin que haya pérdida de velocidad. Para que esto pueda lograrse es necesario que el vallista realice una técnica depurada y a gran velocidad. El atleta debe dejar una distancia entre el último apoyo y la valla para que la técnica pueda ser lo más correcta posible, concretamente entre 1,90 y 2,00 metros. Esta distancia no suele variar a pesar de las categorías o de las circunstancias del vallista, encontrándose únicamente variaciones no significativas.

La superación de la valla exige una elevada energía y alta de la pierna de ataque flexionada con el muslo hacia delante y hacia arriba, lo cual coincide con un aumento de la inclinación de la carrera. A continuación envuelve la valla tomando rápidamente contacto con el suelo, caderas sobre la vertical del pie, casi sobre las yemas de los dedos, tobillo en tensión y rodilla extendida, todo lo cual favorece la continuación de la carrera.

Pierna de ataque

El ataque de la valla se realiza con una gran flexión de la pierna por la rodilla llegando incluso a cerca de 201, que en atletas noveles no suele bajar de los 401, la velocidad angular se verá favorecida por una mayor flexión de la pierna. No obstante, cuando la rodilla está a la máxima altura, la pantorrilla debe estar dispuesta ya perpendicularmente al suelo.

Pierna de impulso

La pierna de impulso estará caracterizada por una gran movilidad de la articulación coxofemoral.

El apoyo de esta pierna será mediante la planta y la punta del pie, nunca por el talón, debiendo estar el eje longitudinal del pie perpendicular a la valla, en dirección a la carrera. Hasta que se produce el contacto del pie con el suelo hasta que el centro de gravedad pasa por la vertical de la base de sustentación, se le conoce como aceleración negativa y a partir de este momento se producirá lo que se conocerá como aceleración positiva.

En la fase de aceleración negativa será cuando el atleta emplee toda su potencia para aprovechar toda la fuerza horizontal que un atleta en periodo de iniciación suele transformar en fuerza vertical siempre poco deseable.

Ocurre y fundamentalmente en atletas principiantes, que el paso de la fase de aceleración negativa a la positiva es grande, debido a dos causas fundamentales: por una parte la velocidad ha sido insuficiente y por otra ha habido una incorrecta distribución de los pasos entre las vallas.

Desde el momento que termina la aceleración negativa, en el momento en que se inicia la fase de aceleración positiva, la pierna de apoyo inicia un impulso, extendiéndose por completo. Tras el impulso es arrastrada por el cuerpo realizando un movimiento continuo, lateral, de elevación con el muslo, subiendo y abriendo la rodilla hacia fuera. Al llegar las caderas sobre la valla, se realizará con la pierna horizontalmente al suelo y nunca hacia arriba.

El pie seguirá a la pierna en una flexión dorsal y con una ligera supinación. La rodilla siempre flexionada continúa la acción de ascenso, como si fuera a tocar la axila para, a continuación, proseguir con la posición de continuación de carrera. Al llegar delante del tronco se extenderá buscando el suelo, de forma activa, tomando contacto con él sobre el metatarso, nunca sobre el talón.

Un incorrecto trabajo de pierna de impulso sobre la valla exige amplia movilidad articular a nivel de la cadera. La falta de elasticidad muscular y movilidad articular influirá en:

-el empuje de la pierna sobre el suelo será incorrecta.

-la pierna de impulso se “adelanta” en la acción, lo que origina que el vallista adopte la posición de sentado.

-la pierna de impulso no irá sobre la valla en una trayectoria horizontal sino que se desviará hacia arriba.

Acción del tronco

La acción del tronco va disociada de la de las caderas y de las piernas. El tronco incrementa la inclinación una vez que se inicia el ataque a la valla, coincidiendo la máxima inclinación cuando se extiende completamente la pierna de ataque y la separación del suelo de la pierna de impulso.

Todas las acciones desarrolladas durante el pase de la valla, que comienza en el ataque de la valla, con el esfuerzo que conlleva la subida del muslo y su posterior extensión, el empuje con la pierna de impulso y la inclinación del tronco, no deben provocar que el resultado conlleve una elevación excesiva de las caderas; por el contrario el atleta realizará el pase de la valla con la mínima elevación de las caderas.

El atleta deberá tener la idea de avanzar el tronco en la dirección de la marcha cuya flexión conllevará una correcta caída tras la valla. La cabeza no se deberá forzarla con una acción hacia el suelo, que conllevaría u resultado contrario al deseado como la perdida de equilibrio. La cadera deberá llevar una trayectoria que se apartará lo menos posible de la línea de carrera.

Acción de brazos

Seguirán la acción de las piernas. Son, como en las carreras lisas, factores equilibrantes y coordinativos, en esta ocasión en la acción del vuelo, permaneciendo ambos delate del cuerpo en la fase de ataque. El contrario a la pierna de ataque se adelanta como intentando tocar la punta del pie de la pierna de ataque que en ese momento se extiende, ligeramente flexionando por el codo, y la palma vuelta hacia abajo. El otro brazo, flexionado en el codo, se lleva algo hacia atrás, hasta que la mano y el codo formen una línea con el tronco. Extender el brazo hacia un lado o hacia atrás es un grave defecto.

Acción entre valla y valla

En las carreras

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