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Ciclo Económico


Enviado por   •  1 de Noviembre de 2014  •  2.086 Palabras (9 Páginas)  •  163 Visitas

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CICLO ECONÓMICO E INVERSIÓN

La dinámica del crecimiento económico tiene un componente cíclico, el cual depende de choques externos, de la variación de los términos de intercambio, de las políticas procíclicas y del acceso a la liquidez internacional, este componente cíclico o ciclo tiene características tales como duración e intensidad. Con respecto a la región América Latina y El Caribe, esta tiene una duración promedio en las fases recesivas similares a las otras regiones pero sus fases expansivas son más cortas. La intensidad de las fases expansivas muestra importantes diferencias entre regiones. Con respecto a los componentes del PIB por el lado de la demanda muestra que en la fase recesiva la contracción de la inversión es muy superior a la de los demás componentes, esta tiene un comportamiento asimétrico, pues cae más intensamente en la fase recesiva del ciclo que lo que aumenta en la fase ascendente. La contracción de la inversión implica un menor crecimiento de la acumulación de capital, lo cual deteriora la capacidad de la economía de generar empleos y mantenerlos. Además en América Latina y el Caribe, la inversión y la estructura productiva se han visto muy afectadas durante las crisis, lo que ha deteriorado su capacidad de crecimiento. El descenso del PIB de tendencia no solo refleja fases expansivas más cortas, sino principalmente los efectos negativos de la dinámica del ciclo en la estructura productiva.

Asia oriental y el Pacífico sostuvo una trayectoria de expansión creciente del PIB durante todo el período. En cambio América Latina y el Caribe presentan un quiebre estructural en los años ochenta. Esencialmente, se trata de una diferencia entre un modelo virtuoso, como el aplicado por Asia oriental, región en la que se dio un cambio estructural positivo, y el modelo de la región, que ha seguido el patrón determinado por sus ventajas comparativas estáticas.

En los setenta las economías de América del Sur inician con la liberalización financiera, cuyos efectos se revierten debido a la crisis de la deuda de los ochenta. La creciente volatilidad de la segunda mitad de los años noventa y la segunda mitad de la década de 2000 se da tanto en los flujos financieros, en especial en la IED.

La profundización de la globalización financiera en las últimas décadas ha sido un factor determinante de los ciclos de auge y recesión en la región, mientras que las consecuencias para la economía de los países también han sido variadas y dependientes de los mecanismos internos de propagación de los choques, cuyo aspecto clave es el grado de profundización de los mercados financieros externos. En los países con menores profundizaciones financieras y menos expuestas, los choques externos provienen principalmente de la demanda externa y no de los mercados financieros. Al aumentar la profundización financiera interna y la inserción financiera externa, la volatilidad de los mercados financieros se suma a la de los mercados externos de bienes y servicios.

Con respecto a la composición de los flujos financieros, las corrientes de capital privado se han ido constituyendo en la fuente más importante de financiamiento externo para la región. Actualmente representan más del 90% del total en el caso de América Latina y el Caribe. El principal componente de los flujos de capital son las corrientes de IED.

El incremento de la volatilidad financiera estuvo ligada a la volatilidad de la evolución de los términos de intercambio. La volatilidad obedeció a las intensas variaciones de los precios de las materias primas. La evolución de los precios de las materias primas que se debe al aumento de la demanda impulsada por el mayor crecimiento económico de los países emergentes como China y la India, ejerciendo una presión al alza de los precios. Las exportaciones de la región se concentraron en materias primas y manufacturas basadas en recursos naturales. Esto refleja la tendencia a la reprimarización inducida por los altos precios de las materias primas durante la mayor parte de ese período. Nuestras exportaciones se caracterizan por ser de escaso valor agregado y baja incorporación de conocimientos y tecnología.

Analizando la inversión, se observa que la tasa de inversión de América Latina ha sido históricamente inferior a la de otras regiones emergentes. El período durante el cual la región presentó los niveles más altos de inversión fue la comprendida entre el comienzo de la década de 1970 hasta 1982, años en que el promedio anual ascendió al 24,3% del PIB, aunque incluso registró valores superiores al 25%.La evolución de la inversión en la región ha estado muy determinada por las crisis internas y externas. Su deficiente desempeño se vincula, además, con la reacción de los gobiernos ante las crisis, en particular con las decisiones sobre inversión pública. El principal componente de la inversión pública es la inversión en infraestructura. En el contexto de la revolución tecnológica, la inversión en infraestructura de banda ancha es clave, debido a que sirve de plataforma para la provisión de servicios de diversa índole que permean los diferentes sectores y, además, tienen efectos directos en el crecimiento económico y la inclusión social. Así, la región presenta un importante rezago en términos de desarrollo de infraestructura de banda ancha, que se refleja en crecientes brechas de acceso, velocidad de conexión y calidad. En general, la inversión es una relación clave entre presente y futuro, entre ciclo y tendencia.

La principal variable que influye en las decisiones de inversión no es la disponibilidad de ahorro, sino la rentabilidad esperada. Los macroprecios y la escasa inversión pública, en un contexto de volatilidad e incertidumbre, han impedido una respuesta de la inversión privada acorde con los requerimientos del desarrollo, con los consiguientes efectos en el crecimiento, la productividad y el empleo.

En las últimas décadas, los flujos de IED hacia América Latina y el Caribe han aumentado en forma considerable y las empresas transnacionales se han consolidado como una piedra angular de la estructura productiva de los países de la región. La función de la IED como complemento del ahorro interno, y fuente de nuevos aportes de capital y de beneficios en materia de transferencias de tecnología y de derrames de productividad. Asimismo, se otorgaba prioridad al monto, considerado más importante que la calidad, lo que llevó a los países a tratar de maximizar la IED de las empresas transnacionales, principales actores del fenómeno.

En los últimos años, América Latina y el Caribe se han afianzado como destino atractivo para las empresas transnacionales. Las empresas transnacionales

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