Coaching en las Organizaciones

Coaching en las Organizaciones

“La verdad es totalmente interior. No hay que buscarla fuera de nosotros ni querer realizarla luchando con violencia contra enemigos exteriores”. Ghandi.

“Yo no puedo enseñarte nada, solo puede ayudarte a encontrar el conocimiento dentro de ti mismo, lo cual es mucho mejor que traspasarte mi poca sabiduría”. Sócrates.

El coaching representa una oportunidad de aprendizaje que ayuda y facilita a realizar mejor todo aquello que la persona ya sabe hacer, potenciando todas las habilidades y capacidades que tiene, haciéndose responsable de las soluciones y decisiones; para poder elegir, cambiar y conducir su vida con plena conciencia del potencial que posee.

Las personas no siempre tienen la posibilidad de encontrar las respuestas por sí mismas. Necesitan de la intervención de alguien externo para encontrar esa opción, alternativa o información específica sin la cual no puede resolver una situación, requieren una visión diferente, otros puntos de vista sin elaboración de juicios, un entrenamiento “desde adentro” para que las personas puedan aprender a aprender.

Bajo este contexto y tomando en cuenta que el motor de las compañías es su talento humano, es evidente que las empresas para convertirse en “organizaciones inteligentes”, ante la realidad de tener que actuar y operar en mercados económicos comerciales muy competitivos requieren de una re definición de su liderazgo gerencial, necesitan tomar muy en cuenta lo que representa actualmente el coaching en todo su alcance y beneficios que de esta técnica se derivan.

Es importante considerar que en la actualidad como parte de programas de desarrollo de liderazgo que se proporciona a personas que tienen personal a cargo, se dictan módulos de coaching. En todo el mundo los gerentes comienzan a brindar coaching a su gente. Esto es muy positivo. Pero cuando el coach es externo, tiene la ventaja de una mayor objetividad y de ver la realidad desde otro punto de vista. Además, se preserva de alguna manera a la persona porque le evita la sensación de exposición experimentada cuando este rol lo desempeña su jefe u otro miembro de la misma organización.

Adicionalmente hay que tomar en cuenta que no todo líder puede ser un coach. Así como los buenos gerentes no siempre son buenos líderes, los buenos líderes no siempre son buenos coaches. Los talentos para ser un líder no son los mismos que los de un coach. A veces, por ejemplo, es común ver a un gran líder sin seguidores. Su falta de habilidad para comunicar e inspirar a aquellos subordinados a él desemboca en una falta de acción departamental, ni la organización ni los individuos se mueven hacia adelante.

Un buen coach es capaz de ver las emociones de las personas como datos, y trabajar con ellos sin juzgar al individuo.

Las habilidades del coach más difíciles de adquirir para un líder son: por un lado, aprender a enfatizar elecciones y opciones, en lugar de responderle las preguntas al individuo, y por el otro, dar una retroalimentación honesta. Dada la dificultad de estas dos habilidades, no es sorprendente que los líderes ejecutivos de hoy estén buscando a coches que les ayuden a desarrollar esos talentos.

La complejidad del ambiente organizacional genera cantidades de actitudes y comportamientos que parecieran reflejarse sólo al ámbito del trabajo. No obstante, el ser humano, en sus diferentes roles, no se despoja totalmente de la gran cantidad de elementos que le conforman, para actuar sólo en un escenario específico.

Se debe aclarar que el coaching no nace en la empresa sino más bien como un proceso de mejora del desempeño de las personas. Este proceso ha sido tan significativo en campos de desarrollo personal

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