Coherencia

Dentro del conjunto de ideas relacionadas con el crecimiento personal se considera con especial relevancia lo concerniente a la coherencia entre pensamientos palabras, acciones y emociones, veamos porque.

El ser humano esta dotado de voluntad propia y libre albedrío, y en la medida que adquiera consciencia de ello y desarrolle la destreza necesaria para emplear estos dones de manera coherente se estará facilitando enormemente la travesía de la vida.

Los pensamientos, palabras, acciones y emociones son vías de canalización de la voluntad consciente y oportunidades de ejercer el libre albedrío del que esta dotado cada ser humano, por esto es importante considerar como decidimos emplear cada uno de ellos en la vida diaria.

Los pensamientos son el punto de partida de todo cuanto existe en este plano, "todo lo creado fue antes pensado", y por ende es deseable concederles la relevancia que se merecen dentro del proceso de la existencia humana. La expresión de cualquier acto volitivo comienza primero con un pensamiento el cual le da origen a ciertas "formas pensamiento", estas se manifiestan en la mente dotadas de energía proveniente de la voluntad consciente, y a partir de allí pueden generar una intención de acción en cierto sentido. Si se alimentan lo suficiente con la voluntad consciente estas estructuras que se crearon en la mente pueden llegar a estimular al ser que las creo, pudiendo dar origen así a la motivación que le impulse a actuar para convertir estos pensamientos en hechos palpables.

Por lo anteriormente expuesto es fácil darse cuenta porque las más antiguas escuelas de pensamiento como el Yoga le dan tanta importancia al control mental. Esto es porque consideran a la mente como el asiento de los sentidos y a menos que se logre controlar la mente, educándola a pensar de una manera ordenada, el gobernar los sentidos sería una tarea que podría parecer monumental y se pudiera llegar a pensar que se corre el riesgo de ser gobernado por ellos.

Una vez que se completa el proceso de creación de pensamientos, estos comienzan a impulsar a la persona que los alberga en su mente a encontrar maneras para permitir su manifestación, y la primera forma a la que normalmente se recurre para manifestarlos es a través de la palabra, mediante el dialogo con una o varias personas para compartir esas ideas que se han gestado en la mente.

Es importante considerar aquí la famosa frase "En el principio era el verbo...", pues la palabra esta dotada de capacidad para crear y la forma en que se la empleé debería reflejar consideración hacia este conocimiento. La palabra imprime fuerza a los pensamientos y su energía, proveniente también de la voluntad consciente del individuo, se suma a la de estos intensificando a la intención que se esta gestando dentro de la persona para impulsarla a actuar.

Al llegar a este punto es sencillo ver porque se hace énfasis en algunas escuelas de pensamiento sobre el poder del verbo y lo deseable de emplearlo constructivamente, pues de otra manera se esta desperdiciando una energía que pudiera emplearse para beneficio de la consecución de las metas planteadas. Lo ideal sería que las palabras, al expresarse, reflejasen de la manera más fidedigna posible el contenido de los pensamientos

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