Conciencia ambiental
Cecilia MontesdeocaApuntes7 de Mayo de 2019
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DESARROLLO DE TEMÁTICAS
1. TEMÁTICA DE LA CLASE: Conciencia ambiental
2.- TIEMPO: 2 clases de 60 minutos
3.- PROPÓSITO DE APRENDIZAJE
Objetivo: Fomentar en los estudiantes sensibilización ambiental, a través de la comprensión de la realidad ambiental y la identificación de sus problemáticas a nivel global y local.
Con este tema se plantea la necesidad de fomentar una conciencia ciudadana mediante el desarrollo de una cultura de valores ambientalistas. Se quiere llegar al entendimiento de que los problemas ambientales son problemas sociales en la medida en que son las sociedades, con sus acciones, las que más contribuyen a generarlos.
Y lamentablemente las personas no ha comprendido que es una parte integrante de la naturaleza y al destruirla, provoca su propia desaparición. Es así que se brindará a los estudiantes primero el conocimiento de la realidad ambiental y la identificación de sus problemas a nivel global y después se abordará la problemática a nivel local. Se logrará comprender a través de un análisis de la historia, que los procesos sociales contribuyeron y siguen aportando al deterioro ambiental. Que a través de la sensibilización y el conocimiento previo sobre la realidad ambiental, se pueden generar acciones positivas para ayudar al ambiente.
Para lograr con el cumpliento del objetivo general, es importante que esta temática se desarrolle en varias clases, ya que es un tema que tiene muchos elementos que abordar. Al final del desarrollo de estas, los estudiantes podrán ser conscientes y generar acciones positivas en pro del ambiente.
4. CONTENIDOS TEÓRICOS:
4.1 Orígenes de la degradación ambiental
La mayor parte de las acciones que las personas llevamos a cabo y que producen cambios en el entorno son resultado de la actividad económica.
La economía mundial, en el siglo XX, fue 120 veces mayor que en el año 1500, teniendo lugar la mayor parte del cambio a partir del año 1820. De todos modos, el crecimiento más rápido se produjo entre 1950 y 1973, aunque todo el periodo posterior a la Segunda Guerra Mundial se caracterizó por unas tasas de crecimiento económico sin precedentes.
La mayor parte de esta expansión económica ha estado vinculada al crecimiento de la población mundial.
Se ha estimado que para cuando los seres humanos descubrieron la agricultura, parece que alrededor del año 8000 A.C., la población mundial se situaba entre los 2 y los 20 millones de habitantes (Cohen, 1995). Pero con el desarrollo de la agricultura se produjo la primera expansión demográfica.
Para el año 1500, la población mundial había alcanzado la cifra de 400 o 500 millones. Para el año 1820 la población humana alcanzó los mil millones de habitantes, aproximadamente.
Y en el periodo transcurrido desde 1950, la población ha aumentado aproximadamente a una tasa 10.000 veces superior a la que prevaleció antes del desarrollo de la agricultura, y entre 50 y 100 veces más rápido que el ritmo posterior a este desarrollo (McNeill, 2000).
Todos los seres humanos dependemos por completo de los ecosistemas de la Tierra y de los servicios y bienes que proporcionan, como los alimentos, el agua, la energía y la regulación del clima. En los últimos 50 años, los seres humanos han transformado los ecosistemas a una velocidad y con una extensión desconocidas en ningún otro periodo de tiempo de la historia humana, en gran medida para resolver de forma rápida las demandas crecientes de alimentos, agua dulce, madera, fibra y combustible. Esta transformación del planeta ha aportado importantes beneficios netos para el bienestar humano y el desarrollo económico, pero estos beneficios no se han repartido de forma equitativa a todas las personas ni en todas las regiones del planeta. Y ahora se están poniendo de manifiesto los costes asociados a esos beneficios (Millenium Ecosystems Assessment, 2005).
Dos explicaciones sobre el origen de la degradación ambiental:
La propuesta de William Catton y Riley E. Dunlap adopta una perspectiva ecológica y la plantea en términos de una competencia entre las distintas funciones que desempeña el medio ambiente para los seres humanos. Por el contrario, Allan Schnaiberg ofrece una explicación desde la economía política.
Según Catton y Dunlap, el medio ambiente biofísico cumple diversas funciones esenciales para las sociedades humanas, al igual que para otras especies; no obstante, en el caso de los seres humanos se pueden señalar tres fundamentales.
1.- Recursos para la vida: agua, aire, alimentos, materiales para la protección, transporte y bienes que producimos, todas estas como base de sustento para la sociedades humanas.
2.- Depósito de residuos para los desechos producidos en el consumo de los recursos.
3.- Proporciona un espacio de vida o hábitat para las poblaciones humanas.
Cuando los seres humanos sobrepasan la habilidad del medio ambiente para cumplir con esas tres funciones, surgen los problemas ambientales.
Por otro lado Schneiberg ha descrito la dinámica económica de los problemas ambientales y las políticas en el marco de la moderna sociedad industrial, que él denomina “la rueda de molino de la producción” (treadmill production). Esta idea hace referencia a la necesidad, inherente a cualquier sistema económico, de producir beneficios de forma continua haciendo que los consumidores demanden nuevos productos, a pesar de que su consecuencia sea la expansión del ecosistema hasta el punto de exceder sus límites de crecimiento o su capacidad de sustentación (Hannigan, 2006).
Para Schneiberg, esta “rueda de molino” es un mecanismo de auto refuerzo en el que los responsables políticos responden al deterioro medioambiental creado por el crecimiento económico intensivo generando políticas que fomentan una mayor expansión. Por ejemplo, no se hace frente a la escasez de recursos con medidas dirigidas a reducir el consumo, sino fijando nuevas áreas de explotación (Hannigan, 2006). Los gobiernos tienden a embarcarse en un proceso de “gestión medioambiental” en el que la legislación proporciona un grado limitado de protección que resulte suficiente para acallar las críticas de algunos sectores de la sociedad, pero no bastante para detener, o siquiera ralentizar, el ritmo de crecimiento (Hannigan, 2006).
Las dos explicaciones inciden en vincular el deterioro del ambiente con el desarrollo humano.
Otros factores que incidieron en el deterioro ambiental
La expansión de la frontera agropecuaria en los países del trópico detonó desde mediados de los años cincuentas una deforestación sin antecedentes en la cuenca Amazónica, el sudeste asiático y la cuenca del Congo, las áreas boscosas del mundo más ricas en diversidad biológica, que desde entonces no se ha detenido. Ver más información en http://www.manuelrodriguezbecerra.org/bajar/surgimiento.pdf. Página 4.
4.2 Orígenes de la preocupación por el ambiente a nivel macro
El inicio de la preocupación por los problemas de la relación entre el ser humano y el medio ambiente, tal y como se manifiesta en nuestros días, se puede situar en la mitad de la década de los años 60 del siglo XX atendiendo a que es en estas fechas cuando se empezó a hablar de crisis ambiental. No obstante, las primeras manifestaciones de la preocupación se produjeron en la segunda mitad del siglo XIX, cuando empezaron a constatarse las consecuencias negativas de la revolución industrial para el entorno.
Sin embargo, a partir de los años 50 del siglo XX, los científicos empezaron a detectar indicios de que se estaban sobrepasando ciertos límites. A pesar del escepticismo de muchos sectores de la sociedad, la evidencia de que existen problemas ambientales graves ha ido haciéndose progresivamente más fuerte desde la década de 1970 (Meadows, 2006).
El comienzo del cambio se puede situar en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano, celebrada en Estocolmo en 1972. El objetivo de la Conferencia era fijar “un criterio y unos principios comunes que ofrezcan a los pueblos del mundo inspiración y guía para preservar y mejorar el medio humano” . El resultado fue la Declaración de Estocolmo sobre el Medio Humano, donde se proclama:
Hemos llegado a un momento en la historia en que debemos orientar nuestros actos en todo el mundo atendiendo con mayor cuidado a las consecuencias que puedan tener para el medio. [...] La defensa y el mejoramiento del medio humano para las generaciones presentes y futuras se han convertido en meta imperiosa de la humanidad, que ha de perseguirse al mismo tiempo que las metas fundamentales ya establecidas de la paz y el desarrollo económico y social en todo el mundo, y de conformidad con ellas.
La identificación de los problemas ambientales está estrechamente relacionada con reclamaciones y hallazgos científicos. La lluvia ácida, la pérdida de biodiversidad, el calentamiento global, el agujero en la capa de ozono, la desertificación y el envenenamiento por dioxinas constituyen ejemplos de problemas que surgieron a partir de un conjunto de observaciones científicas (Hannigan, 2006).
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