Creencias Epistemológicas En Mi Aula

CREENCIAS EPISTEMOLOGICAS EN MI AULA

INTRODUCCION

Los procesos del conocimiento son bastante complejos y requieren la misma complejidad para su adquisición, entendimiento y aplicación. Quizá en este punto derive la problemática de la infinidad de deficiencias y vacios en la educación y seguramente una comprensión más consciente y responsable de las creencias y procesos epistemológicos pueda aliviar en algo la pesada carga de la actual manera equivoca de impartir la educación en escuelas primarias, secundarias, preparatorias y universidades.

DESARROLLO

Bajo la lupa de la teorización epistemológica, los procesos educativos con carácter de educación escolarizada pública, gratuita y obligatoria desde su origen en la antigua Prusia en el siglo XVIII, presentan algunos vacios o equivocados enfoques: el primer vacio que encuentro es una falta de concatenación entre los tres componentes epistemológicos (testimonial-explicativo y normativo). La falsa ideología con respecto a la educación y al ideal de persona para una sociedad valoraron y trataron de optimizar únicamente en lo “normativo” olvidándose de la importancia del verdadero origen de la disciplina epistemológica que era el entender la ciencia y los procesos de generación de conocimiento a través de la experimentación. El enfoque “testimonial” es decir la importante parte del “qué?”: qué estudia?, qué métodos se emplean?, qué significa?, qué hace?, qué ayuda?, etc. De igual manera el enfoque “explicativo” o sea la parte que da respuesta a los “por qué?”. Nosotros, nuestros hijos, generaciones pasadas y futuras hemos crecido en ausencia o deficiencia de la adquisición de la aptitud y/o capacidad para cuestionarnos en el qué, para qué y el por qué. Nuestra curiosidad y creatividad innatas ha sido truncada y bloqueada por las falsas ideologías y errados métodos de enseñanza.

Al problema de la educación, de por sí ya marcado en sus orígenes y al mismo tiempo factor aislado o circunstancial, debemos añadirle un hecho estrechamente ligado a la incultura o ignorancia epistemológica: se trata de la casi nulidad en los hábitos de lectura y su correspondiente falta de atención y comprensión lectora. Este fenómeno, bastante notorio por cierto, debe preocuparnos por el daño y perjuicio al buen desempeño no solo escolar y académico si no ético y profesional de los niños, jóvenes y adultos del presente. Como bien señala la psicóloga educativa Isabel Solé nuestra juventud tiene una gran carencia sobre lo que es el conocimiento, cómo adquirirlo y emplearlo, hecho que se refleja en las creencias ingenuas y vagas acerca de lo que es en sí el conocimiento. Los jóvenes de hoy son poco consientes de ello y para la gran mayoría el conocimiento es algo simple, el aprendizaje es rápido, poco relacionado y se supone que la habilidad para aprender es innata. Aquí volvemos al inicio: no hay curiosidad por aprender, por investigar, por merodear, la lectura se torna finalista, es decir nuestros niños y jóvenes van a los libros por obligación, porque les dejaron una tarea o una investigación. Muy pocos son los que escudriñan los libros de manera voluntaria y autodidacta.

Bien dice el dicho popular “que lo que mal empieza, mal acaba”. Según el documental “La educación prohibida” en la cuna de las civilizaciones modernas la Antigua Grecia y todo el Imperio Romano los grandes pensadores filósofos como Sócrates, Platón y Aristóteles y las grandes disciplinas del saber como la biología, la química, la física, la astronomía y las matemáticas se desarrollaban de manera empírica y autodidacta. No existía la noción de escuela como es concebida en la actualidad y sin embargo jamás hubo tanto cúmulo de conocimiento y sabiduría. Y ahora después de tres siglos de haber experimentado la falsa educación, únicamente satisfaciendo las necesidades e intereses de gobernantes y poderosos imperios económicos vemos la imperiosa necesidad de salir de este sistema contaminado

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