Cuento.

Había una vez un leoncito que se llamaba…..,su mama lo regañaba mucho por que no le gustaba lavarse los dientes, todas la mañanas después de desayunar salía corriendo para ir a la escuela con la boca sucia, un día en el recreo se junto con sus amiguito el pato, y vio que su amigo estaba muy contento.

Leoncito: ¿por qué estas muy contento amigo?

Pato: estoy feliz por que el ratón me trajo 3 monedas a cambio del diente que se me cayó y puse debajo de mi almohada, y con esas monedas te compre una paleta.

Al final del día el leoncito se fue muy emocionado a su casa por que no sabia que había un ratón que dejaba monedas a cambio de poner los dientes que se nos caen debajo de la almohada, como a las dos semanas el leoncito noto que su colmillo derecho estaba un poco flojo y salió de su casa muy contento a enseñarle a su amiguito el pato que el seria el próximo en recibir las monedas, pero al abrir la boca y enseñarle el colmillo el pato se alejó.

Pato: pero que mal aliento seguro que no te lavas los dientes.

A el leoncito le dio tanta pena que salió corriendo hacia su casa corrió tanto y tanto que en el camino tropezó con una piedra y el colmillo que tenia flojo se le cayo, en la noche antes de acostarse a dormir puso su colmillo debajo de la almohada al día siguiente se levanto muy tempranito y rápidamente levanto la almohada para buscar las monedas pero lo único que encontró fue su colmillo junto con un cepillo de dientes, un pasta dental y nota que decía:

Ratón: leoncito no me lleve tu colmillo por que esta muy sucio y no me gustan los niños que no se lavan los dientes, además mi casa se vería muy fea, los dientes que me llevo los pongo en un lugar muy especial dentro de una cajita de cristal y si ese dientes esta sucio la cajita se rompería inmediatamente, solo los dientes limpios pueden estar en mi casa como brillantes en una cajita de cristal, así que te devuelvo tu colmillo que no me sirve, adiós, firma el ratón.

FIN

Después de leer esta carta el leoncito lloro tanto que su mama fue a ver que le pasaba, el leoncito le mostro la carta y su mama le dijo:

Mama: ya ves hijito por que te digo todos los días que te laves los dientes, yo quiero lo mejor para ti, quiero que tus amigos sepan que eres un leoncito limpio y se sientan orgullosos de ti y de tu higiene personal, que todos los días tus dientes se pongan mas limpios y blancos, si los lavas 3 veces al día y los cuidas siempre estarán sanos y brillantes.

Leoncito: ¿sabes mami? Desde hoy me lavare los dientes 3 veces al día y lo hare con la pasta de dientes y el cepillo que me trajo el ratón.

Y así lo hizo.

Su amigo el pato noto el cambio enseguida, pues sus dientes brillaban como perlas y al patito se le ocurrió una idea:

Pato: que tal si lavas todos los días tu colmillo con la pasta de dientes que te trajo el ratón, así cuando este blanco y limpio seguro se lo llevara el ratoncito.

León: ¡Si tienes razón! Lo lavare todos los días, lo hare con mucho cuidado.

Pato: ¡Yo te puedo ayudar!

Y así se reunían todas las tardes, y limpiaban el colmillo, el plan dio resultado, el colmillo parecía un brillante, estaba limpio y resplandeciente, el leoncito estaba muy contento pues también sus amigos aprendieron la lección.

Esa noche el leoncito dejo su colmillo debajo de su almohada, a la mañana siguiente se despertó y levanto su almohada y encontró una nota que decía:

Ratón: leoncito tu colmillo esta muy limpio y brilla tanto que lo pondré en la caja de cristal mas grande, la que estaba reservando para el diente mas blanco y brillante, ese es el tuyo, esa caja llevara tu nombre y tu colmillo brillara por siempre a través de la caja de cristal como premio te dejo 10 monedas, firma, el ratón

El leoncito se puso tan contento que fue y le compro unos lentes de

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