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Cuentos que no son cuentos.

Oscar LopeApuntes1 de Mayo de 2016

977 Palabras (4 Páginas)251 Visitas

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Era una noche como cualquiera, tranquila y sin ningún presagio o augurio de disturbio. Yo, Jack, sentado en mi sillón leyendo un buen libro, por recomendación de mi amigo Nick,  pasaba aquella noche. Una vez terminado de leer el capitulo correspondiente, tome mi bata, camine hacia mi alcoba y estaba dispuesto a dormir, ya que no tenia a quien esperar aquella noche.  Eran la media noche, cuando de pronto escuchaba unos ruidos en la calle, no eran ruidos comunes, a mi mente venían pensamientos como, “será mi vecino ninfomano con su nueva novia?”, “será que están asaltando a alguien”, yo vivía en un vecindario poco seguro, ya que lo que gana apenas y me alcanzaba para rentar un cuarto en la mas pútrida parte de la ciudad, como sea, todo lo que quedaba de la noche escuchaba esos ruidos, quise pararme e investigar que eran aquellos ruidos que perturbaban mi sueño, pero algo me decía que no debía hacerlo. A la mañana siguiente, había olvidado todo lo acontecido, me preparaba para seguir mi rutina de todos los días, me daba una ducha, me vestía, tomaba mi café mientras leía el periódico, un día normal en la vida de una persona como yo. Estaba dispuesto a irme a trabajar cuando note algo raro, un sobre estaba cerca de la puerta, me extraño tanto y me dio curiosidad por abrirlo, no lo abrí, pensaba, “de que se trata esto, acaso será una broma?”, no le di importancia, lo tome y lo puse en mi maletín, se me hacia tarde para irme a trabajar. Todo el camino hacia mi trabajo no dejaba de pensar en ese estúpido sobre, y en lo que contenía.

Al llegar a mi trabajo escuchaba los gritos de mi jefe hacia su secretario, quejándose de que su café estaba muy amargo, o que tenia mucha leche, la pobre  Ynna no se contuvo y rompió en llanto, ya que la el jefe tenia una voz intimidante, era uno de esos tipos con lo que no quisieras meterte, él  era negro, alto y fornido, tan solo su presencia atemorizaba, nadie se metia con el, pues decían que tenia amistades muy peligrosas, y pobre del que le pidiera un aumento, no se volvía a saber nada de  aquel trabajador, muchas teorías rondaban por la mente de mis compañeros, pero bueno, yo sentía respeto hacia el pero no miedo, me acerque a Ynna para consolarla, desde hace tiempo me había llegado un rumor que ella sentía algo por mi, no quise averiguar mar sobre ese tema, solo fui a ella y le pregunte - ¿Te encuentras bien?- No- me respondió ella- Todos los días son lo mismo, me grita por cosas que ni tienen sentido, hay veces en las que siento que me golpeara, o quizás matarme, ya no lo soporto.- Me sentía algo raro, por que es la primera vez que hacia eso, escuchaba lo que alguien tenia que decir, no sabia que decir, solo escuchaba lo que ella decía, era algo nuevo para mi.-Me entiendes verdad?- pregunto ella mientras pensaba en todo esto- No se si te lo hayan dicho pero tienes un don para escuchar a las personas- Me sonrió, me abrazo, me dio un beso en la mejilla y me dijo, “gracias por escuchar”, y regreso a su trabajo. No puedo negarlo, Ynna era muy hermosa y tenía un encanto que nadie más, pero no estaba interesado en ella.

Con todo esto que había acontecido, olvide el sobre que encontré en casa bajo mi puerta. Las horas transcurrían lentamente, durante el trabajo, en mi mente solo rondaban las preguntas, “¿Qué era este sobre que me habían dejado?, “¿Acaso será esto una broma?” y lo más importante,”¿Quién me lo había dejado bajo mi puerta?”. Pensando en esto, sentí la mano de alguien en mi espalda y luego escuche una voz conocida, era Ynna preguntándome si todo estaba bien, le dije que todo estaba bien, ella dijo: -Quieres ir a tomar algo, no ce un trago, conozco un buen lugar donde son baratos y muy refrescantes.- No sabía que decir, era la primera vez que alguien me invitaba a salir, por decirlo así, la mire fijamente y comencé a ponerme nervioso,  le dije que no podía, que tenía mucho trabajo y cosas así, ella insistió alegando que sería divertido,  lo pensé por unos segundos, y termine por aceptar su invitación, me dijo: -Te veo después del trabajo en la entrada, ya verás que nos divertiremos.- Me sonrió y se fue. Una sensación rara me invadió, era como si una satisfacción y terror a la vez atravesara mi cuerpo, sentía un nudo en la garganta, voltee la cabeza hacia mi escritorio, estaba el sobre, decidí abrirlo, había una tarjeta, de repente cada sensación que me había invadido, fue opacado por dudas e incertidumbre, en la tarjeta había una pregunta escrita que decía: “Estas Listo Para El Viaje?.” Estaba confundido, no sabía que pensar, lo que llevaba del dia, había sido muy raro, asi que tome la tarjeta, la guarde en mi maletín y me dispuse a salir. Iba caminando hacia la salida de la oficina, cuando en vi en la puerta a Ynna y me dijo:-¿Listo?, tenemos que apurarnos para llegar a tiempo- me tomo de la mano y me jalo, parecía que tenía muchas ansias por llegar a ese lugar, estaba tan confundido. Llegamos al lugar, su nombre era “El Silencio De Los Inocentes”, ella decía que era el mejor lugar para tomar un trago y hablar con los amigos. “Amigos”, esa era una palabra que hacía mucho que no había escuchado. Cualquier diría que aquel lugar era un bar como los otros, pero tenia algo diferente, al entrar se respiraba una sensación de placer y felicidad, pensaba que estaba lleno de ebrios y vagabundos, pero no era asi, era gente común…

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