Cuestionario Explique qué significa el término Programa de Comentarios. ¿Cómo se originaron?

CUESTIONARIO:

1. Explique qué significa el término Programa de Comentarios. ¿Cómo se originaron?

 Ningún formato se presta mejor que el editorial para estos adoctrinamientos: rápido, directo y a una sola voz, para imponer una sola opinión. El editorial es un servicio al público, responde a la necesidad de aclarar y valorar un hecho de actualidad o una determinada situación social. Como todo programa bien orientado, el editorial es un servicio al público, responde a la necesidad de aclarar y valorar un hecho de actualidad o una determinada situación social. Los editoriales —uno de los formatos de mayor solera periodística— resultan tan útiles como opcionales en una programación bien balanceada.

Los términos: el editorial y el comentario son la misma cosa. No cambia la forma, sino la firma. Los editoriales suelen ser anónimos porque expresan la opinión de los dueños del medio, del editor. Los comentarios sí van firmados, sus conceptos son responsabilidad exclusiva del periodista que los redacta. Ésa es la única diferencia.

Informar y valorar son  las dos funciones básicas del periodismo, las que se enseñan en todas las facultades y se leen en todos los manuales. Dos funciones que, hicieron agua durante la Segunda Guerra Mundial, cuando lectores y oyentes necesitaban más elementos para entender lo que acontecía en el mundo, dando origen al llamado periodismo interpretativo. Con esto podíamos ver una vista mucho más amplia y compleja del contexto socio-cultural de la historia.

1. ¿Cuáles son los subgéneros fundamentales de la profesión?

Los subgéneros de la profesión son: el informativo y el de opinión.

La información, según este esquema clásico, es objetiva. La opinión, subjetiva. La información, salvo en el caso de los corresponsales, no se firma, es anónima. De la opinión, por el contrario, se hace responsable el periodista que la expresa. La información relata un hecho, no busca otra cosa que darlo a conocer. La opinión emite juicios de valor sobre ese hecho y pretende que otros compartan esos juicios, es decir, se convenzan. Es una balanza que nos permite hacer un esquemas más complejo del panorama periodístico en el que podemos integran la parte objetiva de una hecho o acontecimiento para más tarde integrarlo con nuestro punto de vista.

1. ¿Establezca diferencias entre los términos: Periodismo de Información y Periodismo de Opinión?

La información, según este esquema clásico, es objetiva. La opinión, subjetiva. La información, salvo en el caso de los corresponsales, no se firma, es anónima. De la opinión, por el contrario, se hace responsable el periodista que la expresa. La información relata un hecho, no busca otra cosa que darlo a conocer. La opinión emite juicios de valor sobre ese hecho y pretende que otros compartan esos juicios, es decir, se convenzan.

La nota, con todas sus variantes, es el formato más socorrido para el ejercicio del periodismo informativo. El editorial y las entrevistas, también con todas sus variantes, son los formatos más usados en el periodismo de opinión. A estos últimos nos abocaremos ahora.

1. ¿Valdría la pena editorializar sobre editoriales?

Valdría la pena editorializar sobre los editoriales. En efecto, estamos ante uno de los formatos periodísticos más controversiales, que sólo cuenta con amigos devotos o enemigos encarnizados. Para algunos, un noticiero sin editorial no tiene almendra, queda hueco, desaprovechada la tribuna.

1. ¿Por qué algunas emisoras radiales, más que como medio de comunicación se conciben como instrumento de propaganda?

Algunas emisoras, más que como medio de comunicación, se conciben como instrumentos de propaganda. Propaganda política, gremial, religiosa, da lo mismo. En estos casos, la impaciencia proselitista gobierna la programación y se traduce en mensajes y lenguajes autoritarios. Vamos a lo que vinimos, como exigía el candidato. Digamos la verdad nuestra verdad a tiempo y destiempo. Que los adeptos potenciales conozcan nuestros puntos de vista, que salgan a relucir sin ambigüedades nuestras posiciones. Ningún formato se presta mejor que el editorial para estos adoctrinamientos: rápido, directo y a una sola voz, para imponer una sola opinión. En el otro extremo, topamos con las radios de fines lucrativos. Para éstas, la emisora no es otra cosa que un aparato de publicidad. El arte del buen vendedor, como todos sabemos, es el de complacer siempre al posible cliente, el de no tomar más partido que aquél que me permita asegurar el mayor ingreso. Estas emisoras, naturalmente, evitarán los editoriales invocando la objetividad del periodismo. O redactarán textos descafeinados, retóricos, repeticiones de lo que otros han dicho y todo el mundo ya sabe. No meterse para no comprometerse, ésa es la consigna.

1. ¿El editorial y el comentario son la misma cosa? Explique.

El editorial y el comentario son la misma cosa. No cambia la forma, sino la firma. Los editoriales suelen ser anónimos porque expresan la opinión de los dueños del medio, del editor. Los comentarios si van firmados, sus conceptos son responsabilidad exclusiva del periodista que los redacta. Ésa es la única diferencia.

1. ¿Qué significa la palabra editorial?

La palabra editorial viene del latín edere, publicar, sacar a luz. Es un servicio al público, responde a la necesidad de aclarar y valorar un hecho de actualidad o una determinada situación social.

1. ¿Qué significa “Las ganas”, de acuerdo la lectura.

Las ganas se podría decir que es esa chispa, eso que lleva cada locutor por dentro y lo motiva a hablar, a informar. Lo importante es la llama interior. Si tomas la palabra por pura formalidad lo más probable es que hables tonterías. Porque uno no elige el tema: el tema lo elige a uno, deben hablar cuando les arda el alarma para comunicar algo, cuando sientan la necesidad de comentar.

1. ¿Explique si los comentarios o el pensamiento editorial se escriben? ¿Cuáles son los interrogantes básicos que debe resolver el comentarista, ilustre con ejemplos?

De acuerdo con la lectura, los comentarios y el pensamiento editorial si se escriben, debido a que a diferencia de otros formatos que son usados dentro de la radio pueden ser improvisados o alterar un guión, pero en los pensamientos editoriales, se hace referencia que se deben cuidar hasta las comas, por su posición que tiene ante los hechos que se quieren narrar. No debe pasarse por alto ningún punto pues de eso va a depender la calidad de la redacción de dicho pensamiento.

•        Los tres interrogantes básicos que debe tener en cuenta un comentarista antes de redactar su idea o pensamientos son: ¿Qué quiero decir?, esta pregunta resulta ser el pilar fundamental del comentario, no se puede empezar a redactar un pensamiento sin siquiera saber o tener claro qué es lo que se quiere decir y de qué manera se quiere decir. Se trata de tener un tema claro y un objetivo preciso sobre el cual se va a realizar el comentario, hacia donde va enfocado. Se empieza por tener una idea central y de allí desprender ideas secundarias que ayuden a profundizar de manera precisa, corta y concisa el comentario que se quiere hacer.

EJEMPLO: si se quiere hablar sobre las enfermedades de transmisión sexual, se debe tener claro su definición, los tipos de enfermedades que hay, las diferentes formas con las que se pueden adquirir, cuales son sus efectos, factores de riesgo y consecuencias y de qué manera se pueden prevenir.

¿A quién me dirijo?, la pregunta del destinatario al que va dirigido la información es tan fundamental como la anterior, no basta con mencionar de forma general la población a la que va dirigida, por ejemplo, hombres, mujeres o niños, sino que s debe ser más preciso y puntual, por ejemplo, si se habla del aborto, tener en cuenta que se debe segmentar al público y particularizar la editorial.

EJEMPLO: siguiendo con el ejemplo de las enfermedades por transmisión sexual, al tener claro cada tópico del tema, debemos saber que la población que está expuesta a ellas es extensas, pero debemos definir si queremos hacer la editorial dirigida a adolescentes y adultos jóvenes o por el contrario si queremos dirigirla hacia padres o cuidadores en barrios de bajos recursos o tal vez queremos que la información vaya dirigida a los profesionales de la salud que no poseen el conocimiento básico y necesario para informar a la comunidad sobre dichas enfermedades. De eso básicamente se trata este interrogante, pues no basta con mencionar la población, más bien se debe segmentar.

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