CÓMO CONSTRUIR UNA CULTURA DE BUEN TRATO DESDE LA LABOR POLICIAL

El maltrato se ha naturalizado en nuestra sociedad dado que prevalecen altos índices de violencia cotidiana, tanto dentro como fuera de los hogares. El fenómeno de la violencia es uno de los problemas psicosociales que más incide en la disminución de la calidad de vida de la comunidad, representando un alto costo social.

La violencia en contra de niñas/os y la violencia familiar en general, además de tener un costo social alto, representa importantes costos económicos, para el sector laboral (ausentismo, licencias, baja en la productividad); para el sector salud (costos directos en la atención de víctimas y sus familias, costos indirectos en las políticas públicas, consultantes víctimas de violencia familiar, costos aumentados por las detecciones tardías, desgaste profesional para las/os operadoras/es que trabajan con víctimas y agresores); para el sector judicial (costos directos en la atención de causas relacionadas con maltrato y violencia, costos indirectos por las demandas recurrentes, costos indirectos por el desgaste profesional en las personas que trabajan con este tipo de causas).

Desarrollo teórico

La erradicación de la violencia, como estrategia multidimensional debe necesariamente plantearse los modelos, actitudes y conductas que deberán reemplazar a la violencia. Por ello trabajar en pro de promover el Buen Trato, resulta cada día un asunto más ineludible.

Teniendo presente que la escuela es uno de los contextos encargados de reproducir los sistemas sociales, y por tanto se convierte en un espacio privilegiado para intentar un cambio en los patrones de convivencia, es indispensable incrementar esfuerzos por propiciar la educación no violenta y también por vigilar y garantizar que hay control social y rechazo hacia las actitudes y conductas que la reproducen en las escuelas. Aquí es donde la labor policial es clave. A la vez que se promueve con el ejemplo prácticas de buen trato, se previene el maltrato y el abuso sexual infantil.

El marco conceptual de un Programa de Educación para la No Violencia considera: el Modelo ecológico, el Modelo de redes sociales y el Modelo de competencias.

En una cultura como la nuestra, donde el fenómeno de la violencia ha invadido las interacciones humanas alcanzando proporciones alarmantes, es necesario encontrar la forma de que se multipliquen los agentes de Buen Trato. Esto implica crear alrededor nuestros microclimas en los que es posible escapar del efecto tóxico de la violencia en la medida que se generan relaciones basadas en el respeto y reconocimiento de las otras personas.

Considerando que una sensibilización en relación al buen trato, inevitablemente lleva a la visibilización de los malos tratos, es necesario en el caso de las/os servidoras/es públicas/os tener en cuenta que debemos activar las vías de derivación y apoyo profesional para las víctimas de malos tratos que necesariamente serán identificadas

¿Qué es el buen trato?

Definir lo que es el Buen Trato no es una tarea sencilla. Probablemente esto tenga que ver con que, generalmente, el Buen Trato es algo que se percibe de

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