DAÑO MORAL EN DERECHO

E N S A Y O[pic 1][pic 2]

DAÑO MORAL EN DERECHO 

Introducción 

A lo largo de este ensayo se desarrollará el tema del daño moral, conforme a lo establecido en el derecho, con su terminología y sus conceptos que brindarán un amplio desarrollo en las características de este tema, de esta misma manera me permitirán deducir mis propias conclusiones.

Las emociones en derecho son representadas tradicionalmente, a través de lo que conocemos como “daños morales”, conceptualizada desde los años 90 (Gorka, 2018)como; “todo sufrimiento causado por un tercero y que no exista la obligación de soportar, un padecimiento psíquico que causa ansiedad, angustia, zozobra, temor, incertidumbre, desasosiego, malestar, irritación o desequilibrio.”, siguiendo dicho significado con un sinfín de calificativos interminables donde solo falta hacer mención a la agonía, y que no hacen sino expresar la definición del término miedo, conforme a lo mencionado en el diccionario de la real academia de la lengua española (Española, 2020), se entiende por  “miedo a la perturbación o dificultad angustiosa del ánimo”, y esta puede manifestarse en el ser humano con mayor o menor intensidad, en todos los calificativos descritos, sin embargo, y pese a la acreditada definición, estoy completamente de acuerdo con el autor Gorka que menciona , que el daño moral no debería de definirse como algo psíquico, sino como algo emocional y anímico, puesto que si fuese psíquico debería de evaluarse como un daño fisiológico, precisable por la medicina y psiquiatría, además también me encuentro en sintonía con otra de sus terminologías que menciona por otra parte que la anterior y abigarrada definición de daño moral se encuentra ya desgastada por el paso del tiempo, y por su uso incondicional, como un replicar de campanas, y corrompida por su empleo abusivo, dejando impasible ya, incluso a la más erudita de las sensibilidades, otro punto importante del tema es que tradicionalmente, se ha venido alegando la dificultad para probar la existencia de daños o perjuicios morales, así como su valoración pecuniaria, cierto es que su cuantificación económica puede resultar compleja, por no disponer de medios adecuados, pero lo que no puede negarse, por ser de sentido común, es la realidad y efectiva existencia del daño y por lo tanto atendiendo a las cualidades normales y antropológicas de un hombre medio, de una persona con capacidades volitivas e intelectivas suficientes, y sin trastornos cognitivos que le impidan experimentar emociones comunes, nada impide deducir mediante silogismos la existencia de un verdadero daño moral o emocional, susceptible de ser indemnizado, premiado o compensado de algún modo, ya sea de una reparación artificial e indirecta, pero preferible a la indefensión que supondría omitir la existencia de emociones, donde la justicia sería solo útil para piedras, donde todo sería simplemente una partida de ajedrez, con alfiles de mármol, por lo tanto, es lógico y conveniente prever un recargo indemnizatorio para los daños morales, no menos importantes, proporcional y equivalente al daño material o físico  sufrido, atendiendo igualmente al desvalor de la acción, conducta irreparable dolosa, tal vez caprichosa u obscena, y del mismo resultado.[pic 3]

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