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DEFICIT

MayraMendoza03Tesis19 de Mayo de 2015

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Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad Guía para Padres

¿Qué es el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad?

El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es una condición médica reconocida por la Organización Mundial de la Saludy se caracteriza por tres distintos tipos de síntomas:

Dificultades en el rendimiento atencional (inatención)

Dificultades en regular el nivel de actividad (hiperactividad)

Dificultades en el control de los impulsos. (Impulsividad)

Aunque estos síntomas del TDAH se listan siempre como una tríada diagnóstica, el TDAH es bifactorial: los síntomas indicativos de inatención pueden darse separados de los de hiperactividad e impulsividad, pero no es posible separar la hiperactividad de la impulsividad en el contexto de este cuadro clínico. Así es que si encontramos a un niño puramente hiperactivo, es decir, sin ningún indicador de impulsividad sería adecuado sospechar que nos hallamos frente a una situación de naturaleza diferente. Por lógica, también existen niños impulsivos sin rasgo alguno de hiperactividad, pero ellos no deben ser incluidos en el trastorno que nos ocupa, a no ser que padezcan de inatención. Por razones de comodidad en vez de mencionar el nombre completo del trastorno se recurre con frecuencia a la sigla TDAH:

T Trastorno

D Déficit

A Atención

H Hiperactividad

Existen también dos siglas que se derivan del inglés y están muy difundidas:

ADD: Attention Deficit Disorder

ADHD o bien AD/HD: Attention Deficit Hyperactivity Disorder.

¿Qué clase de trastorno es el TDAH?

Se lo considera un trastorno neurobiológico innato y con una carga genética importante que afecta de forma variada y persistente la vida de quienes lo padecen. Los estudios conocidos hasta la fecha le dan poca relevancia a traumas sobre el encéfalo o a la influencia medioambiental. Sus síntomas primarios se concentran en torno de la performance atencional: “deja incompleta sus tareas, comete errores por descuidos, se distrae con facilidad”, el nivel de actividad:

“no se queda quieto en su silla, está continuamente haciendo algo con las manos, habla sin parar” y el control de los impulsos “contesta antes que se haya terminado de hablar, interrumpe en las conversaciones, no puede esperar su turno …” ¿Es un trastorno frecuente? Se estima en forma conservadora, que entre un 3% y un 7% de los niños en edad escolar lo padecen y es la afección psiquiátrica estable y de inicio en la infancia de mayor prevalencia. En los varones, el TDAH se da en 3 veces más que en las niñas. Se puede afirmar por ejemplo, dependiendo del número de niños en un aula y de la composición de sexos, que entre 1 y 2 niños tendrán las características básicas del TDAH. Aunque la intensidad y forma de los síntomas puede variar. Este nivel de prevalencia impone a todo docente a conocer las manifestaciones del trastorno, sus diferentes formas de presentación y las intervenciones básicas que puede implementar.

¿Pero entonces, no es algo excepcional, sino más bien común? Efectivamente, no se trata un trastorno raro. De hecho, es uno de los más comunes en la infancia: entre el 30 y el 50 % de las consultas que un psicólogo infantil recibe pueden estar relacionadas con el TDAH, quizás por ello, es el trastorno más estudiado en los últimos 20 años en el campo de la psiquiatría infantil. ¿Cuáles son sus síntomas principales? Hemos hablado de una tríada diagnóstica: inatención, hiperactividad e impulsividad que se agrupan en dos factores. Estos deben ser considerados los síntomas primarios y sobre su estudio se formula el diagnóstico. En las siguientes tablas mostramos los criterios diagnósticos utilizados por la Asociación Psiquiátrica Americana, que son los mismos que utilizamos aquí en

Tabla 1.1.

Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH)

Cuadro de Diagnóstico del DSM-IV: Inatención

Al menos seis de los siguientes síntomas de inatención deben haber persistido por no menos de seis meses en un grado que no sea adaptativo e inconsistente con el nivel de desarrollo del sujeto.

1. Frecuentemente no puede mantener la atención focalizada en los detalles o comete errores por falta de cuidado en las tareas escolares, laborales y/o en otras actividades.

2. Frecuentemente tiene dificultad en mantener la atención en tareas o en el desarrollo de actividades lúdicas.

3. Frecuentemente no parece escuchar cuando se le dirige la palabra.

4. Frecuentemente falla en el intento de seguir las instrucciones y/o fracasa en completar sus actividades escolares, tareas domésticas u obligaciones en su lugar de trabajo (no debido a conductas de oposición o dificultad para comprender las indicaciones).

5. Frecuentemente tiene dificultades en organizar sus tareas y actividades.

6. Frecuentemente evita, manifiesta desagrado y/o rechaza comprometerse en la realización de tareas escolares o caseras que requieren un esfuerzo mental sostenido.

7. Frecuentemente pierde los elementos necesarios para sus tareas o actividades, ya sea que se trate de hojas, encargos escolares, cuadernos, útiles, juguetes, herramientas, etc.

8. Frecuentemente es distraído por estímulos extraños.

9. Frecuentemente se olvida de las actividades de realización cotidiana.

Tabla 1.2.

Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH)

Cuadro de Diagnóstico del DSM-IV: Factor Hiperactividad Impulsividad

Al menos seis de los siguientes síntomas de hiperactividad-impulsividad deben haber persistido por al menos seis meses en un grado que no es adaptativo y a la vez es inconsistente con el nivel de desarrollo del sujeto.

Hiperactividad

1. Frecuentemente juega o mueve inquietamente dedos, manos, o pies y/o se retuerce en el asiento.

2. Frecuentemente deja su asiento en el aula o en otras situaciones en las que se

3. Frecuentemente corre y/o trepa en exceso en situaciones en las que es inapropiado (en adolescentes y adultos este criterio debe limitarse a los sentimientos subjetivos de desasosiego e impaciencia).

4. Frecuentemente tiene dificultades para participar o disfrutar de actividades de descanso y ocio.

5. Frecuentemente está como en funcionamiento permanente y/o a menudo está en acción como si estuviese impulsado por un motor.

6. Frecuentemente habla excesivamente. Impulsividad

1. Frecuentemente comienza a contestar o hablar antes que la pregunta se haya completado.

2. Frecuentemente tiene dificultades en esperar su turno en juegos o conversaciones.

Frecuentemente interrumpe o se entromete en las actividades de otros (ej. Interfiere en conversaciones o juegos o tiene intervenciones "descolgadas").

Tabla 1.3.

Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH)

Cuadro de Diagnóstico del DSM-IV: Criterios Adicionales

Además se deben considerar los siguientes puntos ya sea que nos encontremos evaluando los criterios del factor inatención o del factor hiperactividad impulsividad:

1. Los síntomas deben haberse instalado antes de los 7 (siete) años.

2. Los síntomas deben haber estado presentes ininterrumpidamente al menos durante los últimos 6 (seis) meses.

3. Los síntomas deben manifestarse en 2 (dos) o más ámbitos (escuela, hogar, etc.)

4. Y se debe tener clara evidencia clínica que los síntomas provoquen angustia significativa y/o perjuicio sobre la vida social, académica, laboral etc.

5. No debe existir alguna condición médica general que pueda explicar los síntomas secundarios. Estos no se utilizan en la etapa diagnóstica para decidir si el niño tiene o no TDAH, pero son útiles para comprender mejor al niño, los dilemas de crianza que tiene su familia y las dificultades que debe afrontar el sistema escolar:

Comportamiento temerario

Déficit en la distribución del esfuerzo motivacional

Dificultad para seguir comportamientos reglados

Agresividad

Déficit en la regulación del tono emocional

Déficit en habilidades interpersonales y sociales

Tendencia accidentógena

Dificultades en el rendimiento académico

Dispraxias (alteraciones ligeras en la motricidad fina o gruesa)

Déficit en el lenguaje confrontativo

Déficit en la fluencia verbal

Los denominamos secundarios porque son consecuencia directa de los síntomas primarios, por ejemplo, el déficit para seguir comportamientos reglados o bien, porque su presencia no tiene la frecuencia suficiente como para que tengan carácter distintivo: por ejemplo, el comportamiento temerario puede ser muy frecuente especialmente en niños menores de 6 años, pero pierde capacidad discriminatoria después y es consecuencia directa de la hiperactividad que produce gran cantidad de movimientos y la impulsividad que le ha impedido anticipar de forma apropiada las consecuencias de sus acciones.

¿Cómo puede ser que haya tantas dudas en cuanto a su diagnóstico?

Esto es así por varios motivos que vamos a detallar a continuación:

No hay estudios de laboratorio disponibles para realizar el diagnóstico con un mínimo de precisión. No resultan de utilidad radiografías, análisis de sangre, electroencefalogramas comunes o computados (mapeo cerebral), potenciales evocados ni los modernos estudios por imágenes como las tomografías

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