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DES-PENSAR PARA PODER PENSAR


Enviado por   •  29 de Mayo de 2015  •  Tesis  •  6.683 Palabras (27 Páginas)  •  870 Visitas

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En el capítulo uno se identificó algunas de las dificultades o algunos de los dilemas de la teoría crítica (internamente muy diversificada) desarrolla¬da dentro de la tradición occidental. Son dificultades a la vez políticas, teóricas y epistemológicas. Durante mucho tiempo la teoría crítica tuvo como referente de las luchas contra la opresión y la exclusión el fin del capitalismo. En las últimas décadas, las luchas sociales contribuirán a ampliar enormemente el campo político de las luchas contra la opresión y la exclusión y el fin del capitalismo pasó a articularse con el fin del sexismo y del colonialismo. Aquí me refiero solamente a las dificultades para imaginar el fin del capitalismo y del colonialismo y propongo que para superarlas hay que crear alguna distancia teórica y epistemológica con la tradición occidental.

En el capítulo dos defiendo que la epistemología occidental dominante fue construida a partir de las necesidades de la dominación capitalista y colonial y se asienta en lo que designo pensamiento abismal. Este pensamiento opera por la definición unilateral de líneas radicales que dividen las experiencias, los actores y los saberes sociales entre los que son visibles, inteligibles o útiles (los que quedan de este lado de la línea) y los que son invisibles, ininteligibles, olvidados o peligrosos (los que quedan del otro lado de la línea). Así, la realidad social es dividida en dos universos, el universo de «este lado de la línea» y el universo del «otro lado de la línea». La división es tal que «el otro lado de la línea» desaparece como realidad, se convierte en no existente, y de hecho es producido como no existente. El pensamiento abismal sigue vigente hoy en día, mucho tiempo después del fin del colonialismo político. Para combatirlo propongo mía iniciativa epistemológica basada en la ecolo¬gía de saberes y en la traducción Ínter cultural.

En el capítulo tres presento un análisis de los derechos humanos como un ejemplo de cómo se pueden construir alternativas poscoloniales y posimperiales. Investigo la posibilidad de mía concepción intercultural de los derechos humanos, que incluya una crítica radical del imperia¬lismo cultural y cree una posibilidad de resistencia y de alternativas contraliegemónicas.

DES-PENSAR PARA PODER PENSAR

Dificultades de la imaginación política o el fin de lo que no tiene fin

Dos dificultades persiguen en los últimos treinta años al pensamien¬to crítico de raíz occidental. Son dificultades casi dilemáticas porque ocurren en la propia imaginación política que sostiene la teoría crítica y, en última instancia, la política emancipadora.

El fin del capitalismo sin fin La primera dificultad de la imaginación política puede formularse así: es tan difícil imaginar el fin del capitalismo como es difícil imaginar que el capitalismo no tenga fin. Esta dificultad ha fracturado el pensa¬miento crítico en dos vertientes que sostienen dos opciones políticas de izquierda distintas. La primera vertiente se ha dejado bloquear por la primera dificultad (la de imaginar- el fin del capitalismo). En consecuen¬cia. dejó de preocuparse por el fin del capitalismo y, al contrario, centró su creatividad en desarrollar- un modus vivendi con el capitalismo que permita minimizar los costos sociales de la acumulación capitalista do¬minada por los principios del individualismo (versus comunidad), la competencia (versus reciprocidad) y la tasa de ganancia (versus com¬plementarle dad y solidaridad). La socialdemocracia, el keynesianisnro, el Estado de bienestar y el Estado desarrollista de los años sesenta del siglo pasado son las principales formas políticas de este modus vivendi. En el continente, el Brasil del Presidente Lula es hoy el ejemplo más elocuente de esta vertiente de la tradición crítica y de la política que ella sostiene. Es una socialdemocracia de nuevo tipo, no asentada en dere¬chos universales sino en significativas transferencias condicionadas de dinero a los grupos sociales considerados vulnerables. Es también un Estado neodesarrollista que articula el nacionalismo económico mitiga¬do con la obediencia resignada a la ortodoxia del comercio internacional y de las instituciones del capitalismo global.

La otra vertiente de la tradición crítica no se deja bloquear por la primera dificultad y, en consecuencia, vive intensamente la segunda dificultad (la de imaginar cómo será el fin del capitalismo). La dificultad es doble ya que, por un lado, reside en imaginar alternativas poscapita¬listas después del colapso del «socialismo real» y. por otro, implica ima¬ginar alternativas pre capitalistas anteriores a la conquista y al colonia¬lismo. Aun cuando usa la noción de «socialismo», busca calificarla de varias maneras la más conocida es «socialismo del siglo XXI para mostrar la distancia que imagina existir entre lo que propone y lo que en el siglo pasado se presentó como socialismo. Los procesos políti¬cos en curso hoy en día en Bolivia, Venezuela y Ecuador representan bien esta vertiente. Esta dificultad de la imaginación política no está igualmente distribuida en el campo político: si los gobiernos imaginan el poscapitalismo a partir del capitalismo, los movimientos indígenas imaginan el poscapitalismo a partir del precapitalismo. Pero ni unos ni otros imaginan el capitalismo sin el colonialismo interno.

La segunda dificultad de la imaginación política latinoamericana progresista puede formularse así: es tan difícil imaginar el fin del colo¬nialismo como es difícil imaginar que el colonialismo no tenga fin. Parte del pensamiento crítico se ha dejado bloquear por la primera dificultad (imaginar el fin del colonialismo) y el resultado ha sido la negación de la existencia misma del colonialismo. Para esta vertiente las independen¬cias significaron el fin del colonialismo y por eso el anticapitalismo es el único objetivo político legítimo de la política progresista. Esta vertiente del pensamiento crítico se centra en la lucha de clases y no reconoce la validez de la lucha étnico-racial. Al contrario, valora el mestizaje que caracteriza específicamente al colonialismo ibérico como manifestación adicional de la superación del colonialismo. Paralelamente, la idea de democracia racial es celebrada como realidad y no defendida como as¬piración.

La pérdida de los sustantivos críticos

Hubo un tiempo en que la teoría crítica era «propietaria» de un con¬juto vasto de sustantivos que marcaban su diferencia con relación a las teorías convencionales o burguesas. Entre ellos: socialismo, comu¬nismo, dependencia, lucha de clases, alienación, participación, frente de masas,

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