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EL ARTE DE PENSAR


Enviado por   •  13 de Septiembre de 2012  •  1.782 Palabras (8 Páginas)  •  568 Visitas

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EL ARTE DE PENSAR

Desde pequeña tuve inclinación por la lectura, todo empezó cuando un amigo de mamá me regalo un libro en panamericana, me dijo que escogiera el que yo quisiera y yo sin saber que hacer solo se me ocurrió tomar el mas grande, apenas con 11 años mi primer libro fue “El padrino de Mario Puzzo”; y fue como una revelación.

Cada persona tiene un sinfín de cosas que contar de su vida, cosas buenas, malas, regulares y muchas que dejamos pasar desapercibidas. Creo que los libros me adentraron en otro mundo, un mundo de sensaciones indescriptibles, me trasportaban y me permitían soportar momentos difíciles; luego llego el teatro y esa fue una escapatoria, una forma de expresar mi arte.

Hago esta introducción porque hasta hace muy poco no tenia ninguna conexión con la pintura, me parecía aburrido y poco diciente mirar un retrato o una obra pictórica; sí, puede trasmitir mil cosas pero es una imagen estática, sin historia…Bueno eso creía hasta hace poco. Ni siquiera me había interesado por analizar el contexto o adquirir un lenguaje apropiado o inclinarme por un pintor o pintora determinado.

El semestre pasado tuve que realizar la biografía de un artista colombiano y debo confesar que con poca motivación empecé a mirar en la red y el primer artista que encontré fue “Omar Rayo”, en el desarrollo de la biografía, hubo cosas que me llamaron la atención tanto de su vida como de su obra, me atrajo el hecho que sus primeras clases de dibujo los realizara por correspondencia y fuera el mejor, ya al mirar sus obras me gusto su composición abstracta, basada en el arte precolombino y descubrí que en ese mundo geométrico, de colores variados daba la impresión de infinito.

Así que saque algunos bocetos, los reproduje en algunos tejidos y como en los libros, un autor me llevo a otros y esos escritores me hicieron parte del contexto histórico donde se desarrollaron sus obras, uno empieza a desmenuzar la obra y se trasporta a significados propios de la época. No alcanzaría este escrito para plasmar los escritores y dramaturgos que me envolvieron y tampoco es la finalidad relatar como un autor me llevo a otro, solo creo que el mundo conspira para que encontremos lo que queremos encontrar y como decía Einstein “Todos somos ignorantes, lo que ocurre es no todos ignoramos las mismas cosas”

Ya terminando la biografía del maestro Rayo, había una imagen y una pequeña frase que mencionaba a Débora Arango. Esa imagen me impacto, era un cuarto donde el foco central era una mujer con los brazos y piernas abiertas, se vislumbraban los senos, sus manos estaban empuñadas, su vestido era corto y se veían sus muslos, gruesos, pronunciados; en el fondo de la pintura había otros retratos de mujeres, una cama desordenada y sin tener ningún concepto para analizar una pintura, me pareció una obra dicente, el rostro de la mujer no estaba definido pero daba una sensación de fuerza que no había visto nunca antes; esa imagen me cautivo, sus colores ocres daban la sensación de austeridad, de tristeza, de soledad.

Estuve un buen tiempo detallando cada cosa de la obra, en ese momento no podía expresar en un lenguaje adecuado el análisis la obra pictórica, pero hoy que retomo ese momento mágico, fue la profundidad, la amalgama de colores y además sin tecnicismos hoy que evoco el momento tengo la certeza que la conexión entre la obra y yo, fue el centro de la pintura. Era una mujer, plasmada con fuerza, no se veían unas curvas o simetrías perfectas, no era la mujer desnuda que siempre se pinta, delicada, frágil, como adornando la imagen. No! En este caso la mujer que en realidad no era hermosa, “bueno haciendo referencia a los cánones que nos meten a la fuerza diariamente por los ojos”, pero está protagonista real y única para mí fue la primera y mejor obra que había visto en toda mi vida.

Quise de inmediato saber más de esta pintora, de donde era, ver otros cuadros, tuve sensación de tristeza porque creí que jamás tendría la posibilidad de ver frente a frente una pintura suya, pero los agites de la cotidianidad que siempre están rondándonos no me permitieron buscar y profundizar más sobre ella y me dedique a terminar mi tarea inicial. Pensé entonces que el arte de pintar, si tenía una finalidad, podía trasmitir como una obra de teatro o un buen libro, sensaciones, emociones y que no era necesario ser una experta en arte para reconocer una buena pintura, tiempo después me dedique a buscar más sobre la obra de esta artista y me sorprendí al enterarme que era colombiana.

Busque en algunos libros y no había información de Débora, pero en la red está catalogada como la primera colombiana que pinto desnudos y casi es excomulgada, por lo fuerte y “chocante” de su obra; entonces me apasione por esta mujer y Hooo! Sorpresa cuando en la clase de expresión y comunicación artística teníamos que asistir al Museo Nacional de Colombia a ver “Sociales Débora Arango Llega Hoy”, reviso la programación del Museo y Florence Thomas realizaría un conversatorio de Débora.

Asistí y la experiencia fue única, enriquecedora y renovadora. Ya mirando los ismos más relevantes de la historia del arte, el expresionismo, el cubismo,

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