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DIBUJO


Enviado por   •  19 de Junio de 2013  •  Tesis  •  1.755 Palabras (8 Páginas)  •  512 Visitas

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DIBUJO

El dibujo infantil es una forma de la función semiótica que se encuentra entre el juego simbólico y la imagen mental. Piaget destaca los estudios de G. Luquet para quien el dibujo es esencialmente realista de intención, estableciendo así cuatro fases sucesivas en su evolución: el realismo fortuito, el realismo frustrado, el realismo intelectual y el realismo visual.

1. Caracterización general.- A partir del segundo año de vida aparece la función semiótica, que se expresa a través de una serie de conductas de aparición casi simultánea y que, en orden de complejidad creciente, serán la imitación diferida, el juego simbólico, el dibujo infantil, la imagen mental y la evocación verbal (9:60).

El dibujo o imagen gráfica "es en sus comienzos, un intermediario entre el juego y la imagen mental, aunque no aparece apenas antes de los dos o los dos años y medio" (9:61). Más específicamente, señala Piaget que el dibujo "es una forma de la función semiótica que se inscribe a mitad de camino entre el juego simbólico, del cual presenta el mismo placer funcional y el mismo autotelismo, y la imagen mental con la que comparte el esfuerzo de imitación de lo real" (9:70).

Esto significa que en sus primeros momentos, el dibujo del niño se parece más a un juego, donde encuentra un placer funcional en hacer garabatos cuando se le da un lápiz. Sin embargo, pronto el niño empezará a advertir que sus garabatos empiezan a tener para él un sentido, empieza a reconocer formas y procurará, entonces, dibujar reproduciendo de memoria algún modelo. En este punto el dibujo empieza a compartir las características de la imagen mental: el niño buscará imitar un modelo, aunque al principio no dibuje exactamente lo que ve, sino lo que sabe de él.

2. Concepciones sobre el dibujo infantil.- Las diferentes teorizaciones sobre las primeras etapas del dibujo infantil pueden reducirse a tres planteos principales, que podemos llamar el realismo, el idealismo, y una posición síntesis entre el realismo y el idealismo.

Para las posturas realistas, los primeros dibujos infantiles son esencialmente realistas, o sea se atienen al modelo, y solamente más tarde se introducen elementos imaginativos.

Para las posturas idealistas, los primitivos dibujos de los niños son, al revés, el producto de una idealización y no de la copia de un modelo, es decir, desde el principio los niños introducen elementos imaginativos en función de una idealización.

Las posturas que intentan una síntesis entre el realismo y el idealismo aparecen, para Piaget, notablemente representadas por la propuesta de G. Luquet (1927), al demostrar que el dibujo del niño "hasta los ocho o nueve años, es esencialmente realista de intención, pero que el sujeto comienza por dibujar lo que ‘sabe’ de un personaje o de un objeto [componente idealista], mucho antes de expresar gráficamente lo que ‘ve’ en él [componente realista]" (9:70-71).

En suma, el dibujo infantil es básicamente realista porque tal es la intención del niño, pero, debido a que en las primeras etapas no se han desarrollado ciertas estructuras mentales, tal intención no puede cumplirse adecuadamente, por lo que el dibujo infantil será en parte, todavía, idealista. En otras palabras, mientras que en las tres primeras etapas el niño dibuja lo que ‘sabe’ del objeto (idealismo, aunque con intención realista), en la última ya comenzará a dibujar lo que ‘ve’ de él (realismo).

3. Las fases del dibujo infantil.- El realismo del dibujo infantil pasa por 4 fases, que, en la denominación de G. Luquet, son: el realismo fortuito, el realismo frustrado, el realismo intelectual y el realismo visual.

1) Realismo fortuito.- El niño de dos años aproximadamente realiza aquí primero garabatos cuando se le da un lápiz, sin ninguna finalidad de querer representar algo, entregándose a esta actividad como un puro juego de ejercicio en el cual encuentra placer funcional. Poco a poco, el niño empezará a identificar formas en lo que dibuja, y comenzará a reproducir un modelo, aunque aún muy torpemente.

Cabe aclarar que el dibujo, en esta etapa y como quedó dicho, puede asimilarse a un juego de ejercicio. Piaget relaciona también dibujo con otro tipo de juego, el juego simbólico, pero lo hace en términos de grados de complejidad creciente (9:60): es en este sentido que el dibujo está entre el juego simbólico y la imagen mental.

Debemos entender, asimismo, que la expresión ‘fortuito’ para calificar esta etapa obedece a que el niño no dibuja ‘deliberadamente’ para representar algo, sino que lo hace ‘fortuitamente’ cuando se le entregan herramientas para dibujar encontrando luego, en esas primeras formas dibujadas ‘al azar’, formas que irán adquiriendo un significado para él.

2) Realismo frustrado.- Lo característico de esta fase es que el niño se propone representar algún modelo, pero falla por una incapacidad sintética, es decir, por una incapacidad de sintetizar en un todo coordinado las diversas partes del dibujo, que, entonces, aparecen dispersas o yuxtapuestas: "un sombrero muy por encima de la cabeza o los botones al lado del cuerpo. El monigote, que es uno de los modelos más dominantes en el principio, pasa por un estadio de gran interés: el de los ‘monigotes - renacuajos’, en que sólo se figura una cabeza provista de apéndices filiformes, que son las piernas, o de brazos y de piernas, pero sin tronco" (9:71).

Es probable que el adjetivo ‘frustrado’ obedezca a que el niño intenta en esta fase representar algo pero ‘le sale mal’: Luquet ha denominado esta fase en función de lo que el niño no puede hacer, y no de lo que sí puede hacer, como ocurrirá en las dos fases siguientes.

3) Realismo intelectual.- En esta fase, el niño dibuja los atributos conceptuales del objeto, pero sin preocuparse aún por cuestiones de

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