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DIFERENCIACIÓN SEXUAL


Enviado por   •  16 de Julio de 2013  •  4.192 Palabras (17 Páginas)  •  350 Visitas

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DIFERENCIACIÓN SEXUAL

Los trabajos clásicos sobre la Genética del Sexo llevados a cabo en la década de los años veinte condujeron a las formulaciones de la teoría básica de la determinación genética del sexo que se expresó como ley de la potencia bisexual; es decir, la doble capacidad de un mismo organismo de desarrollarse en la dirección masculina o femenina, estableciendo que la diferenciación sexual es el resultado de la fuerza relativa de los "realizadores sexuales" y los "factores modificadores externos". En lenguaje genético moderno, por realizadores sexuales debe entenderse la información genética que determina el sexo y por factores modificadores externos no sólo hay que tener en cuenta cualquier factor ambiental físico o químico externo al organismo, sino también y, muy especialmente, los factores internos al propio individuo como son las hormonas sexuales. Las hormonas responsables del desarrollo de caracteres sexuales femeninos se llaman estrógenos y andrógenos las de los masculinos; cada grupo está compuesto de numerosas hormonas específicas, pero todas ellas son lípidos que pertenecen al grupo de los esteroles.

Es importante, sin embargo, señalar que algunos autores no aceptan la denominación de hormonas "masculinas" o "femeninas" -andrógenos y estrógenos, respectivamente- ya que ambos sexos secretan los dos tipos de hormonas; lo que varía es la proporción con que se encuentran en cada sexo. Las gonadotropinas, que son hormonas producidas por la glándula pituitaria del cerebro, regulan la descarga de las hormonas producidas por el ovario o el testículo y luego son transportadas a otras partes del cuerpo por el torrente circulatorio. Ambas clases de hormonas se producen no sólo en el ovario o el testículo, sino también en la corteza de la glándula suprarrenal, tanto en varones como en mujeres. Además, los dos tipos de hormonas pueden transformarse unos en otros por acción de determinadas enzimas presentes en el organismo y, por tanto, genéticamente determinadas. Por ejemplo, la progesterona -que es una hormona típicamente "femenina" porque afecta al desarrollo del útero, la vagina y las mamas y está íntimamente relacionada con el proceso del embarazo y el ciclo menstrual- está presente también en los varones, incluso a niveles semejantes a los que se encuentra en las mujeres en la fase de preovulación del ciclo menstrual. Además, la progesterona puede ser un precursor químico de la testosterona, hormona típicamente "masculina".

La primera etapa de la diferenciación consiste en decidir la dirección masculina o femenina que va a tomar un blastema somático común indiferenciado de la gónada embrionaria indiferenciada. Los factores determinantes del sexo masculino inducirán a que se diferencie el blastema en células intersticiales productoras de andrógenos, transformando la gónada indiferenciada en testículo. Por el contrario, los factores determinantes del sexo femenino inducirán a la transformación del blastema en células foliculares productoras de estrógenos, dando lugar al ovario. En definitiva, nos encontramos ante una expresión particular de la ley de potencia bisexual mencionada anteriormente.

Desde el punto de vista genético, en la diferenciación sexual se suele distinguir la diferenciación sexual primaria o gonadal y la diferenciación sexual secundaria que incluye el desarrollo genital y la manifestación de los caracteres sexuales secundarios (pelvis, sistema locomotor, grasa subcutánea, sistema piloso, laringe, etc.) que según las especies pueden presentar un dimorfismo más o menos acusado.

LA DIFERENCIACIÓN SEXUAL PRIMARIA O GONADAL

El comienzo de la diferenciación sexual primaria o gonadal en la especie humana es atribuida al gen SRY (por sex-determining region Y), que está localizado en la región diferencial del cromosoma Y, aunque muy próximo a la región homóloga o apareante. Por esta razón se puede explicar que, si en el proceso meiótico de la gametogénesis de un varón normal XY se produce un pequeño error en el apareamiento de los cromosomas X e Y, se originen gametos de tipo Y que no lleven el gen SRY y gametos de tipo X con el gen SRY. Por ello se pueden encontrar, aunque con muy baja frecuencia, varones XX y mujeres XY en las poblaciones humanas.

Al plantearse la cuestión de cuándo y dónde se producen los sucesos claves de la diferenciación sexual primaria o gonadal, hay que tener en cuenta que las gónadas de los mamíferos están compuestas por las células germinales (que podrán dar lugar a los gametos) y por tres tipos de células somáticas: las células soporte (células de Sertoli en machos, que segregan hormona antimülleriana, y células foliculares o granulosas en hembras), las células del estroma o intersticiales que darán lugar a las células esteroidogénicas (células de Leydig, que segregan testosterona, en machos y células tecales en hembras), y células del tejido conectivo. Los datos experimentales parecen indicar que las células germinales no están implicadas en las etapas iniciales de la diferenciación gonadal, sino que el compromiso de la gónada indiferenciada a diferenciarse como masculina (testículo) o femenina (ovario) debe ocurrir en el linaje celular de soporte; es decir, en células pre-Sertoli o en células pre-foliculares, respectivamente. El primer signo de diferenciación sexual primaria en la gónada masculina se puede identificar con la aparición de las células de Sertoli y su agregación formando los cordones espermáticos que engloban a las células germinales. Esto sucede hacia la 6ª-7ª semana de desarrollo embrionario. Es, por tanto, el principio del dimorfismo sexual gonadal. Sin embargo, el desarrollo del ovario no se produce hasta los tres meses de gestación. (Para una revisión actualizada de la ontogenia de la diferenciación sexual ver Vaticón y Tresguerres, 1996).

LA DIFERENCIACIÓN SEXUAL SECUNDARIA (GENITAL)

En el desarrollo embrionario de los mamíferos, cuando el destino de las gónadas está a punto de ser decidido, los embriones de ambos sexos tienen formados los conductos de Wolff y de Müller que, orientados paralelamente, desembocan en la cloaca. El desarrollo posterior de los conductos de Müller a trompas de Fallopio, útero y vagina y del seno urogenital y genitalia externa a vestíbulo vaginal, clítoris y labios menores y mayores es un proceso de desarrollo programado que no necesita inductor. La regresión de los conductos de Wolff también es necesaria. Por el contrario, la presencia de testosterona induce el desarrollo de los conductos de Wolff en epidídimo, conducto deferente, vesículas

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