Deporte Y Moral
merypopins26 de Mayo de 2014
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DEPORTE Y MORAL : LOS VALORES EDUCATIVOS DEL DEPORTE ESCOLAR
Antonio Gómez Rijo
Maestro especialista en educación física por la
Universidad de La Laguna (Tenerife).
Introducción
"el hombre, si no quiere dejar de ser hombre, debe alimentar
valores, recuperar los perdidos o avizorar otros nuevos, debe
buscar en los mismos hábitos de la sociedad cuanto de
aprovechable y valorizador pueda sacar de ellos".
Cagigal, ¡Oh deporte! (Anatomía de un gigante)
No cabe duda de que uno de los mayores problemas a los que se enfrenta un profesional de la enseñanza es aquel en el que infieren, no ya sólo los componentes epistemológicos de toda educación (contenidos teóricos y prácticos que pretendemos transmitir a nuestros alumnos), sino además, y sobre todo, aquellos elementos referidos a una educación en actitudes. El hecho de que la educación no sea sólo una formación epistémica del individuo , sino (y considerando al discente como una persona total, global, no un abigarrado de conocimientos) una educación más completa del mismo, hace que se reoriente su tradicional sentido de la información atenuándolo en beneficio de aquel al que todos consideramos como fiel reflejo de la naturaleza humana: la formación integral. Es por esto que se hace necesario el que el docente se haga cargo de la educación moral del alumno, proveyéndole a éste de un sistema de valores que le permitan actuar y comportarse de forma honesta consigo mismo y con los que le rodean.
La tarea del educador supone asumir una serie de responsabilidades en cuanto a una educación de valores se refiere. Consecuentemente, se ha abandonado la falsa creencia de que el profesor sólo "enseña", mientras que son los padres los encargados de la "educación"; afortunadamente, hemos advertido, por fin, la peligrosidad de encasillar así al niño, aislándolo de un importante contexto de desarrollo en su vida y conformador de su persona: la escuela.
Partiendo de esta premisa, podemos asegurar que es el profesor de Educación Física uno de los mayores afectados por esta educación de la que tanto apologizamos. Es la propia naturaleza sui géneris de la disciplina que imparte, la que le confiere esta gran responsabilidad, aunque, eso sí, compartida. Desde esta perspectiva, no es fútil considerar al deporte escolar como un estupendo instrumento transmisor y conformador de una serie de actitudes consideradas como deseables por parte de la sociedad. Actitudes, por otra parte, en las que hay que depositar una especial atención a la hora de fomentarlas ya que se corre el grave peligro de no saber qué es lo que se está educando ,cómo y por qué. A este respecto, cabe hacer mención esas actitudes estereotipadas que los medios de comunicación tanto se preocupan en generalizar. El profesor de Educación Física debe mantenerse al margen de todo esto, educando a través del deporte en una serie de valores que formen al niño en la honestidad, la solidaridad, la cooperación, ... y un largo etcétera.
Lo educativo del deporte
Es irrefutable el hecho de que el deporte transmite una serie de valores, ya sean coyunturales o propios de la sociedad en la que está inmersa o, por el contrario, preestablecidos a lo largo de las sociedades precedentes. De hecho, "el deporte refleja los valores culturales básicos del marco cultural en el que se desarrolla y por tanto actúa como ritual cultural o «transmisor de cultura»" (Blanchard y Cheska, 1986:37).
En principio, deberíamos plantearnos si el deporte es educativo. ¿Está contraindicado introducirlo en la escuela como un medio para transmitir una serie de valores? Empecemos por ver qué consideramos educativo.
Según Seirul.lo (1995:62) "lo educativo es lo conformador de la personalidad del alumno", entendido así no sólo en el ámbito psicológico, obviamente, sino como un desarrollo integral del niño. Para Le Boulch (cit. por Seirul.lo, 1995:62) "un deporte es educativo cuando permite el desarrollo de sus aptitudes motrices y psicomotrices, en relación con los aspectos afectivos, cognitivos y sociales de su personalidad". Es decir, se trata no sólo de una educación por conocimientos (técnica, fundamentos individuales, táctica,...) como tradicionalmente se había venido transmitiendo, sino, además y sobre todo, de una educación en aptitudes que configuren en el ámbito global de la personalidad del niño una serie de valores propios a la actividad que realizan (no coyunturales ni propios a su sociedad) y que le ayuden a formarse como persona, por encima de las creencias, ideas e ideologías en que, sin ningún género de dudas, se pueden ver inmersos. Se trata de coadyuvar a la formación y no únicamente a la información. Y sigue Seirul.lo (1995:62) que lo educativo del deporte es que contenga como referencia valores de autonomía y libertad, entre otros.
Más allá de una educación acrítica y de unos niños condescendientes con la sociedad en la que viven, acólitos de los infundios y creencias a los que no pertenecen "educar es formar el carácter para que se cumpla un proceso de socialización imprescindible, para promover un mundo más civilizado y crítico con los defectos del mundo, comprometiéndose con el proceso moral de las estructuras y actitudes sociales" (Camps cit. por Gutiérrez, 1996:40). Según Gutiérrez (1996:40), hay que enseñar actitudes al niño para afrontar la vida con mayor libertad y sentido crítico ante la sociedad. También el currículo aboga por una educación integral donde "la educación social y la educación moral constituyen un elemento fundamental del proceso educativo, que ha de permitir a los alumnos actuar con comportamientos responsables dentro de la sociedad actual y del futuro, una sociedad pluralista, en la que las propias creencias, valoraciones y opciones han de convivir con el respeto a las creencias y valores de los demás " (BOC,1993:1914) todo ello con el fin de "vivir e integrarse en la sociedad de forma cívica y creativa" (íbid.:1915). A este respecto, no sólo se fundamenta en una educación escolar sino también en una interacción y en coherencia con la familia con el objetivo de que los niños entiendan lo que significa colaborar, competir, escuchar, explicar, convencer, etc. (íbid.:1920). Y todo ello, pensamos, puede canalizarse a través del deporte, siempre y cuando cumpla con una serie de condiciones que no sólo son intrínsecos a la propia actividad sino además inherente a la actitud del profesor y del alumno, así como de otros factores exógenos implicados como los medios de comunicación, entre otros.
En resumen, "la actividad deportiva (...) debe basarse en la ciencia para configurar un tipo de práctica que comprometa íntegramente a la personalidad del deportista"(Seirul.lo, 1995:63). Lo educativo de las prácticas deportivas no es sólo el aprendizaje de las técnicas, táctica, el beneficio que aportan,... sino además que el individuo se configure como persona.
Los valores que el deporte aporta a la sociedad
Los valores que podemos considerar que el deporte aporta a la sociedad no sólo son aquellos que siempre se resaltan del mismo: cooperación, ayuda mutua, solidaridad,... éstos son, entre otros, los que podríamos considerar de alguna forma educativos y, por lo tanto, los más interesantes en nuestro ámbito de aplicación. No obstante, más adelante se pasará a comentar aquellos que van mucho más allá del aspecto educativo y traen otra serie de consecuencias sociológicas.
Sabemos que el deporte, desde un punto de vista moral, no es sólo una situación motriz que está regulada por un reglamento y que depende de una institución; es mucho más que eso. Cuando observamos a los deportistas vemos que ahí se está dando algo más que lo meramente físico, fisiológico, motor, e incluso psicológico. El deporte no implica solamente una serie de participantes, unos contra otros, corriendo detrás de un móvil; esto significaría dar a la espalda a algo tan importante como es la contextualización. Por ejemplo, un partido de fútbol, no puede considerarse como exclusivamente veintidós jugadores y un árbitro, aparte de lo que hay detrás (directivas, federaciones, etc.); en mi opinión, lo que hay destacar y que hasta ahora ha estado relegado a un segundo plano es cómo jugadores que han salidos de chabolas o barrios marginales se han convertido en estrellas (y que esto no significa una legitimación de la igualdad de oportunidades como pudiera interpretarse), o como al final del partido los jugadores se dan la mano, el intercambio de camisetas,... así como criticar y denunciar todos aquellos actos que vayan en contra del espíritu deportivo (fair play). La enseñanza del deporte no puede estar únicamente influenciada por lo meramente formal, en el sentido de que no sólo basta con enseñar la "forma" de ese deporte. Hay que llegar mucho más lejos, partiendo, eso sí, de lo más cercano al alumno. Antes hablamos de lo educativo del deporte; ahora hablaremos de lo cultural del mismo.
En la enseñanza se suele caer en el error de descontextualizar los hechos, o por lo menos, de ignorar allí donde suceden. El deporte, como uno de los contenidos que nos compete enseñar, tampoco está exento de este manejo que con tanta ligereza es utilizado. La enseñanza del deporte no es únicamente el aprendizaje de las técnicas, tácticas,... como ya se dijo; esto sería empobrecer demasiado lo que éste significa. Se trata, pues, de enseñar los valores culturales que rigen a la actividad deportiva como uno de los elementos más importante
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