Desarrollando hábitos efectivos: Enfoque
crts181817 de Octubre de 2014
12.657 Palabras (51 Páginas)246 Visitas
SEGUNDO HÁBITO – Empiece con un fin en mente.
Para comprender que tratamos de lograr con la implementación de los siete hábitos de la gente altamente efectiva, podemos adentrarnos en el segundo habito, el cual comienza con una gráfica que nos dirá exactamente cuál es nuestra meta, que lograremos si cumplimos con cada hábito.
La gráfica nos muestra que al principio, cuando no conocemos e implementamos ninguno de los hábitos, estamos en la etapa de dependencia, al completar los primeros dos temas obtenemos nuestra primera victoria, la cual es la victoria privada, y con esta creamos un nuevo nivel para adentrarnos en el tercer hábito, y con esto lograr llegar a otra meta, la cual es la independencia… después, con el hábito cuatro al número seis logramos otra de las victorias, la victoria pública, y al juntas estos cuatro elementos llegamos a la última etapa: la Interdependencia.
El segundo hábito de este libro nos habla de que tenemos que tener bien en claro que es lo que esperamos de nosotros, como queremos que nos reconozcan cuando ya no estemos, si lo que hacemos cada día con cada decisión y acción refleja nuestro propósito en la vida. Con esta descripción podemos trabajar diariamente, antes de tomar una decision o hacer cualquier cambio en la vida hay que preguntarnos si hacerlo nos hará llegar a la meta que tenemos impuesta, obviamente, dependiendo de la etapa de vida en la que estemos. Esta meta es simplemente saber a dónde estamos yendo, y conociéndola podemos comprender en donde nos encontramos actualmente y cuáles son los pasos correctos hacia nuestra dirección antes planteada.
¿Y porque es necesario conocer estas metas y los procesos adecuados? Porque muchas veces podemos hacer las cosas sin absolutamente ningún sentido, realizando acciones que tal vez hacen que comprometamos a otras personas, o incluso perdemos amistades o personas importantes de nuestra vida a cambio de nada. Es como trabajar arduamente en conseguir poder y éxito, olvidándonos de disfrutar nuestra vida, nuestra familia y las recompensas de nuestro trabajo… es vivir para trabajar y no trabajar para vivir. El ejemplo más claro es como lo citaba anteriormente, trabajar muy duro a costa de todo, y cuando creemos que ya debemos parar y disfrutar de los frutos, llegan las enfermedades, distanciamiento de los hijos y amigos e incluso divorcios a causa de falta de atención, o incluso estar aún más cerca de la muerte y darnos cuenta de que no aprovechamos nuestra vida correctamente.
Ahora, si actuamos con base en este hábito, definimos lo que verdaderamente es importante para nosotros, y teniendo eso en mente, actuamos y tomamos decisiones en base a lo que queremos ser y queremos hacer de nuestra vida. Es como ir por una calle sin saber a dónde vamos a llegar, existe la probabilidad de que lleguemos a un lugar bonito, que podemos disfrutar, pero también hay una gran posibilidad de que suframos un accidente, nos asalten o cosas malas nos pasen por no saber dónde estamos ni a dónde vamos. Además de que al tener una meta cuando realizamos algo somos más eficientes, porque ya razonamos que actividades tenemos que realizar y cuales tenemos que dejar a un lado para cumplir esa meta.
Para cumplir este hábito ahora tenemos que comprender el tema de que ‘todas las cosas se crean dos veces’ este principio se basa en que las cosas se crean mentalmente en un principio, pero después pasan al segundo tipo de creación: la creación física. Para comprender este principio basta pensar en cualquier proyecto de la vida cotidiana, podemos comenzar con la construcción de una casa o de cualquier edificio, ¿Qué es lo primero que hacemos cuando queremos construir algo? Imaginarlo. Imaginar cómo va a ser, cuantos cuartos queremos, cuantos baños, el tamaño de la casa, si queremos una cochera o no, si queremos tener un jardín grande o pequeño, entre otras cosas… ya definidas estas ideas, tenemos que plasmarlas en un plano, y con éste analizar si es el mismo que teníamos en nuestra mente, con esto llegando terminando el primer tipo de creación, la creación mental. Para la creación física, ahora se comienza la construcción de la casa o edificio. Pero estamos de acuerdo que toda esa creación física está basada en la primera creación, en el plano que diseñamos y donde esta dibujada nuestra ‘meta’; con el plano ahora podemos decidir dónde empezar, que tipo de herramienta y materiales usaremos, etcétera. Como podemos ver éste principio se puede basar en muchos otros ejemplos… en la paternidad, como queremos que sean nuestros hijos y que acciones hay que realizar para que lo sean; en hacer un viaje, imaginándonos primeramente a donde iremos o que queremos hacer; e incluso en el diseño de la ropa, primero hay que diseñarla antes de comenzar a cortar y coser.
Lo importante de este tema es comprender la importancia de cada una de las creaciones y la responsabilidad que implica llevar a cabo cada una de las creaciones.
Con el segundo principio, por designio u omisión, vemos que a lo largo de nuestra vida, si no desarrollamos autoconciencia y no nos hacemos responsables de las primeras creaciones, estamos permitiendo por omisión que otras personas y las circunstancias que no podemos controlar den forma a gran parte de nuestra vida. Vivimos reactivamente a los guiones que han puesto en nuestras manos la familia, los compañeros, a la presión de las cosas que nos pasan sin ninguna explicación: los guiones escritos por nuestros padres, acerca de cómo vas a ser o no ser porque ‘tu abuelo, tío, papá es de cierta manera’, de lo que nos hicieron creer nuestros amigos, o incluso en la época de educación. Estos guiones provienen de nuestras más profundas debilidades, de la dependencia que tenemos a la sociedad y las personas que queremos, de nuestra necesidad de ser amados y aceptados, de que nos vean bien a sus ojos, de sentir que nosotros importamos. Para esto, podemos ayudarnos de nuestras capacidades, las que solamente nosotros como humanos tenemos: la autoconciencia, la imaginación o la conciencia moral, estas capacidades nos van a permitir llevar el análisis de la primera creación y hacernos cargo de ella, de escribir nuestra propia historia. Entonces, con el primer hábito se nos dice que nosotros somos ‘el creador’ y con este hábito vemos lo que es la primera creación.
Al aplicarlo a un modo administrativo, podemos basar este principio al liderazgo que debe tener el administrador, el liderazgo no es la administración, es solo la llave para poder administrar. Cuando tenemos esta primera creación, el liderazgo, podemos llevar a cabo la segunda (creación física), que es la administración. El liderazgo nos dará las bases para decir por dónde ir, que debemos hacer y qué no hacer para hacer todos los procesos y procedimientos para llevar a cabo una administración eficaz.
Con estos principios ya explicados podemos pasar a reescribir el guión, otro de los temas de este segundo hábito, el de convertirnos en nuestro primer creador. Ya mencionamos que la proactividad está basado en la autoconciencia, uno de los privilegios que tenemos por ser humanos. Los privilegios restantes nos van a permitir ampliar nuestra proactividad y ejercer el liderazgo personal que necesitamos para realizar las actividades diarias.
Con la imaginación, podemos visualizarnos en nuestro interior y exterior, imaginar otros mundos en los que podemos vivir de acuerdo a lo que sentimos y pensamos. Con la conciencia moral, analizamos nuestros principios, los talentos, valores y creencias que rigen nuestras acciones y nos ayudaran a ejercernos de manera más efectiva y exitosa. Con estas características y con el tercer privilegio humano, la autoconciencia, es con lo que se nos va a permitir escribir nuestro propio guión. Dependiendo de que queremos hacer o donde queremos estar en un futuro (imaginación), las creencia, principios y valores inculcados (conciencia moral), y el cómo nos vemos a nosotros mismos (autoconciencia) es que podremos definir a donde iremos y que estrategias y acciones nos harán llegar a ese objetivo.
Con el segundo hábito aprendemos que nos es obligatorio seguir viviendo con los guiones que no tienen ningún efecto, con los hábitos arraigados de otras etapas de nuestra vida y que son indignos de nosotros o que tal vez muestran incongruencias con las cosas que verdaderamente valoramos en la vida. Podemos utilizar nuestra imaginación y creatividad para escribir nuevos guiones, donde se vea esa congruencia con nuestra persona, con nuestros principios y valores, y con esto ayudarnos a ser más efectivos.
Al igual que al comenzar una nueva empresa, los primeros pasos para hacer el cambio de paradigma o escribir nuestro propio guión es realizar un enunciado con la misión, nuestra filosofía o credo, además de los valores y principios que dan fundamento a nuestra forma de ser y a lo que hacemos diariamente. A la misión personal lo podemos conocer como constitución personal, y este es un fundamento que nunca cambia, debe ser como una constitución personal, una base para tomar las decisiones importantes de nuestra vida y con las cuales llegaremos al éxito, ahora contamos con una constitución basada en principios corrector, que nos harán evaluar todas las decisiones respecto a nuestra vida, y con esto aprovechas nuestro tiempo, talento y energía de una manera mucho más efectiva.
Para comenzar el enunciado de nuestra misión personal, hay que definir el centro de nuestro círculo de influencia, en este ciclo se encuentran nuestros paradigmas más básicos. Lo que haya en el centro de nuestra vida será nuestra fuente de seguridad, guía, sabiduría y poder. La seguridad es nuestro sentido de valor, nuestra identidad, autoestima y fuerza personal básica.
...