Desarrollo Hidroeléctrico Del Bajo Caroní
monikcht25 de Junio de 2013
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INTRODUCCIÓN
Desde los tiempos del gran imperio romano, el hombre visto en la necesidad de transportar agua a los diferentes lugares de los cuales carecían de ella, empezó a aprovechar una gran parte de los recursos que el agua misma le podría proporcionar. La canalizó, la elevó y mediante a rudimentarios sistemas de bombeo, por gravedad la llevaron encima de su nivel natural, explotando los cauces subterráneos y trasladándola mediante acueductos.
Pasando el tiempo se aprovecharon aun mas los sistemas de canales, buscándole nuevos fines al agua, se inició el uso generalizado de la rueda hidráulica, conocida por el hombre hace 5.000 años. Los antiguos romanos y griegos, utilizaban este tipo de ruedas para mover el agua en los molinos. Sin embargo, la posibilidad de emplear esclavos y animales de carga retrasó su aplicación generalizada hasta el siglo XII. Los árabes, verdaderos maestros en el manejo del agua, también usaron las ruedas en infinidad de aplicaciones, pero fue durante la Edad Media cuando este ingenioso mecanismo se extendió de una gran forma a la mayor parte de los oficios conocidos como son tejedores, molinero, pisador, forjador de metales etc. En esta época las grandes ruedas hidráulicas de madera desarrollaban una potencia de cincuenta caballos. Las ruedas liberaron al hombre de las tareas más duras del trabajo bruto e influyó en una reducción de la mano de obra.
La energía hidroeléctrica debe su mayor desarrollo al ingeniero civil británico John Smeaton, que construyó por primera vez las grandes ruedas hidráulicas de hierro colado. En 1759 presentó ante la Royal Society de Londres un tratado titulado: Cuestiones experimentales relativas a la fuerza natural del agua y el viento. Realizó importantes estudios y mediciones rigurosas dándose cuenta de que la causa principal del derroche de la energía del agua que acciona la rueda es el choque sobre las palas y para aumentar la eficiencia de las ruedas se debía reducir lo más posible el desnivel que el agua recorre en la caída.
La hidroelectricidad tuvo mucha importancia durante la Revolución Industrial. Impulsó las industrias textiles y los talleres de construcción de máquinas a principios del siglo XIX. Aunque las máquinas de vapor ya estaban perfeccionadas, el carbón era escaso y la madera poco satisfactoria como combustible. La energía hidráulica ayudó al crecimiento de las nuevas ciudades industriales que se crearon en Europa y América hasta la construcción de canales a mediados del siglo XIX, que proporcionaron carbón a bajo precio.
Las presas y los canales eran necesarios para la instalación de ruedas hidráulicas sucesivas cuando el desnivel era mayor de cinco metros. La construcción de grandes presas de contención todavía no era posible; el bajo caudal de agua en el verano y el otoño unido a las heladas en invierno, obligaron a sustituir las ruedas hidráulicas por máquinas de vapor. La energía hidráulica se utilizó por primera vez para obtener electricidad en 1882, mediante una rueda sobre el río Fox en Wisconsin USA, dos años después del descubrimiento de Edison. La energía hidroeléctrica se desarrolló considerablemente a partir de aquel momento, tanto que en la actualidad se pueden encontrar plantas que generan desde pocos kilovatios para viviendas aisladas, hasta miles de megavatios para abastecer grandes poblaciones.
El desarrollo del generador eléctrico, el perfeccionamiento de la turbina hidráulica y la gran demanda de electricidad a principios del siglo XX, provocaron el impulsó del uso y la utilización de la energía hidráulica. En 1920, las centrales hidroeléctricas generaban ya una parte importante de la producción total de electricidad.
La tecnología de las principales instalaciones se ha mantenido igual durante el siglo XX. El agua se transporta por unos conductos, controlados con válvulas y turbinas para adecuar el flujo de agua a la demanda de electricidad. Las centrales dependen de un gran embalse de agua contenido por una presa. El caudal de agua se controla y se puede mantener casi constante. El agua se transporta por tuberías forzadas, a las turbinas.
En todo el mundo, la hidroelectricidad representa aproximadamente la cuarta parte de la producción total de electricidad, y su importancia sigue en aumento. Ya que el agua es un recurso natural, y esta energía verde se puede impulsar en aquellas zonas que presentan suficiente cantidad de agua disponible.
RESEÑA HISTÓRICA DEL APROVECHAMIENTO HIDROELÉCTRICO
Siempre se ha afirmado que el desarrollo hidroeléctrico del bajo Caroní se empezó a partir de la democracia con la caída del presidente Marcos Pérez Jiménez (1958), a pesar de ser verdad, es limitativo. Desde mucho antes de la democracia se concibió la significación de aprovechar el potencial del río Caroní, en primer lugar para impulsar a la región Guayana y después se comprendió su importancia como fundamento de la energía eléctrica de todo el país. Los orígenes se deben situar en los trabajos de la Corporación Venezolana de Fomento (CVF) creada en 1946. Entre sus primeras acciones estuvo la contratación de un estudio con la firma Burns & Roe, en 1947, cuyos resultados fueron decisivos para el inicio del desarrollo del Caroní. Entre sus recomendaciones estuvo “la construcción de una central aprovechando los saltos inferiores del río”. Esta primera idea dio origen a la pionera La Central Hidroeléctrica Macagua I, fue la primera construida en los llamados saltos inferiores del río Caroní, a 10 kilómetros de su desembocadura en el río Orinoco, en Ciudad Guayana, estado Bolívar. Su construcción se inició en 1956, en 1959 entró en funcionamiento la primera de sus unidades y en 1961 se puso en operación la última de ellas, para alcanzar una capacidad instalada total de 370 megavatios.
Y con ella se prosiguió a la instalación de una planta siderúrgica. Así se sembró la semilla y en adelante el árbol no dejaría de crecer. A pesar de los turbulentos eventos políticos de fines de los cuarenta que originaron la dictadura de Pérez Jiménez, el desarrollo del Caroní continuó su avance. Se creó la Comisión de Estudios para la Electrificación del Caroní (CEEC) y se inició la construcción de Macagua I. En la dirección de la CEEC se nombró al pionero General Rafael Alfonso Ravard, que no era particularmente afín al dictador, lo que sería un buen augurio, porque los proyectos del Caroní siempre lograron mantenerse al margen de la política lo cual contribuyo a su desarrollo.
Al comenzar la democracia, en 1958, Rómulo Betancourt ratificó a Alfonso R. en su cargo y, luego de un profundo debate, se decidió continuar la electrificación del rió. Desde esos tiempos se concibió el programa del Bajo Caroní, con sus centrales Gurí, Macagua II y III, Caruachi y Tocoma, las que se construirían progresivamente en función de las necesidades. Se decidió comenzar con el proyecto Gurí, ya que era el que ofrecía capacidad de regulación de las aguas del río. Las obras comenzaron en 1963 y dieron origen a la creación de (EDELCA). Desde entonces, junto con la construcción de grandes obras hidroeléctricas, nació una escuela de profesionalismo y mística que hoy constituye un patrimonio para el avance hacia una Venezuela moderna y un orgullo para todo el país.
El árbol siguió creciendo, lento pero indetenible. Todos los gobiernos de la democracia han apoyado al proyecto y lo han mantenido vivo. Su ritmo de avance ha estado signado principalmente por el crecimiento del país y sus necesidades de más energía eléctrica. En las décadas de los 60' y los 70', cuando el país crecía vertiginosamente, los proyectos del Caroní siguieron el ritmo que se marcaba. Se completó la primera etapa de Guri, en el Cañón de Necuima, 100 km aguas arriba de la desembocadura del río Caroní en el Orinoco, se levanta imponente la estructura de la central hidroeléctrica "Raúl Leoni" para aquel entonces (desde 1974 hasta el 2006), cuando se renombró mediante decreto presidencial, como la central hidroeléctrica Simón Bolívar. La ejecución de esta obra en su primera fase comienza en 1963 y finaliza en 1978, con una capacidad de 2.065 MW en 10 unidades, con el embalse a la cota máxima de 215 msnm.
Se tuvo que unificar la frecuencia eléctrica a sesenta Hertz (60 Hz) y se construyeron las primeras líneas de transmisión que llevarían la energía de Guayana a todo el país. Desde entonces el desarrollo del Caroní dejó de ser regional y adquirió el carácter de nacional.
A partir de los 80 el país ha vivido un duro estancamiento económico, que no es pertinente analizar aquí. Pero el desarrollo del Caroní se adaptó al nuevo ritmo mediante iba aflorando la situación del país, pero mantuvo su orientación y visión de futuro. En 1984 llegó Leopoldo Sucre Figarella a la presidencia de CVG y continuó impulsando el plan de desarrollo del Bajo Caroní. En estos años se culminó la segunda etapa de Gurí, para que próximamente se diera pie a la etapa final de la represa que fue concluida en 1986, y consistió en la realización de los trabajos siguientes:
Realzamiento de la presa de gravedad y aliviadero hasta la cota 272 msnm.
Construcción de una segunda casa de máquinas que alberga 10 unidades generadoras, de 730 MW cada una, al pie de una presa de gravedad situada en la margen derecha del río.
Excavación de un segundo canal de descarga.
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