Desarrollo Regional Y Desarrollo Local Alternativo Frente Al Fracaso Del Desarrollo
maibyurbina25 de Mayo de 2012
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Desarrollo Regional Y Desarrollo Local Alternativo Frente Al Fracaso Del Desarrollo.
El desarrollo regional, alrededor del cual giran o del cual se desprenden decenas de objetivos de diferente jerarquía, perfectamente aplicables a espacios regionales, De la misma manera, no podemos dejar de mencionar que en las regiones se ha ido construyendo una política verdadera " permanente auto inhibición para generar políticas, programas y proyectos con importancia estratégica, y por el contrario desarrollan una actitud complaciente, conformista y pasiva, incluso en el ámbito de los liderazgos regionales y de los movimientos sociales.
Desarrollo Regional es un proceso localizado de cambio social sostenido que tiene como finalidad última el progreso permanente de la Región, el territorio, la localidad, la comunidad y de cada individuo residente en ella. Además de estar vinculado estrechamente a un proceso de crecimiento
El desarrollo sostenible dialogo de discurso
El discurso liberal
El discurso liberal (cuyo adjetivo se toma no en el sentido político sino filosófico y antropológico), considera a occidente(2) como el padre de la humanidad y como su salvador. Y ese occidente es fácilmente identificable en el mapamundi: se trata de los Estados Unidos de Norteamérica, Inglaterra, Francia, Alemania, Italia y Canadá, y en menor escala, los otros países desarrollados de Europa.
Desde el poder de la ciencia y la tecnología y el dominio de los mercados mundiales, occidente expresa su hegemonía política y su poder, que alcanza la esfera de los discursos científicos.
En ese discurso liberal no hay duda de que la relación entre naturaleza y sociedad está problematizada. La expresión identificable de su marco teórico se encuentra en la introducción del informe "Nuestro futuro Común", publicado en 1987 con la dirección de Gro Harlem Brutland, exprimera Ministra de Noruega. Dice así:
"En la mitad del siglo XX, vimos nuestro planeta desde el espacio por primera vez. Tarde o temprano los historiadores encontrarán que esta visión tuvo un impacto mayor sobre el pensamiento que la revolución de Copérnico del siglo XVI, la cual cambió por completo la imagen de nosotros mismos al revelar que la tierra no es el centro del universo. Desde el espacio, vimos una pequeña y frágil esfera dominada no por la actividad humana, sino por un patrón de nubes, océanos, áreas verdes y suelos. La incapacidad de la humanidad para encuadrar sus actividades dentro de este patrón está cambiando los sistemas planetarios en formas fundamentales. Muchos de estos cambios vienen acompañados de amenazas letales" (3).
Como puede verse, la identificabilidad del planteamiento depende de unos códigos muy específicos y de definiciones muy precisas frente a las categorías fundamentales de la economía, psicología, e historia.
Esa identificabilidad está en el convencimiento indudable de que el conocimiento científico objetivo es del todo posible. Ese conocimiento objetivo se dirige a un mundo posible, externo al observador, que lo capta en una visión ocular, macroscópica, del todo válida y el cual se deja aprender, conocer y manipular.
Ese discurso liberal mantiene la posición cartesiana de la división de sujeto -objeto.
El optimismo de este discurso lo lleva a mantener la posibilidad de gestionar la realidad social, de creer en que se puede planificar el cambio social y a predicar una cultura económica dada bajo los grandes caracteres de la democracia liberal y del capitalismo como expresión, no sólo ideológica, sino totalitarista y final del proceso histórico.
Semejante construcción histórica de esa cultura económica occidental descansa en estrategias, expresiones funcionales de la ciencia de la oferta y la demanda, tales como la expansión del mercado, la mercantilización de la tierra y el trabajo; se apoya igualmente en categorías de la psicología social positivista y de la psicología industrial, que hablan de nuevas formas de disciplina en las fábricas, escuelas, hospitales, etc. sigue su tejido interdisciplinario con las doctrinas filosóficas basadas en el individualismo y utilitarismo y finalmente logra declarar, no sólo en el concierto científico sino en el de las praxis histórico-políticas, la constitución de la economía como una esfera real, autónoma, con sus propias leyes e independiente de lo político, lo social, lo cultural.(4)
El discurso liberal sobre el medio ambiente de esa ciencia -la económica- afirma que la naturaleza está compuesta de recursos, que se agotan y son limitados, que poseen un valor monetario y que están sujetos a ser poseídos. En un sentido positivista y materialista, ese discurso económico expresa que los deseos del hombre son ilimitados.
Hoy se sabe que las verdades se tejen en una red interdisciplinaria y que toca muchas esferas de la realidad haciéndolas multidependientes y concomitantes.
Para la coherencia del marco teórico del discurso de la economía, en la dimensión liberal en que se ubica, es lógico y del todo necesario pensar en la economización de los recursos naturales, en proceder a que todos los recursos tengan títulos, y extender el sistema de precios a todos los aspectos de la naturaleza, incluyendo el agua, el aire, los genes, etc.
Ese discurso liberal sobre el desarrollo sostenible, elaborado desde occidente, obliga a los economistas del tercer mundo, cuya concepción del mundo es liberal a buscar una trinchera contestataria, que sin atacar el basamento teórico de la ciencia económica liberal, pueda generar una respuesta beneficiosa para el tercer mundo. Por eso se aboca a una conceptualización de la ecología como sujeto político.
Desde la óptica tercer mundista se requiere diferenciar los problemas ecológicos por regiones, para no caer en la homogeneización del ambientalismo global y poder expresar objetivamente la deuda ambiental histórica de los países del norte, y la protección del patrimonio natural y genético de la región.
Este discurso del Desarrollo Sostenible, nacido en la conferencia de Estocolmo sobre el Medio Ambiente Humano, de la conciencia del deterioro global del ambiente por culpa de la industrialización, el mercado y el consumismo, finalmente fue elaborado en 1980, por un grupo de agencias de las Naciones Unidas y ha sido recogido y explicado en 1987 por la Comisión Mundial Del Medio Ambiente y Desarrollo. La comisión reflexiona que "para hacer que el Desarrollo sea Sustentable es necesario que satisfaga las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer las propias". El concepto de desarrollo sostenible implica límites, no límites absolutos, sino limitaciones que imponen a los recursos del Medio Ambiente el estado actual de la tecnología y de la organización social y la capacidad de la biosfera de absorber los efectos de las actividades humanas. Un mundo donde la pobreza es endémica será siempre propenso a sufrir una catástrofe ecológica de uno u otro tipo. (5) El intento narrativo incide en la realidad histórica y produce efectos de verdad. No es ni verdadero ni falso en si mismo, pero, dependiendo de quien lo predique y del para qué se predica, conduce a cambios determinantes en las estrategias políticas macrosociales, nacionales, regionales y mundiales (6).
El discurso culturalista
El argumento culturalista tiene las trazas del discurso contestatario. Es la postura ideacional de los que no ostentan el poder. Es por lo tanto una teoría sin el respaldo institucional de la historia y menos de quienes le marcan el rumbo: occidente.
El fenómeno del poder invade todas las dimensiones del hombre, aún las mas objetivas y neutrales como son las esferas de las ciencias y sus conceptualización científica.
Hoy se sabe que las verdades se tejen en una red interdisciplinaria y que toca muchas esferas de la realidad haciéndolas multidependientes y concomitantes. Incluso los discursos contestatarios entran a jugar su juego en ese complejo tejido de realidad para hacer mas objetivo y creíble la semiótica del discurso que tiene el soporte del poder.
Miremos como plantea el asunto de la naturaleza y el ambiente la teoría culturalista.
Este discurso parte de que la cultura es la instancia fundamental de la relación del hombre con la naturaleza. Y afirma que la crisis ambiental es debido a la objetivación de la natulaleza, y a su explotación como recurso por las economías de mercado, instigado por el postulado de la escasez, y la explotación de los no occidentales por los occidentales son la causa mayor de los estragos al medio ambiente.
Desde su marco teórico prueba que desarrollo y sustentabilidad ambiental son irreconciliables, incompatibles y definitivamente imposibles de armonizar.
Lógicamente, se oponen al desarrollo, tal y como lo define el discurso liberal y se resisten rotundamente a que la naturaleza sea tratada como una mercancía.
Son unos convencidos de que es imposible racionalizar la naturaleza en términos económicos. Y en una crítica, desde el humanismo, afirman que la economía termina tendiendo una sombra sobre la vida y sobre la historia de la humanidad. Una y otra vez dicen que no es posible reconciliar el crecimiento económico y el ambiente; que es imposible esa armonía porque el individualismo y cortoplacismo no permiten acomodar las demandas ambientalistas sin modificar sustancialmente su cultura.
En cuanto al círculo vicioso de la pobreza causa y efecto de los deterioros ambientales, lo consideran una falacia. Es de verdad un sofisma para respaldar el crecimiento económico y considerarlo la solución a los problemas
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