Diario Pedagogico

TÍTULO: DIAGNÓSTICO PEDAGOGICO.

Desde una posición tradicional el diagnóstico se reduce a una actividad descriptiva, diferenciándose del tratamiento, pero desde los cambios paradigmáticos operados en el Diagnóstico Pedagógico en el seno de las Ciencias de la Educación toda acción diagnóstica incluye una intervención, con las posteriores revisiones para ratificar o rectificar la intervención sugerida (Bassedas, 1993; Doval, 1995; Batanaz, 1996; García Nieto, 1990; etc.). Esto implica que su función no se reduce a la resolución de problemas o a la ayuda de las personas con deficiencias, una acción correctiva o reactiva, sino que incluye una función potenciadora de las capacidades y otras de tipo preventivo o proactivo (Pérez Juste, 1990 v 1994).

El Diagnóstico Pedagógico, pues, nace con vocación de apoyar el desarrollo del proceso educativo para que los alumnos consigan los objetivos formativos, con una finalidad de mejora (Martínez González, 1993; Alfaro, 1994), hacia el perfeccionamiento de su objeto de estudio (producto o proceso) contextualizándose en un proceso perfectivo y de desarrollo propio de la educación.

Martínez González (1993) conceptualiza el proceso diagnóstico como un método de investigación que pretende llegar al conocimiento científico de una situación. El Diagnóstico no es reducible a una mera técnica de evaluación, sino que en él se puede construir una disciplina científica aplicada. Para Fernández Ballesteros el procedimiento científico empleado es el método hipotético deductivo.

Lo que se conoce como método científico ha variado a lo largo de la historia. Aristóteles hablaba de un tipo de conocimiento fundamentalmente deductivo, mientras que Francis Bacon propuso un nuevo instrumento de conocimiento basado en la observación empírica sistemática de casos particulares que, mediante un proceso inductivo, infería normas generales o leyes.

Así, desde un punto de vista pragmático se fue gestando un nuevo procedimiento hipotético-deductivo, siendo Dewey quien propuso un modelo teórico para sistematizar sus fases: observación del problema, formulación de hipótesis, deducción de conclusiones y verificación o contrastación empírica de los supuestos anteriores.

De los modelos que se han gestado con el fin de establecer instrumentos del conocimiento se puede hacer mención del positivista y del postpositivista.

Ambos modelos se contrastan. El paradigma o modelo positivista afirma que el saber científico se encuentra en un proceso continuo de acumulación y crecimiento y surge con la verificación como criterio de cientificidad; por el contrario, el paradigma postpostivista, tiene como criterio la falsabilidad, afirma que ningún enunciado científico es objetivo y que sólo pueden ser una aproximación de la realidad, asume una pérdida de certidumbre y la necesidad de conocer un mundo en el que el azar y el desorden (Morin, 1977) tienen que considerarse. Dos expositores del postpositivismo son Kuhn y Popper.

Kuhn en su libro Estructura de las Revoluciones Científicas (1962), afirma que la ciencia no se acumula, que la ciencia se aprueba y se refuta, se aprueba y se refuta, en un ciclo continuo sin límites. Popper, por su parte, dice que la ciencia se encuentra en una revolución permanente.

Desde mi punto de vista a lo que nos dice el autor entiendo que el diagnostico pedagógico es una propuesta que servirá como herramienta de trabajo para que el docente pueda implementarlo en su comunidad escolar, tomando conciencia de lo importante del tema del diagnóstico, que es necesario y útil para conocer las dimensiones de los alumnos para impartir la clase.

Mari, R. (2001), indica que la intención del diagnóstico es evitar que el docente llegue a la práctica sin fundamentos y de esta manera le sea más fácil conocer la situación escolar para afrontar la

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