Discurso Licenciatura Octavo 2015

Discurso Licenciatura Octavo 2015

Señora Directora, Eva Díaz Saldivia, Jefa de UTP, señora Aurora Cárdenas Obando, Inspectora General, señora Victoria Saldivia Santibañez, profesores, estimados compañeros e invitados especiales, tengan ustedes muy buenas tardes.

Hoy es el término de un período importante de nuestra vida como lo es la enseñanza básica, sin duda, sentiremos una profunda nostalgia, tanto de la escuela, como de profesores, compañeros y amigos, pero también comprendemos que a partir de este día emprendemos una nueva etapa, tal vez con más responsabilidades, pero conforme pase el tiempo iremos valorando y llevando a la práctica cada una de las enseñanzas adquiridas, tanto en ámbitos académicos, como valóricos.

Muchos de nosotros ingresamos a esta escuela con tan sólo cinco o seis años de edad, otros años después, aún así no faltaron aquellos que hicieron una pataleta o que lloraron desconsoladamete abrazados a mamá tratando de no dejarla ir y quedar en ese lugar hasta el momento absolutamente desconocido, y que poco a poco con el paso de los días, las cariñosas y comprensivas tías parvularias convertían en un nuevo espacio, donde, comforme íbamos desarrollándonos, jugando, haciendo nuevos amigos, aprendíamos cosas nuevas. Sin darnos cuenta fuimos creciendo en torno a nuestra escuela.

Damos gracias a nuestros profesores jefes, Srta. Marcela Oyarzo, Sra. Sol Águila, Sra. Alejandra Cid, y profesores en general, por su dedicación, alegría, ganas de educar y la inmensa paciencia con la que día tras día llevaban a cabo sus clases, muchos de ellos ya no están, otros se han ido incorporando a través del paso de los años, pero sea la una o la otra, no podemos dejar de reconocer que siempre se han mantenido dispuestos a ayudarnos, apoyarnos, guiarnos por un buen camino y hacernos sentir mejor, incluso cuando no se trataba de los mejores estudiantes.

No podemos excluir a nuestros padres, quienes han velado incondicionalmente por nuestro bienestar, somos sus pequeños, y para ellos siempre lo seremos, se mantuvieron atentos a cada uno de nuestros pasos, cada ínfimo logro significaba una gran alegría, cada caída una enseñanza. Esto nos ayuda a entenderlos y poder decirles "gracias", por permanecer todos estos años a nuestro lado demostrándonos su amor y consejos como si fuésemos los mejores hijos.

Compañeros, nos fuimos conociendo poco a poco, y de ese simple compañero de curso, se fue construyendo una amistad mas allá de la jornada escolar, ese amigo que nos hacía reír, el que nos escuchaba, el que nos daba consejos, el inseparable, el que hacía una travesura, el gritón, el exagerado, el que poco nos agradaba. Hoy todos somos únicos y a la vez iguales, sentimos tristeza al saber que tal vez no nos volvamos a ver con muchos de los que estamos aquí presentes, pero al mismo tiempo sabemos que continuaremos nuestra vida luchando para cumplir esas tan anheladas metas. Si nuestro compañerismo se vio afectado por una enemistad, hoy podemos decir que siendo el último día, esa enemistad está superada y perdonada.

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