Diversidad

La diversidad del individuo es un concepto que nos permite designar la variedad que existe dentro de la categoría humana. Cada ser humano posee características biológicas, psicológicas y culturales que son los tres órdenes de la diversidad humana.

Si recordamos la evolución del hombre partiendo de la base de sus comportamientos analizamos que ha tenido una progresiva hominización que es la continua adquisición de las características anteriormente mencionadas que acabaron diferenciando el ser humano de otras especies. Dentro de estas características se pueden diferenciar dos tipos de comportamientos:

• Comportamiento biológico (innatos),

• Comportamiento cultural (adquiridos), el fruto de la experiencia que se obtiene del aprendizaje.

De ahí parte la adaptación del hombre a los distintos medios y al contexto en el cual se encuentre.

Un ejemplo: el extraterrestre PATRICIO (Heilen, Junior, Heidi).

No tiene boca pero tiene la capacidad de comunicarse por señas, logrando así adaptar un mecanismo de comunicación para desenvolverse en un contexto.

De lo anterior proviene el ser cosmopolita que se interpreta como ciudadano del mundo que permite describir a todo aquello que resulta común en una sociedad, dicho de un individuo un ser cosmopolita que concibe a todos los rincones del planeta como su patria, quizás la expresión más clara del cosmopolitismo, la encontramos en la frase del romano Marco Tulio Cicerón” es decir este mundo en su totalidad ha de ser considerado una única comunidad de ciudadanos”.

El cosmopolitismo y el patriotismo en la época actual en occidente, son las áreas y temas en los que se habla de cómo respetar y armonizar la diversidad.

Para el cosmopolita la diversidad no es problema ya que es un hecho donde se celebra que en el fondo todo somos iguales.

Para hablar un poco más de la diversidad debemos entender que esta tiene una formulación de concepto de profundas raíces ecológicas, ciñéndonos únicamente a su aspecto numérico, toda comunidad es una mezcla de especies con densidades diferentes; de ellas, una o unas pocas pueden haber alcanzado valores relativamente altos con relación a las demás, y son llamadas dominantes porque su actividad biológica afecta directa, o indirectamente por modificaciones del entorno, a las otros seres; pero son estos otros seres, a las que por analogía se denomina subordinadas, las que marcan en gran parte, el grado de diversidad de una sociedad. Se tiene, por lo tanto, que la diversidad es una propiedad estructural de las comunidades que comprende al mismo tiempo el número de seres presentes (componente de riqueza) y la distribución de los individuos u otro valor de importancia en ellas (componente de uniformidad o equitabilidad).

El confusionismo creado en la literatura científica proviene del hecho de que algunos autores han asimilado el concepto de diversidad con una de sus dos componentes (riqueza y uniformidad), como ha comentado Hurlbert (1971) en su trabajo crítico sobre la diversidad y su medida.

Se ha propuesto una definición basada en la conceptuación numérica de la diversidad. Ahora bien, en cuanto a sus causas, la diversidad nos permite indicar o hablar de la variedad y diferencia e incluso desigualdad que pueden presentar la expresión de una estructura que resulta de las formas de interacción entre los seres que conforman una sociedad.

Esto es así debido a que la variedad de formas sociales tanto la cultura como la organización social revisten una variedad casi infinita de formas, tradiciones, practica, estructuras sociales, etc. Partiendo de estos hechos de variaciones culturales surge una nueva doctrina. El relativismo cultural que considera que las normas y creencias son solamente validos en relación a la sociedad particular en la que se encuentran.

La toma de conciencia de que la sociedad está formada por individuos de igual naturaleza revierte en la constitución de un marco de igualdad de derechos de cada miembro frente a la colectividad. En cualquiera de los estratos sociales, las personas participan con los mismos derechos y obligaciones. Este principio general se extiende al estado, instituciones públicas, familia, asociaciones, etc.

Posicionar en primera línea los derechos personales ha supuesto una validación de la persona frente a la masa social. Conceptualmente, el destino social de una colectividad ha quedado determinado por la voluntariedad de los miembros a empeñar su libertad en un proceso. La democracia ha impuesto su talante de adición de decisiones iguales frente a la definición de los valores y fines de la sociedad por unos pocos.

La marca de igualdad en el derecho ha sido tan contundente que ha repercutido en dejar su importancia hasta en los asuntos sociales menos trascendentes. La generalización del derecho a la igualdad de las persona fundamento del progreso de las libertades si intelectualmente no se administra correctamente, puede colateralmente engendrar

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