EL APRENDIZAJE ADULTO A LA LUZ DEL PRINCIPIO. LA EDUCACIÓN PERMANENTE
ale1353 de Diciembre de 2012
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IMPACTO INTERGENERACIONAL: PROCESOS DE APRENDIZAJE EN LA TERCERA EDAD
Introducción
Según la Organización de las Naciones Unidas, se ha calculado que entre el año 2000 y el 2050 la esperanza de vida mundial aumentará de 65 a 75 años. En los próximos cincuenta años, las estimaciones apuntan a que la población mundial de más de 60 años aumentará del 10% al 21%, mientras que la proporción de menores de 14 años disminuirá del 30% al 20%, y la población juvenil del 18% al 14% de la totalidad mundial.
Con el aumento de la esperanza de vida, desde los años cincuenta se ha venido estudiando e investigando sobre la población de la tercera edad y su situación dentro de las sociedades actuales. Los avances de las neurociencias, relacionados con los procesos cognitivos y de aprendizaje en los sesenta, permitieron posteriores investigaciones en disciplinas como la medicina, la psicología o la pedagogía. Estos avances han posibilitado importantes revisiones sobre conceptos como la incapacidad del aprendizaje a partir de una determinada edad, el declive de la inteligencia, o la importancia del envejecimiento psicológico en las capacidades de los aprendientes mayores.
El aprendizaje en la tercera edad se empezó a considerar científicamente en los años 70, cuando desaparece la formación permanente y se da paso a la educación permanente y el aprendizaje a lo largo de toda la vida. Es en este momento (1973), cuando Pierre Vellas, un profesor de la Universidad de Ciencias Sociales de Toulouse, Francia, pone en funcionamiento la primera universidad para la tercera edad, con el objetivo de facilitar el acceso a la cultura y al conocimiento a los adultos mayores. A partir de entonces, se empiezan a crear universidades y programas para mayores destinados a ofrecer formación y reconocer las necesidades de este grupo de población. En las últimas décadas, se han venido organizando programas, jornadas y eventos relacionados con la tercera edad, como el Año Internacional de las Personas Mayores (1999), o planes como los encuentros nacionales de programas universitarios de mayores, conferencias internacionales sobre la educación de adultos, el programa Grundtvig, la red Talis, la Asociación Internacional de Universidades de la Tercera Edad, el Plan de Acción Internacional sobre el Envejecimiento (2002) o el Plan de Acción de la Asamblea Mundial, son ejemplos del reconocimiento de nuestros mayores como eje principal de las sociedades actuales y futuras.
Los aprendices de la tercera edad
El trabajo por la educación en la tercera edad supone el reconocimiento de la calidad de vida y la autonomía de las personas mayores, creando un espacio de diálogo intergeneracional y permitiendo el reconocimiento de la competencia y validez de este.
Es importante revisar información para llegar a ciertas ideas clave sobre este tema, tal vez no muy estudiado en nuestro país, sin embargo de una consideración importante; se realizo una investigación (1) a partir de una muestra de 38 adultos de la tercera edad en programas de educación formal, nos muestra los resultados referidos a ¿qué se obtienen del aprendizaje formal en la tercera edad? A lo que 82% de la muestra responde que lo principal es el conocimiento que genera en ellos.
Por otra parte se realizó un estudio(2) en adultos mayores aprendientes del idioma español del Instituto Cervantes de Tokio y en jóvenes; del cual uno de los puntos que se concluyeron era relacionado a la preferencia de la estrategia de aprendizaje, ambos grupos se decantan por las estrategias socio-afectivas, especialmente aquellas en las que se incluye la ayuda del grupo de clase o del profesor, y en relación al trabajo en grupo, que los japoneses suelen preferir al trabajo individual, por ser la suya una cultura con rasgos comunitarios; los adultos mayores expresan una preferencia por las estrategias memorísticas, por el contrario en los jóvenes hay una preferencia mayor por las estrategias cognitivas. Por otra parte también los alumnos fueron preguntados acerca de la edad y su influencia tanto en el aprendizaje de español como lengua extranjera, como en la creación de grupos de clase divididos por edades. Referente a la influencia de la edad en el estudio de un idioma, el 50% de los adultos mayores ha señalado que la edad influye de forma negativa y el 50% que no influye; en ningún caso se ha respondido que la edad influye de forma positiva. En el grupo de estudiantes jóvenes, un 20% ha respondido que la edad influye de forma positiva, un 31% ha respondido que de forma negativa, y un 49% que la edad no es un factor influyente en el estudio de lenguas extranjeras. El 80% de los cuestionados de ambos grupos refuerza su respuesta con comentarios sobre las ventajas e inconvenientes de estudiar una lengua cuando se es adulto.
Siguiendo el estudio realizado en Tokyo, se concluye en primer lugar que tanto profesores como estudiantes no diferencian de forma concreta el aprendizaje en la tercera edad como categoría, si bien, y especialmente en el caso de los profesores, expresan comentarios relacionados con un mayor número de dificultades en los estudiantes adultos mayores que en otros tipo de estudiantes, sin atreverse, no obstante, a delimitar pautas de acciones al respecto. Los datos que se desprenden del estudio, relacionados con el perfil de los aprendientes mayores, revelan que son personas sanas, retiradas de la vida laboral, y muy motivadas al aprendizaje del español, que se relaciona con un especial interés e identificación con la cultura y las posibilidades de mantener su mente activa, además de compartir experiencias con el grupo de clase y el profesor. Para ello, sus principales estrategias son memorísticas, de repetición y práctica de las estructuras, así como afectivas, considerando el papel del profesor fundamental en su proceso de aprendizaje. Asimismo, presentan un estilo de aprendizaje por lo general global, lo que les hace dar importancia a la comunicación real, sin sentirse cohibidos por los errores que puedan cometer en las interacciones, y razón por la que destacan la característica de profesor-nativo, considerándolo una figura de respeto y portadora del conocimiento del que ellos aprenden.
En contraposición con otro tipo de estudiantes, las dificultades de los estudiantes adultos mayores se relacionan con la falta de memoria. Según los profesores, estos estudiantes pueden presentar problemas a la hora de trabajar en grupo, por la falta de costumbre principalmente, lo que también constatan los propios estudiantes, además de necesitar mayor atención que otros estudiantes y requerir más tiempo de intervención en la clase, lo que los propios jóvenes señalan junto con su preferencia a las intervenciones individuales. Esta característica estaría relacionada con el enfoque individualista que tradicionalmente se ha dado a la enseñanza de lenguas extranjeras en Japón. Por otra parte, las principales fortalezas de este grupo se relacionan con unos hábitos de estudio más firmes y constantes, una mayor dedicación y esfuerzo, y una mayor atención en la clase, lo que se comprueba, por ejemplo, con un mayor número de preguntas o intervenciones que otros estudiantes. Unida a estos factores se encuentra la motivación, que para los adultos mayores se basa en un interés y una identificación con la cultura de los países hispanos, también relacionado con experiencias ocurridas a lo largo de su vida, y por lo que han desarrollado un vínculo afectivo con el español, lo que parte de una motivación más arraigada que en otro tipo de estudiantes. Sin embargo, los profesores consideran que esta motivación es muy sensible a los cambios, y se relaciona principalmente con el papel del docente y el ambiente de clase, aspectos que pueden aumentar o disminuir la motivación inicial más que en otro grupo de estudiantes, que relacionan el estudio con su actividad profesional o con conocer a gente nueva, entre otros factores. Estos elementos también son señalados por los mismos aprendientes mayores, quienes insisten en la importancia de la diversidad generacional en las clases de ELE, y muestran un firme rechazo a la creación de grupos por edades, frente a lo que otros estudiantes y los mismos profesores no se muestran tan firmes. Todos estos aspectos nos llevan a considerar a los adultos mayores un grupo de aprendientes con características diferentes a otros tipos de jóvenes adultos.
Es bastante interesante la investigación sobre el proceso de aprendizaje en personas de la tercera edad y jóvenes de un idioma extranjero, sin embargo como ese estudio existen muchos más relacionados a los procesos de aprendizaje y al impacto intergeneracional. En un artículo (3) del área docente, referido al aprendizaje en adultos mayores se realiza un análisis psicoeducativo del proceso de enseñanza/aprendizaje e indica que si bien son múltiples los aspectos que pueden incidir en el desarrollo del proceso de aprendizaje, tales aspectos se pueden concretar en tres grandes apartados:
• Aspectos provenientes de las teorías sobre Psicología de la Instrucción y Psicología del Aprendizaje.
• Aspectos provenientes de la influencia de determinados factores intrapersonales: son importantes los estilos cognitivos del sujeto, otros factores —no estrictamente cognitivos— de personalidad (ansiedad, expectativas de control y concepto de sí mismo), la motivación del alumno, y, sobre todo, sus propias estrategias de aprendizaje y trabajo intelectual autónomo.
• Aspectos provenientes de la influencia de determinados factores socio-ambientales e interpersonales: son importantes el estudio de los escenarios educativos, el comportamiento del profesor y sus estilos de enseñanza, las expectativas del profesor, y la
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