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EL CELULAR EN EL AULA

marivi2733517 de Abril de 2015

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ESCUELA NORMAL SUP Y SUP. DE COMERCIO Nº 46

“DOMINGO G. SILVA” 

EL TELÉFONO EN EL AULA: ¿APOYO O DISTRACCIÓN?

INTEGRACIÓN PEDAGÓGICA DEL CELULAR EN EL TALLER DE ECONOMÍA Y ADMINISTRACIÓN.

12/11/2014

María Victoria García

Espacio curricular: Seminario

Profesores: Mariana All

José Muller

“Es responsabilidad del educador hacer emerger el deseo de aprender. Es el educador quien debe crear situaciones que favorezcan la emergencia de este deseo. El enseñante no puede desear en lugar del alumno, pero puede crear situaciones favorables para que emerja el deseo. Estas situaciones serán más favorables si son diversificadas, variadas, estimulantes intelectualmente y activas, es decir, que pondrán al alumno en la posición de actuar y no simplemente en la posición de recibir.”

Philippe Meirieu

En los últimos diez años, la evolución de la tecnología ha dado un salto inesperado. El boom de esta nueva era se traduce principalmente en términos de telefonía celular.

Si analizo rápidamente la vida actual de todos nosotros puedo observar que el desarrollo de la tecnología ha llegado a un punto en el cual converge con la red de comunicaciones a nivel mundial; los servicios de telefonía se transformaron en un medio de interacción social que actualmente está presente en todos los ámbitos de la vida diaria.

Mi propia experiencia y la consciencia de que el celular es un dispositivo personal cada vez más común entre los adolescentes, incluso más que la computadora, hace cuestionarme qué pasa con el celular en el ámbito educativo: ¿es el celular una herramienta válida dentro del aula? ¿No es demasiada la tentación que sufren los alumnos de querer utilizarlo para comunicarse con sus amigos o, si tienen acceso a Internet, para navegar en lugar de poner atención a lo que dice el profesor?

No puedo desentenderme ni negar que la mayoría de los alumnos posea uno. Su uso está tan naturalizado que lo ingresan al establecimiento escolar sin importar los códigos de convivencia acordados a principio de cada año. Entonces, ¿Por qué no cultivar esta oportunidad de integración pedagógica para la enseñanza de los contenidos curriculares del taller de economía y administración que se brinda en el primer año de la escuela secundaria?

En los siguientes apartados, tomo prestada cuatro frases del prestigioso y revolucionario pedagogo latinoamericano Paulo Freire como epígrafes que ordenarán y guiarán esta problemática tan actual en las escuelas.

1.Realmente no hay por qué desesperarse si se tiene la conciencia exacta, crítica, de los problemas, de las dificultades y hasta de los peligros que se deben enfrentar. (Freire, 1969:46)

Hace algunos meses compré mi primer teléfono inteligente y, desde entonces, debo aceptar que mi vida ha cambiado. No solo vivo en un país que permite el acceso a Internet en prácticamente cualquier lugar, sino que además tuve la suerte de encontrar una tarifa en mi compañía que me permite descargar información sin preocuparme por la cuenta al final del mes… Si ya Internet había cambiado mi relación con la información del mundo que me rodea, ser “móvil” me ha permitido dar un salto cualitativo y de provecho del que no me arrepiento.

Hoy por hoy puedo consultar cualquier información que necesito: los horarios del cine, los horarios del transporte público en tiempo real y en el momento justo, acceso a un periódico… Pero más importante aún, puedo involucrar a mi familia, que se encuentra lejos, en mi vida diaria. Ya sea subiendo fotografías de lo que cociné ese día o actualizando mi status de Facebook, Twitter o Google+ con un sencillo procedimiento que me permite tenerlos más cerca, más fácilmente, más rápido…

Si vinculo esta tecnología con el significado cultural que representa para los estudiantes del nivel medio puedo sintetizar brevemente que es una fuente de entretenimiento más que una herramienta de comunicación. El celular puede ser, generalmente, el elemento que utilizan con frecuencia los adolescentes para generar distracción y evasión en la clase, ¿porque varios alumnos dedican más tiempo a jugar con el teléfono que a realizar las actividades que el profesor les asigna? ¿Es realmente el alumno el responsable de este escenario?

Entonces, ¿qué hacemos? ¿Prohibimos, a pesar de todo, el uso del celular o lo utilizamos a sabiendas que forma parte de la cultura del aula vinculando este contexto con actividades que desafíen la reflexión de los alumnos sobre sus propios procesos de pensamiento de una manera más creativa y eficiente? Mi respuesta usual a este tipo de interrogantes es que cuando un alumno está aburrido, cualquier instrumento, ¡hasta papel y lápiz para hacer garabatos!, sirven para distraerse.

En concordancia a los contenidos que se deben desarrollar en el área del taller de economía y administración donde la dinámica de estas dos disciplinas madres van acompañada del avance tecnológico ¿No sería más provechoso para los alumnos (que apenas están entrando a la adolescencia) y para el docente ir integrando el uso del celular al aula con el fin de realizar una trasposición didáctica de los contenidos más adecuada a la realidad de hoy de los estudiantes?

¿Cuánto de lo que enseñamos al alumno y el modo que utilizamos está relacionado con sus intereses, es decir, con él mismo y el mundo que lo rodea? ¿Por qué suponer que solo los adultos podemos seleccionar lo que ha de enseñarse y que estrategias metodológicas utilizar en la clase? Sacar el celular del aula a la fuerza (en mi parecer) sólo sirvió para hacer su uso aún más atractivo.

Durante un recreo puedo observar que el celular es el centro de reunión y conversación de los estudiantes, lo utilizan libremente, sin ocultarlo. Aquí se ve manifestada la importancia que tiene el celular actualmente en la cultura juvenil.

El uso que hacen del teléfono móvil no es personal ni íntimo, ya que el mismo pasa de mano en mano y la gran mayoría admite que usa el de sus compañeros y permiten que usen el propio.

Durante mis prácticas de residencia, la integración de este instrumento maravilloso y versátil (no rechazándolo) pudo revertir un escenario de alta distracción y poca atención de los alumnos por los contenidos que estaba enseñando, convirtiéndose el celular en una herramienta útil y significativa dentro del aula.

La problemática que planteo en este ensayo intenta reconocer que es imposible considerar a la escuela aislada de los cambios tecnológicos y, en consecuencia, a las adaptaciones culturales que se desarrollan sobre dichas transformaciones. Por lo tanto, sugiero que se considere y se atienda con urgencia dicho contexto como oportunidad de enseñanza-aprendizaje y de desarrollo del ejercicio de reflexión crítica en nuestros alumnos utilizando el espacio del taller de economía y administración como ámbito propicio para la integración del celular en la práctica docente.

2.Enseñar no es transferir conocimiento, sino crear las posibilidades para su propia producción o construcción. (Freire, 1966:47)

Para desarrollar mi ensayo final no pensé encontrarme frente a un gran vacío de conocimientos tantos pedagógicos, tecnológicos como disciplinar. Paulo Freire (1966), con su inmensa sabiduría, insiste en la construcción y producción del conocimiento como una metodología eficaz para la enseñanza y aprehensión de los mismos.

Luego de mi primera práctica docente en el taller de administración y economía comencé a notar que tenía muchos cuestiones pendientes sobre cómo se debe trabajar en un aula-taller, un espacio disciplinar que a primera vista prometía infinitas posibilidades de creación vocacional.

Revisé cuidadosamente todos los apuntes desde el comienzo de mi formación. Repasé y exploré todas las teorías de aprendizajes pero en ninguna encontré información sobre esta sistemática de trabajo.

Entonces, como buena fans de las nuevas tecnologías, inmediatamente consulté en la web. Durante varios días navegué sobre distintos sitios, portales educativos y libros digitales. Conocí nuevos autores y diversas modalidades de presentar información de manera muy atractiva, adaptada a los nuevos tiempos. La web me reportó numerosos trabajos de investigación orientados a la problemática de quién escribía el mismo. Pero no logró satisfacer mis dudas.

Inevitablemente recurrí a la antigua biblioteca. Después de todo no es tan obsoleta como pensaba. En ella encontré un libro interesante de Sergio Pérez Álvarez (1990) y en su capítulo 4 tropecé con la respuesta a mi pregunta: ¿Qué es un aula taller?

“El aula talleres es la situación de enseñanza aprendizaje donde se trabaja para la solución de problemas reales, preferentemente en su ambiente natural, con la participación activa de los alumnos y de toda la comunidad educativa, organizados por medio de la elaboración de proyectos”. (Pérez Álvarez, 1990: 51)

Pero, ¿no es ese uno de los objetivos de la enseñanza media? “Prepararnos para la solución de problemas reales”. Más indago y más me cuestiono…

Otro libro notable que pude recopilar es el de Susana Pasel (1993). Proporciona otra mirada de su definición lo cual comparto ampliamente. La autora sintetiza que el aula-taller se fundamenta

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