EL COLOR DE LA IGUALDA.

EL COLOR DE LA IGUALDA

Había una vez  un niño que se llamaba Santiago, este niño era un simpático joven de cabello castaño y unos ojos color verde.

Los padres de Santiago trabajaban en la ciudad de Mosquera; en las mañana el padre llevaba a su hijo a, la escuela. Una tarde mientras Santiago jugaba a la pelota con sus amigos, llego la noticia que a su salón había llegado un estudiante nuevo, que este estudiante era una persona de piel oscura este alumno se llamaba Mauricio Antonio Fonseca De Toca, este estudiante era un traspaso de Gana EE.UU ((afro americano)).

En una mañana los amigos de Santiago organizaron un partido e invitaron a Mauricio, en medio de este juego se dieron de cuenta que este era el mejor jugador de su salón, Santiago se sintió afligido por la mejoría de Mauricio en el juego de balón pie, el cual trato de hacer sentir mal a Mauricio, diciéndole a los demás que Mauricio no era igual que ellos, por que este era de piel oscura, y además el hecho de juntarse con él podría ser peligros, teniendo en cuenta que este venia de un barrio peligroso de Gana  EE.UU.

Termino por conseguir que los niños no se juntaran para jugar con Mauricio, a Mauricio le dio mucha tristeza, lloro tanto que bajaron sus ánimos, se sintió culpable y culpo también a sus padres.[pic 1]

En esa misma noche cuando Santiago llego a casa les comento a sus padres  que en su salón de clase había un estudiante nuevo, a lo que el papá le respondió que estaba bien que hiciera nuevos amigos. Pero Santiago les comento a sus padres que este eras de color de piel oscura, a lo que le padre de Santiago le causo malgenio y con una tonalidad de voz fuerte le dijo “Todos Somos Iguales”, Santiago se sintió malo y hasta avergonzado así que se dirigió a su cuarto a filosofar sobre lo que había hecho.
Mientras Santiago tomaba  un descanso entreno en un sueño profundo, en este sueño Santiago se encontraba en otra ciudad, pero su nombre ya no era Santiago ahora era Rafael, al mirar lentamente sus manos y sus pies se dio de cuenta que era una persona de piel oscura, ante esta situación el quedo atónito, al acercarse su madre le pregunto que donde estaban, pero baya sorpresa que se llevó, su madre también era de piel oscura, Rafael no entendía nada de lo que estaba pasando todo era muy extraño para él, un poco más tarde se enteró que estaba en Sudáfrica.[pic 2]

Mientras se daba una vuelta por la ciudad encontró a su padre, quien también era de piel oscura, el padre de Rafael tenía un cartel que decía “Tú color NO te hace ni MAS ni MENOS que nadie”, Rafael pregunto a su que estaba sucediendo.
-Hijo nos están violando nuestros derechos por ser personas de piel oscura-Respondió su padre con lágrimas en los ojos.

Rafael siguió caminando por la ciudad, mientras que iba pasando las horas llego a una cancha de balón pie, en esta cancha estaban jugando personas de piel blanca contra las personas de piel oscura, Rafael se sentó a la orilla de la cancha a observar este juego.

-¿Que bien juega los de nuestra raza, no?- exclamo un joven de piel oscura
-sí, juegan bastante bien, aunque me parece que las personas de piel blanca son injustas con nosotros-respondió Rafael disgustado

-¿acaso no sabes qué pasa si nosotros ganamos?-pregunto el joven asombrado

-no, soy nuevo por acá es más ni siquiera sé cómo llegue acá-contesto Rafael con cara de asombro

-los hombres de blanco tiene que ser siempre los ganadores de que suceda lo contrario asesinan a uno de nosotros, aquí no existen derechos para nosotros por nuestro de color de piel, aquí vale más el color que el pensamiento-respondió el niño con voz de disgusto.

Rafael se despidió del niño y se dirigió a su casa, al llegar a casa se encontró con que unos hombres blancos se robaron su mercado así que no había que comer, su madre empezó a llorar, esto recordó a Rafael la maneras en que lloraba Mauricio, esto lo lleno de nostalgia.

Al otro día Rafael se levantó para ir a la escuela pero de nuevo se encontró con una desagradable noticia, los blancos tenían mejor escuela que las persona de piel oscura, la escuela a la que el asistía estaba en pésimas condiciones.

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