EL DEBER DEL DOCENTE

EL DEBER DEL DOCENTE

Actualmente se le han designado a los docentes una serie de características que debe tener para considerar que cuenta con el perfil necesario para brindar prácticas educativas de calidad. Las demandas hacia el trabajo docente se han incrementado ante el avance científico y tecnológico global, pero también se ha visto complejizado por el cambio de hábitos y conductas de los estudiantes, otro aspecto que también presiona a los docentes son los continuos procesos de evaluación y certificación a los que se han visto expuestos en los últimos años.

Pero cabe preguntarse ¿ estas implementaciones han sido suficientes o necesarias para alcanzar la calidad docente? ¿son parte del deber docente? ¿Cuál es su finalidad? ¿Se valora en verdad la vocación del maestro o se privilegia su formación o resultados de evaluación? Es cierto que se critica la labor del magisterio, pero es cierto también que por muchos años el terreno docente se ha visto invadido por una serie de profesionales que al no encontrar trabajo en su profesión arriban al campo docente teniendo una licenciatura pero no una formación pedagógica. Por otra parte la designación de plazas es designada por las mismas autoridades que critican el desempeño de los profesoras utilizando una serie de criterios en muchos casos arbitrarios como el heredar las plazas, los compadrazgos, la compra de las mismas, etc,

Haciendo un análisis critico de las personas que ejercen el magisterio sean maestros de carrera o de otra profesión, no podríamos decir que esto sea determinante, ya que existen docentes de carrera que no realizan sus actividades con amor y comprensión, por lo que su desempeño deja mucho que desear y por otra parte, existen profesionistas que han aprendido a enseñar cualitativamente y aman el ser docentes.

Es triste darse cuenta que muchos maestros carecen de la vocación a su servicio, ya que si tuviéramos que definir cómo es un maestro de vocación diríamos que es aquél que aún teniendo varios años impartiendo las mismas clases no deja de planear día a día sobre las mismas buscando mejores estrategias, mejorando sus técnicas y métodos de enseñanza, promueve el pensamiento crítico reflexivo, se actualiza para responder a las demandas de la sociedad, hace uso adecuado de los recursos científicos y tecnológicos, siempre esta abierto al cambio, es asertivo y sobretodo conoce a su alumnos, se preocupa por ellos y crea un ambiente de confianza y compañerismo en el aula, incluso da tiempo extra a sus estudiantes y contextualiza sus prácticas.

El docente de profesión tendría que llamarse porque no le quedó otra opción o por obligación, ya que su trabajo le pesa como una carga, espera con ansia la hora de termino de clases, cae en la repetición y el automatismo, su conducta es impersonal y muchas veces desconoce a sus alumnos o las condiciones de cada uno como estudiante, en conclusión

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