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EL DERECHO A LA PEREZA


Enviado por   •  11 de Junio de 2013  •  Tesis  •  671 Palabras (3 Páginas)  •  312 Visitas

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EL DERECHO A LA PEREZA

Paul Lafargue

1.- Prologo:

Triunfo de la burguesía (antes atea y enarbolada), cambia de tono y de conducta y hoy pretende apuntalar con la religión su supremacía y política.

“La moral capitalista, lastimosa parodia de la moral cristiana, anatemiza la carne del trabajador; su ideal es reducir al productor al mínimo de las necesidades, suprimir sus placeres y sus pasiones y condenarlo al rol de máquina que produce trabajo sin tregua ni piedad”.

Los socialistas revolucionarios deben recomendar el combate que han librado en otro tiempo los filósofos y los planfetarios de la burguesía; deben embestir contra la moral y las teorías sociales del capitalismo; deben desterrar de las cabezas de la clase llamada a la acción, los prejuicios sembrados por la clase dominante; deben proclamar, ante los hipócritas de todas las morales, que la tierra dejará de ser el valle de lágrimas del trabajador; que, en la sociedad comunista del porvenir, que construiremos “pacíficamente si es posible, y si no violentamente”, se dará rienda suelta a las pasiones de los hombres; y ya que todas son buenas por naturaleza, nosotros sólo tenemos que limitarnos a evitar su mal uso y su exceso”.

CAPITULO 1: Un dogma desastroso:

“Seamos perezosos en todas las cosas, excepto al amar y al beber, excepto al ser perezosos” Lessing.

Una extraña locura se ha apoderado de las clases obreras de las naciones donde domina la civilización capitalista. Esta locura trae como resultado las miserias individuales y sociales que, desde hace siglos, torturan a la triste humanidad. Esta locura es el amor al trabajo, la pasión moribunda por el trabajo, llevada hasta el agotamiento de las fuerzas vitales del individuo y de sus hijos. En vez de reaccionar contra esta aberración mental, los curas, los economistas y los moralistas han sacralizado el trabajo.

El autor no se considera cristiano, economista, ni moralista. Plantea frente a las predicaciones de la moral religiosa las espantosas consecuencias del trabajo en la sociedad capitalista.

Para él, el trabajo en la sociedad capitalista es la causa de toda degeneración intelectual, de toda deformación orgánica.

Hace una comparación entre: Las sociedades “primitivas” y la sociedad actual, en sus propias palabras: “el noble salvaje que los misioneros del comercio y los comerciantes de la religión no corrompieron todavía con el cristianismo, la sífilis y el dogma del trabajo, y observen luego a nuestros miserables sirvientes de máquinas”.

Nos dice que en Europa, para “encontrar un rastro de belleza natural del

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