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Derecho a la pereza


Enviado por   •  14 de Febrero de 2022  •  Ensayos  •  804 Palabras (4 Páginas)  •  68 Visitas

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EL DERECHO A LA PEREZA

LA RELIGIÓN DEL CAPITAL

LAFARGUE, PAUL

En los países donde el capitalismo reina, se apoderó la locura del amor al trabajo. Este ha sido el responsable de las miseria individuales y sociales, ha sido capaz de llevar hasta al agotamiento las fuerzas vitales del individuo, fue quien arrebató alegrías y nos hizo decirle adiós a todo lo bello de la vida, es la causa de toda degeneración intelectual, es quien los sometió a horarios laborales que no se veían ni en las prisiones, es quien arrastró con familias enteras cuando llegaron las fábricas y obligó a niños y mujeres a someterse a estilos de vida esclavizantes y miserables. El trabajó fue quien frenó las pasiones del hombre y lo sometió a una vida de dolor y corrupción en nombre del progreso. El trabajo disfrazó de bienhechores de la humanidad a los que se enriquecían sin trabajar dándole trabajo a los pobres y quienes, sin saberlo, cooperaron con la acumulación de capitales productivos que luego les privó de una parte de sus salarios.

Los proletariados se entregaron en cuerpo y alma al trabajo y contribuyeron a la crisis industrial de sobreproducción, pero esto solo les trajo más miseria. Había tanta abundancia de mercancía y tan pocos compradores que cerraron las fábricas y fueron atacados por el hambre, ese que en su momento los presionó tanto y los llevaba a hacer esfuerzos tan potentes. Se convirtieron en miserables que apenas tenían fuerzas para sostenerse en pie, vendían doce horas de trabajo a precio de cuatro y los filántropos de la industria se aprovechaban para vender más barato.  Cuando llegaron las nuevas invenciones se creía que la vida sería más leve, que emanciparía a los esclavos y llegaría la edad de oro, pero no fue así, esos tiempos de ocio no llegaron. La pasión perversa por el trabajo convirtió a la salvadora en Verduga. A medida que la maquina se iba perfeccionando y sustituía con precisión al trabajo humano, el obrero doblaba su esfuerzo como si quisiera rivalizar a la máquina.

La clase trabajadora en su ingenuidad se dejaron adoctrinar y se arrojaron al trabajo y condenaron a la clase capitalista a llevar una vida de pereza y goce, a ser improductivos y consumistas. Mientras el proletariado aniquilaba su cuerpo con tanto esfuerzo, los capitalistas sufrían por sus excesos, estos burgueses perdieron sus gustos modestos y dieron paso a lujos desenfrenados, a indigestiones trufadas y disoluciones sifilíticas. Se acurrucaron en la pereza absoluta y miraban con horror a todo cambio. Los proletarios cansados de esta situación se propusieron imponer el trabajo a los capitalistas bajo la divisa “Quien no trabaja, no come”. Los capitalistas, como destructores de todo goce y pereza, contestaron con represión feroz y se rodearon de policías, magistrados y carceleros.

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