EL VERDADERO REGALO ES JESÚS

EL VERDADERO REGALO ES JESÚS

LOCUTOR: Hace dos mil años atrás se abrieron los cielos para obsequiar a un pequeño, un Rey, un Salvador, Jesús el Hijo de Dios. En la actualidad, ya no se abren los cielos, sino muchos regalos para llenar de sonrisas efímeras los rostros de nuestros más cercanos.

Hace dos mil años atrás, los cielos se llenaron de Gloria y las melodías angélicas resonaban como truenos tras la montaña, cuando un coro Celestial con suaves armonías exclamaba: “Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz y buena voluntad para con los hombres”. En la actualidad, ya no se oyen ángeles, sino muchas melodías parpadeantes y desgastadas que opacan el brillo de la natividad.

Hace dos mil años atrás, reyes de toda la tierra recorrieron kilómetros tras el rastro de una estrella para tener un Encuentro con un niño llamado Emanuel. Hoy en día, los hombres no se mueven de sus casas esperando que entre por una chimenea un anciano gordo y arruinado que solo porta engañosas cenizas y supuestas manchas de carbón.

Pero es así, no todos lo entienden, no todos lo disfrutan, no todos lo viven. Sin embargo, Jesús es nuestro regalo y gracias a Dios que lo comprendemos.

[Madre, padre e hijo caminan hacia la Iglesia para presenciar los números de Navidad]

MADRE: ¡Que hermoso día mi vida! No te parece bello recordar que en un día como hoy la tierra se vistió de gala para recibir al Salvador del Mundo.

PADRE: Claro que sí. Cuando se ha comprendido que lo más importante de Navidad, no son los regalos, ni las compras, ni las fiestas… entre otras cosas que la gente practica hoy, sino el recordar El Regalo Más bello dado a los hombres, Jesús El Hijo del Dios Altísimo.

MADRE: ¡Amo a Jesús!

PADRE: Yo también he sido cautivado por su Amor. No es posible, no me cabe en la cabeza, como un rey, Rey de Reyes y Señor de señores, arquitecto e ingeniero del Universo, creador de todas las cosas, sustentador del la vida y el cosmos, es capaz, y siente en lo profundo de su corazón, despojarse a sí mismo, tomar forma de siervo y hacerse obediente hasta la muerte y muerte de Cruz. Todo para salvarme a mí.

ESTEBAN (HIJO): Y de paso arruinarme la vida a mí.

PADRE: ¡Esteban! ¿Qué dices?

ESTEBAN: Arruinarme la vida a mí. Estoy harto de Jesús. Estoy harto de la Iglesia. Estoy harto que por tu culpa no pueda… no pueda vivir en forma normal.

MADRE: ¡Hijo! , ¿Qué te ocurre? ¿Por qué hablas así?

ESTEBAN: Ustedes son los culpables. No se dan cuenta. ¡Estoy cansado de que sean tan entregados a Dios! Por qué no podemos ser… normales. ¿Como otros lo pueden ser? ¿Por qué nosotros no? Padre, yo me siento orgulloso de que Dios o la Iglesia o el Pastor te haya nombrado oficial de la Iglesia, pero míranos, ni siquiera estamos bien vestidos, mis zapatos ya están casi rotos ¿y quieres que hoy valla feliz a la Iglesia a ver los números de Navidad? ¿Quieres que ame a Jesús, cuando por su culpa… yo… yo no vivo? Todo es para la construcción, todo es para los hermanos, la Iglesia va primero… ¡ya basta!

PADRE: No te culpo Hijo. Entiendo tu sufrimiento.

ESTEBAN: No, no lo creo.

PADRE: Y sé que por ahora no me entenderás, ni menos comprenderás cuanto sufro por los sacrificios que debemos realizar, pues en estos tiempos, estos son los sacrificios de olor agradable a Jehová. Nuestras vidas rendidas a Él. Con todo.

ESTEBAN: Lo siento Padre y Madre, pero no puedo ser, ni sentir lo mismo que ustedes sienten.

MADRE: [Abrazan a su hijo] Hijo mío, he desgastado mis rodillas por ti, y tengo la plena seguridad que algún día disfrutarás de está bendición

ESTEBAN: Yo quiero otras cosas…

MADRE: Hijo aunque hoy pareciera ser que no poseemos nada. La respuesta de Dios vendrá para nuestras vidas. Y no solo hablo de lo espiritual, si no que con tus propios ojos veras la gloria de Dios manifestada a tu favor. Él cuida de las aves, cuidará también de ti. El mueve los cielos para amarte a ti.

ESTEBAN: Ya suéltenme, o sino los jóvenes me van a molestar porque me traen abrazado. Además creo que ya empezaron los números de Navidad. Yo me sentaré acá atrás ustedes siéntense más cerca para disfruten de esto.

ESCENA DE LA NAVIDAD

ESTEBAN: Todos los años lo mismo. ¿Cómo es posible que un niño cause tanto fervor? Es todo un líder pues sin dificultad mueve masas… Mueve masas a la ruina y el aburrimiento. ¿Porque tuve que nacer en un hogar cristiano? Hoy podríamos estar realizando una gran Fiesta, miles de regalos. Fama. Riquezas. [Mirando hacia el cielo y en forma desafiante] ¡Jesús si realmente existes, hazme comprender que eres MI REGALO!

PACO: Buenas tardes Señoras y Señores, permítanme que me presente soy Paco, el más intrépido de cuantos agentes de subasta se encuentran trabajando en el mundo entero.

No quiero tirarme flores, pero es irresistible hacerlo… y para que vean que es cierto, les diré en confianza que en años anteriores, la casa de subastas de Internet a la que represento, SUBASTAROOM, subasto el Mercedes Ben del Presidente de la República de Chile, la casa de la famosa banda musical los Beatles, la Gran Muralla China, la Estatua de la Libertad para ver el mar desde Toledo, en fin… y ya se sabe que las subastas en la época navideña son las mejores de todo el año, porque la gente puja con más generosidad gracias a las pagas extraordinarias.

Pero hoy, tendréis el privilegio de presenciar la subasta más grande de todos los tiempos, hoy hemos decidido subastar “un alma”.

¡Si!, escucharon bien, queremos subastar “un alma”. Pero para esto necesitaremos un voluntario que quiera vender su alma, a cambio de un precio. ¿Hay algún voluntario entre el público…?

PÚBLICO 1: yo, yo….

PACO: No, hombre, no ves que eres un niño, hemos dicho un alma hecha y derecha, no una almita tan pequeña.

PÚBLICO 2: Yo quiero!

PACO: ¿Usted Señorita?, con los años que tienes ya sabes demasiado y creo que vas a ser difícil de adjudicar.

PÚBLICO 3: Yo quiero subastar mi alma.

PACO: Por favor, que esto es una subasta seria.

ESTEBAN: ¡Yo!

PACO:

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